Son Espases inaugura la exposición «Enmascarats» sobre los efectos de la pandemia en la salud mental de los niños y adolescentes, el año en que el IBSMIA ha atendido 14.430 consultas

JUAN RIERA ROCA
El Hospital Universitario Son Espases ha inaugurado esta mañana la exposición «Emmascarats» con pinturas realizadas por jóvenes que asisten al Hospital de Día del Instituto Balear para la Salud Mental de la Infancia y de la Adolescencia (IBSMIA). La exposición está compuesta por doce pinturas en las que los niños y los adolescentes reflejan qué ha supuesto y cómo los ha afectado la pandemia de COVID-19.

Esta mañana, el director gerente de Son Espases, Josep Pomar; la directora médica, Carmen Sanclemente; el director de gestión, Joan Carrió; la directora del IBSMIA, Isabel Flórez, y el profesor Jaume Mateu, han inaugurado la exposición, que está situada en el vestíbulo de Rehabilitación (planta cero, al lado de la cafetería) y que se mantendrá hasta el próximo 31 de octubre.

El estado de alarma, declarado en España en el mes de marzo por la situación de pandemia del coronavirus SAR-CoV-2 ha implicado el cierre de los centros educativos y el confinamiento domiciliario prolongado. Ello ha supuesto cambios importantes en las rutinas y en los hábitos de vida de los niños y de los adolescentes, ya que han estado expuestos a una gran cantidad de información sobre la pandemia.

En estudios realizados a escala mundial tras la primera fase de confinamiento, se han detectado síntomas emocionales en un 80% de los niños y de los adolescentes. Estos síntomas son los siguientes: dificultad de concentración (76,6%); aburrimiento (52%); irritabilidad, intranquilidad, nerviosismo (40%); sensación de soledad, inquietud y preocupaciones (30,1%); facilidad para discutir con el resto de la familia (29,7%).

También, mayor dependencia de los familiares (28%); ansiedad (28,4%); enfado (25,9%); tristeza (23,3%); excesivo miedo a la infección por COVID-19 (23,1%); temores que antes no había tenido, mucha preocupación al salir alguien de casa (22%); mayor tendencia a querer dormir con los padres (un niño de cada tres) y problemas del sueño que incluyen dificultad para conciliar-lo y despertares frecuentes (28,66%).

Los niños y los adolescentes con trastorno mental se consideran de riesgo, ya que los factores estresantes del COVID-19 pueden provocar un empeoramiento de su patología. Los más vulnerables son los que han presentado discapacidad intelectual ya que les resultó más difícil comprender la situación y las restricciones, aumentando la ansiedad y la agitación.

También, pacientes de con tastorno de espectro autista: los cambios y las pérdidas de rutinas les supuso un gran estrés, como también en el caso anterior. Durante la situación de pandemia presentaron, con mayor frecuencia, alteraciones del comportamiento y un mayor riesgo de tener que usar medicamentos psicotrópicos.

Los pacientes con trastorno obsesivo compulsivo sufrieron a causa de su preocupación por el contagio y por la contaminación, un empeoramiento de sus síntomas. Los que sufren trastornos de ansiedad tuvieron incremento de los niveles de ansiedad. Los que sufren trastornos depresivos tuvieron ideación autolítica y gestos autolíticos. El confinamiento supuso en algunos adolescentes con trastorno aliementario una mejoría pero también empeoramiento.

«La “nueva normalidad” tiene más riesgo ya que es muy poco normal. La comunicación entre iguales ha cambiado: hay que mantener distancias, hay que restringir las salidas y mantener pocos contactos. Un porcentaje considerable de clases, a partir de los 12-13 años, se harán en línea. Todo ello puede provocar un mayor uso de pantallas y aislamiento interpersonal», han informado fuentes psiquiátricas de Son Espases. Y añaden:

«No se sabe cuánto tiempo durará esta situación, los planes se tienen que posponer y hay que convivir con una nueva situación de incertidumbre. La crisis ya no es únicamente sanitaria, sino que aparece un nuevo escenario: la crisis económica y la pobreza, por lo que el estado emocional de estos niños y adolescentes se puede resentir. Por tanto, es importante aceptar que, en ocasiones, puedan estar mal y se tiene que poder hablar de ello.»

Los consejos para los padres ante la nueva normalidad incluyen mantener las rutinas y los hábitos saludables. A pesar de que la escolarización sea semipresencial, se deben mantener los horarios de las comidas y del sueño estructurados. Separar los espacios de ocio de los espacios para los trabajos escolares en línea. Las rutinas diarias tienen que ser flexibles pero constantes.
Se tiene que practicar ejercicio físico.

Se debe crear un clima para que la comunicación sea abierta, en el que su hijo pueda expresar cómo se siente, manifestar sus preocupaciones y hacer preguntas. Se debe permitir que su hijo hable libremente y acepte sus sentimientos. Tratar de ver las cosas desde la perspectiva de su hijo. Decirle que se está ahí para apoyarle.

Aunque se quiera a los hijos, «puede haber momentos en que no podamos más ya que tenemos muchas preocupaciones. ¿Qué podemos hacer en estas situaciones?» Y se sugiere: «Tomar un descanso en el momento en que comience a sentirse enojado. Parar y respirar. Intentar no estar solo. Buscar a alguien con quien hablar sobre cómo usted se siente. Bucar espacios de autocuidado. Encontrar actividades saludables que gusten».

Hay que asegurarse de que su hijo está seguro cuando está conectado en línea. Hablar con él de los efectos que tiene el exceso de utilización de las pantallas. Establezcer los límites de uso (tanto de tiempos y horarios como de espacios). Apagar el móvil, dando ejemplo a niño. Proponer hacer actividades alternativas juntos.

El IBSMIA es el organismo responsable de la evaluación, del diagnóstico y del tratamiento de los niños y adolescentes de las Islas Baleares que tienen un trastorno mental grave. Dispone de cinco unidades comunitarias de consultas externas (tres en Mallorca, una en Menorca y una en Ibiza), un Hospital de Día y una Unidad de Hospitalización Breve para pacientes que presentan trastornos de salud mental de gravedad elevada i/o con un riesgo alto. .

Este año, los profesionales del IBSMIA han atendido en Mallorca a 1.520 nuevos pacientes y, en total, se han realizado 14.430 consultas. En la Unidad de Hospitalización se han registrado 128 ingresos.

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