Día 18 de noviembre: día internacional del superviviente de un suicidio, personas que han vivido de cerca, un familiar, la pareja, un padre o una madre se han suicidado.
Y a partir del momento del suicidio, la vida da un vuelco, difícil de superar.
He hablado con alguno supervivientes y me han contado sus vivencias:
Carlos Soto y Olga Ramos: Olga nos cuenta: “estamos ayudando a personas y ello es satisfactorio porque veo que algo de mi parte puede ayudar a eotras personas y podemos prestarle ayuda según sus necesidades. Y hacemos una labor en la sociedad para que las personas que viven una situación por la que nosotros hemos pasado, pasen el camino del duelo de una forma más controlada”. Y Carlos añade que empezaron al poco tiempo del suicidio de su hija, al ver la cantidad de casos de suicidio que había, pidiendo voz. “Gracias al tratamiento con psiquiatras y psicólogos y mucho trabajo personal, empezamos con trabajo en el Summa de Madrid y par atención primaria”. Y a partir de ahí, las colaboraciones en prevención del suicidio es lo que consideran que es la labor que tienen como padres de Ariadna. Además hay gente que se pone en contacto con ellos a través de las redes sociales, a los que dirigen a buenos profesionales, porque no todos los psicólogos saben sobre suicidio. Y añaden que hay que ir con cuidado en cómo se habla por lo complicado que es este duelo.
Carles Alastruey de la asociación después del suicidio: Y dicen que es doloroso hacer frente a cualquier muerte, pero en la situación de un suicidio se añade la angustia de querer saber o entender qué es lo que la ha forzado. Esto añade un matiz diferente al duelo por suicidio en relación al resto de duelos. El duelo es un proceso, no una enfermedad. Hablar de los recuerdos, poco a poco, no es tan doloroso, a pesar de que este dolor no desaparece nunca del todo y se aprende a convivir con él. Sin embargo, existe un sentimiento común entre los supervivientes, y es que la vida nunca más será la misma.
Nora Andreu: Con Nora hablamos de su papel como psicóloga en un ámbito tan complicado como el suicidio. Junto a ello, hablamos de lo que ella dice y repite de que no hay Salud sin salud mental. También comentamos el hecho de como vive su salud mental, ayudando a otras personas a mejorarla (Nora es una superviviente y una sobreviviente y comenta que decirlo le costó que profesionales le dieran la espalda, aunque ella defiende la importancia de ser coherente y decirlo). Así mismo hablamos de cuanto le preocupa la salud mental de los más pequeños y de los docentes, de cómo cuidarla, hablando del bullying y del ciber bullying y del papel de e apdres y madres con sus niños/as.
O Roman Reyes que escribe en su mensaje de Change.org: Vivo en una pesadilla diaria de la que no puedo salir desde que mi madre decidió acabar con su vida tirándose desde la sexta planta del piso en el que vivía. Su marcha es injusta y su muerte era perfectamente evitable. Como la de las 10 (11 ya) personas que hoy, estadísticamente, se van a quitar la vida.
Para la prevención del suicidio lo primero que habría que hacer sería prestar atención a la salud mental desde un ámbito interdisciplinar, con una concienciación de su importancia que llegue a las familias, a las escuelas y a los profesionales del sistema de salud. Por lo que respecta a campañas de prevención, el suicidio no deja de estar relacionado con esas otras conductas o prácticas sobre las que sí se hacen campañas, como el bullying, el consumo de drogas y alcohol o la violencia de género. Incluso muchos accidentes de tráfico son suicidios encubiertos. Algunos países hacen ya campañas específicas de prevención del suicidio que pueden ayudar, pero para combatirlo, se necesitan planes de salud pública que aborden la salud mental con un mayor alcance.
