Un estudio científico español identifica los factores que permiten predecir la evolución del dolor cervical, permitiendo además calcular la probabilidad de mejoría individual de cada paciente según sus características personales (demográficas, sociales, clínicas y radiológicas) y el tratamiento que se le aplique.
Es el estudio más amplio realizado en el mundo en este campo y el único basado en datos de pacientes atendidos en la práctica clínica habitual, y no en un ámbito experimental. Se ha llevado a cabo a través de pacientes de centros sanitarios de 11 de las comunidades autónomas de España, incluida las Islas Baleares.
El análisis se ha centrado en el cálculo de la probabilidad de que, 3 meses después de ser atendido por dolor cervical, los tres aspectos más importantes de esta dolencia hayan mejorado significativamente o desaparecido. Estos aspectos son la intensidad del dolor del cuello, la intensidad del eventual dolor irradiado al brazo, y el grado de restricción que conllevan en las actividades cotidianas («discapacidad»).
Este estudio, en el que han participado pacientes atendidos en centros sanitarios de la Comunidad Autónoma de Baleares, demuestra que, aunque los fármacos o la fisioterapia pueden aliviar los síntomas, no modifican el pronóstico del paciente a los tres meses, como tampoco lo hacen la cirugía o el ejercicio, tal vez porque necesiten más tiempo para que sus efectos se perciban.
De hecho, el único tratamiento que ha demostrado influir significativamente en la mejoría del dolor cervical es la intervención neurorreflejoterápica (NRT). Durante más de una década, este tratamiento fue ofrecido con éxito a los pacientes a través del Servicio de Salud de las Islas Baleares (Ibsalut), aunque el gobierno Armengol decidió eliminarlo de la sanidad pública balear, en una decisión política que lo enfrentó a los pacientes afectados.
Basándose en los resultados de este estudio, se ha desarrollado una aplicación informática que automatiza el cálculo del pronóstico individual de cada paciente y permite anticipar cómo se modificará su evolución en función del tratamiento que se aplique en su caso concreto. La aplicación es de uso libre y gratuito y está disponible en www.pronosticodolorcervical.es.
El usuario, ya sea médico, fisioterapeuta o paciente, sólo tiene que introducir los datos solicitados para que la aplicación le muestre la probabilidad de que en un plazo de tres meses el dolor del cuello, el eventual dolor irradiado al brazo y el grado de discapacidad hayan mejorado significativamente o hayan desaparecido.
Modificar los datos (por ejemplo, relativos al tratamiento que se plantea), también permite cuantificar el impacto que tendrá el tratamiento en cuestión en la probabilidad de mejoría en su caso concreto.
Para el Dr. Francisco Kovacs, médico mallorquín que según los índices bibliométricos internacionales es el principal investigador del mundo hispanoparlante en el campo de las dolencias del cuello y la espalda; primer autor del estudio y director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE), “el dolor de cuello es una de las cuatro principales causas de discapacidad en el mundo.
Este estudio y la aplicación informática resultante permite al paciente participar activamente, junto con los médicos o fisioterapeutas que le atienden, en las decisiones clínicas que le afectan, al hacer posible que coteje los riesgos y molestias de cada tratamiento con la mejoría del pronóstico que va a conllevar en su caso concreto».
Los autores del estudio utilizaron modelos predictivos multivariantes de regresión logística para analizar el eventual valor pronóstico de los treinta y siete parámetros que estudios previos sugerían que podían asociarse a la evolución del dolor o la discapacidad.
Estos 37 parámetros incluyeron factores socio-demográficos (edad, sexo, situación laboral o percepción de baja laboral), clínicos (intensidad y duración del dolor del cuello y del dolor irradiado, grado de discapacidad, procedimientos diagnósticos realizados -radiografía, resonancia magnética, electromiograma, etc.-, o los tratamientos aplicados -distintos tipos de fármacos, fisioterapia, rehabilitación, intervención neurorreflejoterápica, infiltraciones, etc.-), y los hallazgos radiológicos observados en cada paciente (la presencia de hernia discal, estenosis espinal, signos degeneración discal o de la articulación facetaria, etc.).
Después se identificaron cuáles de esos factores realmente eran útiles para establecer el pronóstico, se cuantificó su valor con ese fin, se desarrollaron modelos predictivos que permitían combinar todos los factores presentes en cada paciente para predecir su evolución, y se evaluó si la evolución predicha por los modelos coincidía con la observada en la realidad.
Se establecieron tres modelos predictivos, que demostraron ser válidos para calcular por separado la probabilidad de que se produjera una mejoría en el dolor del cuello, el dolor irradiado y el grado de discapacidad.
Dos factores demostraron asociarse a una mejor evolución de los dos tipos de dolor y del grado de discapacidad: que el dolor durara menos de 90 días (en comparación a que fuera crónico y durara 90 o más días) y que el paciente fuera tratado con intervención neurorreflejoterápica.
Además, el pronóstico del dolor del cuello fue mejor entre los pacientes en los que se debió a síndrome inespecífico (en vez de a hernia discal o estenosis espinal), no mostraron signos de degeneración discal, siguieron trabajando a pesar del dolor, y eran mujeres.
Por su parte, el dolor irradiado al brazo evolucionó mejor entre los pacientes en los que el dolor se debía a síndrome inespecífico y no mostraron signos radiológicos de degeneración discal, mientras que el grado de discapacidad evolucionó mejor entre quienes siguieron trabajando a pesar del dolor, y no mostraron signos radiológicos de degeneración de la articulación facetaria.
Este estudio pionero ha sido coordinado por la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE) y en él han participado investigadores del Instituto de Biomedicina de la Universidad de León (IBIOMED); la Universidad del País Vasco; la Unidad de Bioestadística Clínica del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria (IRYCIS) (Madrid); el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERESP); la Barts and The London School of Medicine and Dentistry de la Universidad Queen Mary (Londres); la Unidad de Bioestadística Clínica del Instituto de Investigación Sanitaria Puerta de Hierro-Segovia de Arana (Madrid); y la Unidad de Espalda Kovacs del Hospital Universitario HLA-Moncloa (Madrid).
Su resultado ha sido publicado en una de las principales revistas científicas internacionales abiertas en el ámbito de las alteraciones musculotesqueléticas, BMC Musculoskeletal Disorders. El que sea «abierta» (es decir, que los derechos de copia del artículo no sean propiedad de la revista), permite que el artículo pueda ser consultado o descargado libre y gratuitamente por cualquier persona interesada.
El estudio analizó la evolución de 3.001 pacientes atendidos en la práctica clínica habitual de 47 centros sanitarios de 11 Comunidades Autónomas: Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Castilla-León, Cataluña, Extremadura, Galicia, Madrid, Murcia y País Vasco. 15 de los 47 centros pertenecen al Sistema Nacional de Salud; 6 a instituciones sin ánimo de lucro que trabajan para el SNS; y 26 son centros privados.
De todos ellos, 8 eran centros de atención primaria, 18 centros de fisioterapia y 21 centros de especialidades médicas (cinco de reumatología; seis de rehabilitación; cuatro de neurorreflejoterapia; y seis de cirugía ortopédica).
El 74% de los participantes en este estudio eran mujeres; la media de duración del dolor de cuello era de 180 días y la intensidad media del dolor de 6,6 puntos para el dolor cervical y de 6,0 para el dolor irradiado al brazo (en una escala en la que «0» corresponde a «ausencia de dolor» y «10» al dolor más intenso que se pueda imaginar).