Sí, yo también sé gritar. Y grito cuando me sale de las pelotas la sintonía del “sí es sí” pateando la puerta del Sol pidiendo paso, cacareo por la vergüenza de la sanidad: de la sanidad balear. Que se sepa en Madrid que Baleares nos maltrata. Si el frontal de mi camiseta en la manifa era un “sí se pudo un sí es sí”, en la espalda lucía el dorsal de “sí pudimos sisear el sí”, o sea, que sí pudo haber sido un sí en la atención primaria de baleares antes de que no nos quedara más remedio que firmar su forense defunción. Una defunción de esta primaria convertida en primitiva, mujer agredida, asediada y violentada hasta sus últimas consecuencias. Era nuestra madre primigenia, nuestra mujer y nuestra hermana, fue orgullosamente nuestra primera puerta asistencial sanitaria. Descanse ya en su colapso absoluto.
Y siendo tarde para reclamar lo que no se ha querido resolver en ocho años, siendo el mismo equipo original el que ha dirigido los designios de nuestra sanidad, no es sólo legítimo poder hacer ese balance sino exigir responsabilidades a sus maltratadores. Excepto Julidemisadioses (que se ha quedado para despachar en horario nocturno con Patriciasolas) el equipo de Salud de estas dos legislaturas ha ido siendo el mismo, digo si entendemos dentro de los cargos cambiantes y vergonzantes de responsables -además- a la familia, la gran familia de colocados en empresas públicas creadas a su imagen y su semejanza tipo GSAIB. Cuando pienso en la cantidad de síes agradecidos de esa empresa y en cómo los haremos desfilar dentro de seis meses gritando “sí era sí” por esta pancarta, entiendo la radicalidad del discurso, empiezo a entender los regalos de última hora y esa disposición a acallarte por menos de todo. Es más, pronto veremos las históricas reclamaciones del sindicato médico hacerse realidad con otra promesa falsa enculada al siguiente gobierno. Anoto para repetir los datos de este mantra de síes los números de espera de los pacientes entre Madrid y Baleares, los 73 días para que te vea en Madrid un especialista y los 134 de Baleares. Veo el reculado plan estratégico del hospital de Inca del pasado cinco de noviembre para -por ejemplo- “privatizar” la asistencia en pacientes cardiópatas por vía telemática, y -siendo la gran reivindicación para derrocar los síes de Ayuso- no entiendo nada. O sí, se entiende todo con otro sí. El sí al voto.
Huelga una huelga en el lugar adecuado y falta una huelga aquí en condiciones, una huelga donde no venderse, donde mirarse al espejo y donde explicarle a responsables como Miguel Caldentey o Rosa Duro -por poner dos nombres pintureros- que la humanidad y la humanización son los mismos perros de la misma correa del socialismo falso por el que ovulan. La humanidad -como el progreso y las ayudas- empiezan con el trabajo. Un trabajo en condiciones dignas, responsables y merecidas, un lugar en el que cumplir con lo que un día juramos hacer por Hipócrates. ¿O huelga también decir lo que juramos hacer?
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Lo unico es que las CCAA tienen la responsabilidad de la Sanidad, no se trata de insultar y ningunear a los profesionales, se trata de gestionar, y a lo mejor, no habria tanta falta de medicos, yo lo siento, creo que las CCAA no saben ni quieren gestionar la salud de todos, se esta perdiendo la equidad por 17 gobiernos dentro de un mismo pais, donde el estado del bienestar depende de los mediocres politicos…