Un estudio analiza cómo impacta en la salud del paciente el cambio de inhaladores en EPOC y asma por motivos no clínicos

En el marco del Congreso Internacional de la European Respiratory Society (ERS) que se está celebrando en Milán (Italia), el Dr. Joan B Soriano, del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de la Princesa (Madrid), ha presentado los resultados del estudio ‘Economic and environmental impact of the non-clinical change of inhaler devices for COPD and asthma in Spain’.

Este estudio (Impacto económico y ambiental del cambio de inhaladores en EPOC y asma por motivos no clínicos’), elaborado junto al Dr. Oriol Solà-Morales, CEO de la Fundación HITT (Health Innovation Technology Transfer), con Chiesi España, analiza la importancia de la elección del dispositivo de inhalación y su impacto en la salud, en el sistema sanitario y en el medio ambiente en caso de un cambio por motivos no clínicos.

Se ha revisado la literatura para identificar la evidencia epidemiológica más reciente sobre el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en España, se ha estimado la carga y los costes derivados de los cambios de inhalador por motivos no clínicos, así como la huella de carbono de los procedimientos derivados de ambas enfermedades en toneladas métricas equivalentes de CO2 (CO2TEq).

También se ha calculado el coste y la huella de carbono de formar a estos pacientes en el uso del nuevo inhalador. Los resultados muestran que el coste directo total de la atención primaria y hospitalaria en España es de alrededor de 2.406 millones de euros para la EPOC y de 1.318 millones € para el asma y se ha observado que un 9% de las exacerbaciones y sus consecuencias se deben a cambios de inhalador por motivos no clínicos.

El coste anual estimado correspondiente es de 216 millones de euros para la EPOC y 118 millones de euros para el asma. En relación con la huella de carbono, el impacto anual de estas exacerbaciones es de 20.451 CO2TEq para la EPOC y de 19.190 CO2TEq para el asma. Formar a los pacientes en el cambio de dispositivo costaría unos 36 millones de euros y generaría una reducción adicional de 2.618 CO2TEq en la tasa de emisiones de carbono.

Según las conclusiones desarrolladas por este estudio, cambiar los inhaladores de los pacientes con asma y/o EPOC por razones no clínicas puede derivar en una mala adherencia al tratamiento y en el mal uso de los dispositivos, limitando los beneficios clínicos; lo que puede conllevar un aumento del riesgo de exacerbaciones y del uso de recursos sanitarios.

El Dr. Joan B. Soriano, del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de la Princesa, explica que “nuestra investigación confirma que el cambio de inhaladores por motivos no clínicos en pacientes respiratorios, y su consecuente falta de adherencia al tratamiento, se asocia con un enorme impacto económico anual en España, estimado en 216 millones de euros para EPOC y 118 millones de euros para asma».

Finalmente, «estimamos que formar a los pacientes en el correcto cambio de dispositivo inhalatorio costaría alrededor de 36 millones de euros, y generaría un impacto ambiental adicional en la tasa de emisiones de carbono de 2.618 CO2 TEq”, concluye el Dr. Joan B. Soriano, del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de la Princesa.

Por su parte, el Dr. Oriol Solà-Morales, Presidente y CEO de la Fundación HITT (Health Innovation Technology Transfer), declara que “los pacientes con enfermedades respiratorias sufren, a pesar de los mejores esfuerzos de los profesionales sanitarios, exacerbaciones de sus enfermedades, que requieren de un manejo ágil y de acuerdo con las guías de Práctica Clínica actuales».

Pero «de la misma forma que consideramos la eficacia y eficiencia de los tratamientos sobre los pacientes, debemos considerar el impacto de esos tratamientos con una mirada más amplia. Empoderar al paciente es también evitar que sobre ellos recaigan las consecuencias de decisiones que ellos no tomaron, o que se tomaron sin pensar en ellos”.

Los autores señalan que la elección de inhalador es clave y debe realizarse teniendo en cuenta las características clínicas y las preferencias del paciente. En un entorno de práctica clínica habitual algunos pacientes pueden tener deficiencias concretas (cognitivas, neuromusculares, gran limitación del flujo aéreo, etc.) que les pueden dificultar o impedir usar correctamente un determinado tipo de dispositivo.

