Una investigación enfermera revela que el ejercicio aeróbico acuático durante el embarazo mejora el dolor en el parto y la calidad de vida

La doctora en Enfermería, Araceli Navas.

La doctora en Enfermería, Araceli Navas, comadrona e integrante de la Gerencia de Atención Primaria de Mallorca (GAPM) ha realizado una investigación –materia de su doctorado –que aporta evidencia científica sobre sobre la relación entre el ejercicio aeróbico acuático durante el embarazo y el uso de analgesia epidural y la percepción del dolor durante el parto.

Junto a la Dra Navas, María del Carmen Carrascosa, (CS Son Ferriol), Catalina Artigues (CS Martí Serra y GAPM), Silvia Ortas y Elena Portells (GAPM) y Aina Soler y Alfonso Leiva, de la Unidad de Investigación de la GAPM, han participado en el artículo «Effect of aerobic water exercise during pregnancy on epidural use and pain: A multi-centre, randomised, controlled trial»

El artículo ha sido publicado recientemente en la revista Midwifery, sobre una investigación que parte de la base de que si bien los beneficios físicos y psicológicos del ejercicio durante el embarazo están bien establecidos, el impacto del ejercicio sobre el dolor durante el parto y el uso de la analgesia epidural eran materias que habían sido menos exploradas.

El objetivo principal de este estudio fue analizar la eficacia y la seguridad del ejercicio aeróbico moderado en el agua por parte de las embarazadas sobre el uso posterior de la analgesia epidural durante el parto, la inducción del parto, el modo de parto y la percepción del dolor. El estudio ha sido un ensayo multicéntrico, paralelo, aleatorio, cegado y controlado en un entorno de Primaria.

Se ha desarrollado en un distrito de salud de un hospital metropolitano obstétrico terciario en Mallorca. Las participantes han sido embarazadas de 14 a 20 semanas con bajo riesgo de complicaciones. De 320 mujeres embarazadas unas (aleatoriamente) practicaron ejercicio aeróbico acuático moderado con la atención prenatal habitual y otras sólo atención prenatal habitual.

El programa de ejercicios no afectó al uso de analgesia epidural, al parto vaginal o a la cesárea. Sin embargo, las mujeres del grupo de ejercicio informaron de menos dolor durante el parto. Los dos grupos (ejercicio aeróbico acuático moderado versus atención prenatal habitual) no mostraron diferencias significativas en los eventos adversos maternos o neonatales.

“El estudio –añade la Dra Navas –ha dado como resultados una reducción en la percepción del dolor durante el trabajo de parto activo, aunque no en suficiente medida como para disminuir la utilización de analgesia epidural. Los beneficios en la calidad de vida autopercibida han sido en todas las esferas pero de forma significativa en la ansiedad y depresión”.

También, añade, “reduciendo los síntomas depresivos y el riesgo de sufrir depresión posparto”. Además, “la calidad del sueño era mejor en el grupo de ejercicio, aunque la diferencia no fue significativa. Todos estos resultados están en la misma línea que estudios previos que relacionan la realización de ejercicio y la influencia positiva en la salud mental materna”.

Por otra parte, explica la investigadora, “la literatura existente y sus beneficios sobre la diabetes gestación al, hipertensión y ganancia excesiva de peso durante la gestación, hace que la prescripción de ejercicio físico sea básica durante la gestación”. Por ello, “puede ser una herramienta más para el control del dolor y mejora toda la salud materna, tanto física como psicoemocional”.

La Dra Navas señala que “el hecho de que lo realicen matronas formadas en ejercicio acuático aporta un cuidado integral por parte de estas, pudiendo realizar actividades preventivas y de promoción de la salud, fomentar el parto normal, detectar desviaciones de la normalidad y derivar a los servicios sanitarios adecuados e incluso aplicar las primeras medidas de emergencia”.

Por todo ello, “el impacto en la calidad de vida de las mujeres es muy claro y directo”. Además, “comprobamos la seguridad del ejercicio durante la gestación. viendo que no aumentaban las tasas de partos prematuros, la rotura prematura de membranas ni los abortos, con lo cual concluimos que la realización de ejercicio es segura, como ya lo habían planteado estudios previos·.

En resumen, sintetiza la investigadora, “la realización del ejercicio en agua para la embarazada conlleva unos beneficios añadidos al ejercicio aeróbico, ya que la ingravidez, la flotabilidad y la presión hidrostática les ayuda a sentirse mejor y la libertad de movimiento, al reducirse la sensación de peso en el agua, reduce también el edema y posibles lesiones”.

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