Los hábitos saludables se deterioran de manera relevante entre los niños en solo tres años, según una investigación de la UIB

Los hábitos de vida de los niños en España empeoran en todos los ámbitos: bienestar emocional, uso de pantallas, actividad física, horas de sueño y alimentación. Así lo apuntan los resultados preliminares del estudio PASOS 2022, coordinado por la Gasol Foundation.

En el estudio de esta fundación, de los hermanos Pau y Marc Gasol para prevenir la obesidad infantil, ha participado el Grupo de Investigación en Nutrición Comunitaria y Estrés Oxidativo (NUCOX) de la Universidad de las Illas Balears, el IdISBa y el CIBEROBN (ISCIII).

Esta es la segunda vez que el Grupo de Investigación en Nutrición Comunitaria y Estrés Oxidativo de la UIB colabora con la Gasol Foundation, tras la edición de 2019 del estudio PASOS. La incidencia de la obesidad infantil es ligeramente inferior a la de 2019, cuando un 36,1% de los menores presentaban exceso de peso.

Pese a ello, el estudio revela un deterioro general en la calidad de vida de los más jóvenes, hecho que demuestra la necesidad de continuar reforzando las intervenciones que contribuyan a promocionar un estilo de vida saludable entre los más jóvenes.

La segunda edición de PASOS muestra que la obesidad y la obesidad severa continúan siendo un reto entre los menores en España. La obesidad severa, el caso más grave de exceso de peso, se consolida, puesto que afecta a un 1,5%. En cuanto a la obesidad, la presentan un 11,8% de los niños de 8 a 16 años, ante un 12,3% en 2019.

Una de las hipótesis para explicar este descenso es la menor tasa de participación en PASOS 2022, que podría estar relacionada con el creciente estigma alrededor del peso, provocando que los niños y adolescentes que presentan mayor un exceso de peso declinen participar para evitar el juicio externo en el entorno escolar.

PASOS muestra la realidad dura que viven 4 de cada 10 niñas entre 8 y 16 años en España: un 40,1% declara sentirse preocupada, triste o infeliz, un porcentaje muy superior al de los niños (23,9%). Una diferencia de magnitud similar se observa en el análisis comparativo entre la infancia (20,4%) y la adolescencia (41,6%).

Dentro del cuestionario de calidad de vida, esta dimensión es la que presenta un mayor deterioro en el que, probablemente, ha influido de manera relevante el cambio de dinámicas sociales que ha experimentado la infancia y, sobre todo, la adolescencia, durante la crisis sanitaria del COVID-19.

Los niños españoles dedican más de 3 horas al día entre semana a las pantallas, lo que supera con creces la recomendación de un máximo de 2 horas al día ante ordenadores, móviles, tabletas o televisión. El fin de semana, el tiempo dedicado a las pantallas es todavía mayor: casi 5 horas al día (294,1 minutos).

Después del COVID-19, se observa que se ha incrementado el porcentaje de niños que incumplen la recomendación de uso de pantallas tanto entre semana (64% en 2022 versus 54,8% en 2019) como el fin de semana (83,8% en 2022 versus 79,6% en 2019).

Con los resultados preliminares, se constata que la media de minutos dedicados a la práctica de actividad física moderada o vigorosa ha disminuido en 23 minutos diarios en el período de 2019 a 2022, con lo que ha aumentado el incumplimiento en cuanto a la media de 60 minutos diarios.

Los datos del estudio PASOS muestran que tan solo el 54,2% de la población cumple con la recomendación de horas de sueño entre semana, un valor similar al de los fines de semana (53%). Este incumplimiento crece casi un 6% respecto a 2019 para los días entre semana.

Más de la mitad de los adolescentes (de 12 a 16 años), el 56,8%, duerme menos horas de las recomendadas de lunes a viernes, mientras que son los niños (de 8 a 12 años) los que cumplen menos la recomendación los fines de semana, cuando casi la mitad (49,1%) duermen menos de lo recomendado.

Los últimos tres años han acelerado la tendencia que ya se observó en la primera edición del estudio PASOS: la adherencia a la dieta mediterránea se está deteriorando entre los niños. En el período de 2019 a 2022, el nivel de adherencia alto para este tipo de dieta pasó del 40% al 36,7%.

Esto significa que significa que 6 de cada 10 menores presentan un nivel de adherencia medio o bajo. Del mismo modo, se incrementa el porcentaje de población infantil y adolescente que presenta un nivel bajo de adherencia a la dieta mediterránea (del 10,1% en 2019 al 12,1% en 2022).

En este ámbito, el estudio no revela diferencias destacables por género, pero sí según la edad, puesto que solo un 33% de los adolescentes de 12 a 16 años presentan un nivel óptimo de adherencia a la dieta mediterránea respecto a un 41,2% de niños.

La prevalencia de obesidad es prácticamente el doble (16%) entre los participantes de una escuela de menor renta media respecto a los de una de mayor renta. Estas diferencias siguen esta misma tendencia respecto al uso de pantallas, las horas de sueño y la adherencia a la dieta mediterránea: los niños y adolescentes de escuelas situadas en entornos más desfavorecidos presentan un estilo de vida más deteriorado.

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