De este modo, la técnica de inhalación es también un factor importante, y está determinada por factores como la edad avanzada, el uso de múltiples dispositivos y la falta de formación sobre las técnicas de inhalación[2]. Por ejemplo, el dispositivo de polvo seco (DPI) podría no adaptarse a todos los pacientes, especialmente a aquellos con una capacidad de inhalación limitada.

Las causas de la falta de efectividad de los inhaladores son multifactoriales: la adherencia y el mal uso del inhalador son las principales, aunque no las únicas. La combinación de medicamentos es otro factor a tener en cuenta, puesto que no todas las combinaciones son viables o están disponibles en todos los dispositivos de inhalación para el tratamiento del asma y la EPOC.

Este estudio, en línea con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), sostiene que el cambio de inhalador por motivos no clínicos en pacientes ya tratados y bien controlados con sus inhaladores presurizados de dosis medida (pMDI) podría suponer un riesgo de deterioro de la enfermedad y/o promover una baja adhesión terapéutica, incluyendo una mala técnica de inhalación con el nuevo dispositivo.

En este sentido, debe recordarse que los inhaladores son medicamentos no sustituibles sin la autorización expresa del médico prescriptor. Por lo tanto, éstos son los únicos que pueden decidir sobre el cambio de dispositivo de manera individualizada y consensuada con el paciente. Los actuales inhaladores pMDI contienen una sustancia denominada propelentes hidrofluorocarbonados (HFC).

Esta sustancia contribuye al calentamiento global por ser gases de efecto invernadero. Los hidrofluorocarburos son el grupo más común de gases fluorados, los cuales empezaron a utilizarse en los años 90 para sustituir a las sustancias que agotan la capa de ozono. En el caso de los inhaladores, se estima que el conjunto de aerosoles médicos contribuye en un 0,0352% a las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global.

El Dr. Oriol Solà-Morales añade que “el cambio climático tan sólo ha apuntado su impacto, y es posible que muchos pacientes sufran sus consecuencias de forma directa e indirecta. Debemos asegurar que la huella medioambiental y negativa en salud y el coste por el uso de los inhaladores sea el mínimo posible, y tener en cuenta las consecuencias de los cambios indeseados de tratamiento a la hora de valorarlos”.

En respuesta a esta contribución, la AEMPS destaca que actualmente se encuentran en investigación nuevos propelentes menos contaminantes que podrían reducir más esta huella de carbono. Concretamente, el Grupo Chiesi está trabajando en el desarrollo de un inhalador presurizado bajo en carbono que permitiría tratar las patologías respiratorias con una reducción de las emisiones del 90%.

Este nuevo modelo contribuiría a garantizar que los pacientes con asma y EPOC dispongan de una amplia gama de soluciones terapéuticas que se adapten a sus necesidades clínicas. Este proyecto supone una inversión de 350 millones de euros. Las conclusiones de este estudio están alineadas con la posición de la AEMPS, que afirma que el uso de dispositivos menos contaminantes es recomendable.

Esta recomendación se mantiene siempre que sean clínicamente adecuados y en concordancia con las preferencias de los pacientes. La Agencia reconoce el impacto medioambiental que supone el uso de HFCs y la necesidad de implantar medidas educativas para mitigarlo, pero sin poner en peligro a los pacientes respiratorios que necesiten este tipo de inhaladores para el buen control de su enfermedad.

Las conclusiones del estudio también son acordes con el posicionamiento de la ERS respecto a los tratamientos de asma en relación al medio ambiente, siendo necesario un enfoque multidisciplinar, en lugar de enfocarse en el dispositivo inhalador para reducir la contribución potencial general al calentamiento global (Más información en este enlace.

Publicaciones recientes

Publicaciones recientes

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Menú

Por favor, ayúdanos a promocionar la salud.

Al hacer clic en cualquiera de estos botones nos ayudas promocionar la salud.