Del refriado común a la Legionella, los riesgos del aire acondicionado en verano, según los neumólogos de la SEPAR

Juan Riera Roca /
Los médicos especialistas en Neumología de la sociedad científica de enfermedades del pulmón SEPAR, han recomendado un adecuado mantenimiento del aire acondicionado antes del verano y un uso controlado cuando el calor apriete, algo que ha venido sucediendo y que pese a la mejoría atmosférica seguirá sucediendo aún.

El aire frío, la sequedad ambiental y los gérmenes pueden provocar la irritación, inflamación e infección de las vías respiratorias; los pacientes con enfermedades crónicas respiratorias, los niños y los ancianos, son los más vulnerables a las consecuencias del mal uso de los sistemas de climatización.

Pero según estos especialistas, el mal uso del aire acondicionado en verano puede tener consecuencias, desee banales pero altamente incómodas, como los resfriados, a otras no tan probables pero muy peligrosas, como la difusión de brotes de Legionella en sistemas de acondicionamiento de aire mal mantenidos.

Estos aparato enfrían el aire, le quitan humedad y tienden a acumular polvo, gérmenes u otro tipo de sustancias orgánicas en los filtros. Todo ello favorece la irritación, inflamación o infección de las vías respiratorias: «Debemos aprender a usarlo adecuadamente para evitar riesgos para salud, de resfriado a una infección».

Es un consejo de la Dra Olaia Bronte, neumóloga y miembro del Área de Medio Ambiente de SEPAR, en relación a las nefastas consecuencias que puede tener para la salud que por este medio se produzca una infección por bacterias o hongos, derivando en una afección que puede ser graves.

Y es que, según estas fuentes, hasta un 20% de los cuadros catarrales, laringitis, faringitis o procesos bronquíticos se producen en verano a causa del uso inadecuado del aire acondicionado. Habitualmente estas afecciones son leves. Suelen producirse por el efecto irritativo e inflamatorio del aire frío.

Éste incide sobre la vía aérea superior, faringe o laringe o incluso a nivel bronquial. También, temperaturas excesivamente bajas o los cambios de bruscos de temperatura al pasar de un lugar con aire acondicionado a la calle, sin que el cuerpo tenga tiempo de aclimatarse son el origen de gran parte de los refriados de verano.

El aire acondicionado rebaja la humedad del ambiente causando sequedad de la mucosa nasal y la vía respiratoria superior. Este efecto puede ocasionar molestias y de nuevo irritación e inflamación, por lo que suele recomendarse mantener un nivel adecuado de hidratación bebiendo lo suficiente.

La Dra. Bronte recuerda que los problemas más graves suelen estar relacionados con los gérmenes que se acumulan en los filtros de aire acondicionado, cuando no se realiza una limpieza correcta o su mantenimiento es inadecuado, extremos estos que hay que tener siempre muy en cuenta para evitar enfermedades.

Además, ―añade la Dra Bronte, de la SEPAR― el empleo de aire acondicionado favorece la permanencia de las personas en ambientes cerrados, menor ventilación, facilitando de este modo la transmisión y el contagio de gérmenes, como otro de los efectos colaterales de un mal uso de este sistema.

«Entre los gérmenes relacionados con los sistemas de ventilación, el más conocido es la bacteria Legionella pneumophila, responsable de una neumonía que puede ser grave. Otros de los principales contaminantes del aire son los hongos Aspergillus niger y Aspergillus fumigatus», dice la experta.

Y recuerda que estos gérmenes provocan rinitis, asma, neumonía o neumonitis por hipersensibilidad. Además, hay personas especialmente sensibles o vulnerables como los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas (como los asmáticos o con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica –EPOC-).

También, los niños y ancianos que deben ser especialmente cautos ante el uso del aire acondicionado. Por todo ello, desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, SEPAR, se recomienda en primer lugar revisar y limpiar los filtros del aire acondicionado de forma periódica, pero especialmente antes del verano.

Asimismo, seguir las recomendaciones sobre mantenimiento
de los fabricantes y además colocarlos en lugares adecuados de la casa o la oficina. Se debe procurar mantener la calidad del aire de interior con adecuada ventilación. En relación al aire acondicionado, la temperatura más adecuada son los 22-24 grados.

Se aconseja subir esa temperatura uno o dos grados alta por la noche, y mantener una humedad del aire entre un 35% y 60%. También es importante mencionar que la mayoría de los catarros relacionados con el aire acondicionado no suelen causar fiebre; causando estornudos, rinorrea y la congestión nasal.

Lo más indicado ante un cuadro de estos es evitar volver a coger frío y evitar los cambios bruscos de temperatura. Y como norma general, para estos procesos nasales o faríngeos no se deben tomar antibióticos, puesto que se trata habitualmente de afecciones de origen vírico.

Finalmente, los profesionales de la salud respiratoria quieren recordar a todos los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas, la necesidad de continuar con sus tratamientos y cuidados habituales y mantenerse alerta ante cualquier cambio o síntoma que pudiera avisar de una desestabilización o empeoramiento.

Publicaciones recientes

Publicaciones recientes

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Menú

Por favor, ayúdanos a promocionar la salud.

Al hacer clic en cualquiera de estos botones nos ayudas promocionar la salud.