El COIBA y la Associació de Comares advierten de que «invisibilizar la violencia obstétrica no ayuda a eliminarla, sino a perpetuarla»

Comunicado colegial y de las matronas de Balears ante el escrito de la Organización Médica Colegial en https://www.saludediciones.com/2021/07/14/el-consejo-general-de-colegios-oficiales-de-medicos-rechaza-el-concepto-de-violencia-obstetrica-en-la-asistencia-al-embarazo-parto-y-posparto/

Las matronas de las Illes Balears, a través de la Comisión de matronas del Col·legi Oficial d’Infermeria de les Illes Balears (COIBA) y de la Associació Balear de Comares han manifestado a través de un comunicado de prensa «nuestro total desacuerdo con el escrito de la Organización Médica Colegial en relación a la violencia obstétrica».

En primer lugar, las matronas de Balears enfatizan «que queremos dejar claro que la violencia obstétrica existe. Muchas profesionales, tanto matronas como obstetras, hemos visto prácticas inadecuadas, con intervencionismo excesivo, sin otorgar la pertinente información a la paciente y sin solicitar autorización a las mujeres que estaban en el paritorio».

«De hecho, muchos profesionales, tanto matronas como obstetras, luchamos a diario para garantizar un parto respetado y evitar prácticas que van en contra de la autonomía de la paciente, porque -lamentablemente- esas prácticas todavía existen. La violencia obstétrica hunde sus raíces en el paradigma basado en la superioridad del parto tecnológico, intervenido», añaden.

Enfermas y matronas destacan que «resulta difícil para los profesionales aceptar que hemos recibido una formación y hemos sido socializados en esta creencia intervencionista, compartida con la sociedad, basada en la formación, y que deriva en una cultura profesional poco respetuosa con el protagonismo y con la autonomía de las gestantes».

Es este contexto el que, en ocasiones, «conduce a una atención al parto con prácticas inadecuadas y normalizadas, con intervencionismo innecesario, no basado en la evidencia científica. Un parto en la que la mujer, el bebé, y su familia no han sido el centro del proceso, ni se han respetado sus necesidades fisiológicas ni emocionales».

A juicio de estos colectivos profesionales estos son los errores derivados de este paradigma «la causa de lo que denominamos violencia obstétrica, y no la mala fe de los profesionales ni el ejercicio consciente de una mala praxis». Pero «invisibilizarla no contribuye a erradicarla, sino a perpetuarla, y eso es algo de lo que las matronas de Balears no queremos ser cómplices».

El acceso a la asistencia de un parto respetado es «a la vez un derecho de la mujer y una obligación para el Sistema Nacional de Salud plenamente recogido en la cartera de servicios y en las estrategias de salud del Plan de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva y en la Estrategia de Atención al Parto Normal. Estamos hablando de derechos, incuestionables a día de hoy».

Las matronas «trabajamos para promover la elección libre y responsable de la maternidad y la crianza de las mujeres y sus parejas. Trabajamos para un nacimiento seguro y satisfactorio, impulsando un cambio hacia valores sociales que disminuyan las desigualdad , garantizando la equidad y la calidad en la atención a la salud sexual y reproductiva».

Estos son algunos de los objetivos que persiguen y «con los que estamos comprometidas, en el desarrollo de nuestra profesión. Por todo ello, no podemos permitir según qué comentarios en torno a la violencia obstétrica, sin dar respuesta demostrando nuestro desacuerdo».

Finalmente, las matronas y todos los demás profesionales implicados animan a «seguir esforzándonos para que se cumplan las recomendaciones de la Estrategia de Atención al Parto Normal, que todavía no se encuentra completamente implantada en España», aunque algunas CCAA van más avanzadas. Balears tiene buenos indicadores.

Desde este colectivo e institución colegial se destaca que las profesionales de este ámbito de Balers presentan «un fuerte compromiso profesional e institucional con la humanización del parto y nacimiento, pero no es el caso de otras muchas. También existen diferencias significativas entre un centro y otro, y entre la sanidad pública y la privada».

En los últimos años, se aprecia una evolución positiva en prácticas que mejoran la atención al parto y a la gestación, «pero también se ha puesto en evidencia la desigualdad que existe entre diferentes comunidades». Por ello, destacan que «es necesario el esfuerzo de todos para garantizar un parto natural y fisiológico».

Así como para «permitir a las mujeres, sus bebés y sus familias ser los verdaderos protagonistas del proceso, respetando sus decisiones y preferencias, siempre en base a las recomendaciones y mejores prácticas ya completamente establecidas por la Organización Mundial de la Salud».

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