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El Consejo de Colegios de Médicos considera que dificultar la objeción de conciencia ante la nueva Ley del Aborto es “inapropiado, inaceptable, ilegal e injusto”

Imagen de cómo se realiza un aborto por aspiración al vacío a las ocho semanas de edad gestacional (seis semanas después de la fertilización). 1: saco amniótico 2: embrión 3: revestimiento uterino 4: espéculo 5: vacurette 6: conectado a una bomba de succión. Andrew c - Trabajo propio / Wikipedia

El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), ante las declaraciones y propuestas efectuadas por la ministra de Igualdad, manifiesta “que dificultar la objeción de conciencia [ante la nueva Ley del Aborto] del personal sanitario es una mala solución que resulta inaceptable, ilegal e injusta y que han de ser los Servicios de Salud y Servicios Sociales los que deben de realizar bien su labor y gestión para garantizar que las mujeres que se vayan a someterse a una Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) cuenten con el apoyo apropiado”.

La corporación médica destaca que la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios es un derecho individual al que puede acogerse quien considere que una práctica o procedimiento va en contra de sus convicciones y creencias. “La garantía de que una prestación del Sistema Nacional de Salud esté disponible y sea accesible, trasciende el ámbito individual, se articula a través de las redes sanitarias, y tiene como protagonistas a los gestores, más que a los médicos”, añaden desde el CGCOM.

Fuentes de la corporación añaden que “en muchas prestaciones de la cartera de servicios es difícil asegurar la misma accesibilidad en todas las poblaciones; en ocasiones, incluso resulta conveniente centralizar procesos o procedimientos por razones de calidad y eficiencia. En el caso de la IVE parece que se identifican situaciones de baja accesibilidad; dado que se trata de procedimientos quirúrgicos normalmente ambulatorios, el que puedan prestarse localmente dependerá de una adecuada organización de los servicios sanitarios”.

En esas circunstancias, “forzar la conciencia de los médicos para ampliar el número de facultativos disponibles en todas las poblaciones” es, según el CGCOM, “además de inconstitucional, una mala solución, que desde la perspectiva de la profesión médica se consideraría inaceptable, ilegal e injusta. Mejor sería que los servicios de salud y los servicios sociales hicieran bien su trabajo, y pusieran medios para que las mujeres que han de someterse a una IVE, tengan el apoyo apropiado en el caso de que sea necesario desplazarse”.

Por otra parte, se añade, “conviene señalar que en pueblos y ciudades pequeñas no es fácil mantener la obligada privacidad, por lo que una cierta concentración en la prestación de estos servicios podría tener un efecto protector para la intimidad de las mujeres”. Por todo lo expuesto, desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos se enfatiza que “dificultar el ejercicio del derecho de objeción de conciencia por las normas o por las instrucciones reglamentarias es inapropiado, pero también es particularmente injusto. Coloca a los médicos en la diana de la contrariedad de los pacientes y de sectores de la sociedad, cuando no tienen la culpa, y cuando las oportunidades de solucionarlo las tienen otros”.

“Y es injusto, –concluyen– porque en el momento actual, en la epicrisis de la pandemia COVID-19, los poderes públicos han acumulado una enorme deuda moral con la profesión médica y con las demás profesiones sanitarias. Mala forma de honrar esta deuda sería provocar conflictos dormidos o utilizar a un colectivo muy dañado y maltratado, como coartada de políticas que no han sido diseñadas con la competencia técnica, o con los recursos materiales necesarios.”

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  • Miguel Reyero
    21 julio, 2021 2:06

    Reflexión para los responsables de la Organización Médica Colegial. Absolutamente de acuerdo en que la objeccion de conciencia es un derecho individual, de índole moral o religiosa. No debe, no puede haber enteros Servicios, hospitales, Comunidades Autónomas objetores en bloque. Y porque » casualmente» las hay? ¿Que reflexión merece que, por ejemplo en Baleares todos los hospitales públicos siempre han tenido y tienen amplios grupos de profesionales que siempre han realizado interrupciones de embarazos, y en Comunidades como Murcia todos sus ginecólogos, servicios y hospitales, sin excepción sean objetores? ¿ Genéticamente distintos? En cuanto pisan la región de Murcia, u hospitales de Madrid o Navarra les cambian sus convicciones morales?
    O.M.C.: un poco de seriedad y de sinceridad. Reconozcamos lo que esas situaciones demuestran. El uso farisaico, tramposo y torticero de algo que debiera ser muy serio: el derecho a la objeccion de conciencia. No insulten a la inteligencia de muchos ginecólogos y ginecólogos. Y de la ciudadanía

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