La llegada prematura de frutos de posidonia en las playas baleares alerta a los científicos, que piden la colaboración ciudadana 

La llegada prematura de frutos de posidonia en las playas de Baleares ha alertado a los científicos, que piden colaboración ciudadana para comprender este fenómeno, según se informa desde el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA, del CSIC y la UIB).

El IMEDEA es un centro público de investigación, ubicado en Esporles. Su principal misión es transferir conocimiento científico a la sociedad y avanzar en la comprensión de los procesos ambientales que afectan a nuestro planeta y a los seres que lo habitan.

Ante el mencionado fenómeno, los científicos del IMEDEA señalan que la obtención de datos es clave en la detección de un patrón que puede estar relacionado con la extrema ola de calor del pasado verano. La ciudadanía puede colaborar enviando fotografías de los frutos a la plataforma Observadores del Mar.

Los frutos de la Posidonia oceánica, una planta marina responsable de la buena salud de las aguas mediterráneas y el refugio habitual de gran parte de la fauna marina que habita en ellas, están apareciendo de forma prematura en las playas de Baleares.

Los investigadores del IMEDEA (CSIC-UIB) realizan el seguimiento de estas plantas a través del Proyecto Praderas en reproducción de la plataforma de ciencia ciudadana Observadores del Mar. En Baleares se registran apariciones de “olivas de mar” —frutos de posidonia— desde principios de febrero.

Son fechas inusualmente tempranas, ya que lo habitual es ver los frutos en primavera. Ante esta anomalía, Fiona Tomas, investigadora del IMEDEA y responsable del proyecto, se pregunta si las causas están relacionadas con la extrema ola de calor del pasado verano, 5ºC por encima de lo habitual.

“La floración masiva y el adelanto en la formación de frutos de posidonia podría indicar que el calentamiento del mar ha alterado la reproducción de la planta, teniendo en cuenta el nivel de intensidad de la ola de calor que ha sufrido el Mediterráneo durante el pasado verano y la floración observada».

Por todo ello, “se podría esperar la llegada de abundantes frutos. Sin embargo, aún es incierto si dicho estrés puede provocar otros efectos, como por ejemplo, que cambien los patrones de maduración de los frutos, o que el éxito reproductor disminuya”, aclara.

Así pues, para entender las consecuencias que el calentamiento puede tener en esta especie icónica del Mediterráneo, es necesario identificar los patrones de producción de frutos. Pero hasta la fecha no existen datos al respecto. Es por ello que el proyecto promueve la colaboración ciudadana.

Esta colaboración se solicita favoreciendo el envío de fotografías de los frutos de posidonia que, al flotar, llegan a los arribazones de las playas, donde son muy fáciles de observar. Sandra Espeja, de la Fundación Marilles y coordinadora de la plataforma de ciencia ciudadana Observadores del Mar en Baleares, lo explica:

“Hay mucha gente que se está encontrado con estos frutos en el agua o en la playa y no conoce la importancia de su hallazgo. La información que de ello se puede extraer para la investigación científica es muy relevante, por eso pedimos colaboración en el envío de fotos de estos avistamientos”, explica.

Quien fotografíe frutos de posidonia puede enviar la imagen al equipo científico a través de  observadoresdelmar.es. Una vez efectuado el registro y subida la observación, debe seleccionarse el proyecto Praderas Marinas en reproducción y georeferenciar la imagen, que será validada por el equipo del IMEDEA.

Al tratarse de una especie protegida, la plataforma facilita una sencilla guía para cuantificar los frutos de esta planta marina. La descarga es gratuita y está disponible en su web. Esta planta marina puede reproducirse sexualmente con la producción de flores y frutos (como hacen comúnmente las plantas terrestres).

Sin embargo, generalmente esta reproducción sexual es poco común, y la colonización del sustrato se realiza mayoritariamente por crecimiento vegetativo (reproducción asexual), gracias al crecimiento y expansión de los rizomas, es decir, los tallos subterráneos.

No obstante, últimamente es más común observar la floración de posidonia. En las últimas décadas, se han observado episodios de “floración masiva” que se han relacionado con el calentamiento del agua, especialmente con la existencia de “olas de calor”.

Las flores que se reproducen con éxito crean unos frutos, las “olivas de mar”, que cuando están maduras (o si hay temporal) se desprenden y flotan, permitiendo que la especie se pueda expandir a otras zonas posiblemente más favorables.

Asimismo, al ser el resultado de la reproducción sexual, la formación de frutos aumenta la diversidad genética de las poblaciones, y esta diversidad es favorable para la adaptación de la especie a nuevas condiciones ambientales. Por ello, la activación de la reproducción sexual asociada a las olas de calor se interpreta como una respuesta al estrés ambiental, y puede servir para aumentar las probabilidades de éxito de la especie.

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