Palma acoge un congreso y una exposición para reivindicar el papel de la enfermera en la Historia

Juan Riera Roca / Cuando científicas de la talla de la doctora en Humanidades, enfermera, profesora e investigadora de la UIB Gloria Gallego, se pusieron a trabajar en la exposición «Enfermeras en la memoria. La fuerza invisible de una profesión» se dieron cuenta de que «las enfermeras salen muy poco en las fotos, hay muy pocas imágenes de ellas». Este hecho es tal vez un paradigma de esta profesión.

Las enfermeras llevan cuidando a las personas que lo necesitan desde la Edad Media (hospitales, guerras, epidemias, catástrofes, en el día a día con los enfermos y con los más frágiles), pero aún hoy no tienen la visibilidad y el reconocimiento profesional, científico y humano que se merecen «en parte fundamental, creo yo, por el peso del patriarcado», según afirma la doctora Gallego.

Para lograr esa visibilidad las enfermeras de Baleares se han propuesto recuperar la memoria de su profesión, reivindicando su historia, a nivel local e internacional. Bajo el lema «Poder e influencia de las enfermeras en la historia», el XVI Congreso nacional y XI Internacional de Historia de la Enfermería se celebrará del 29 al 31 de octubre en el Teatro Xesc Forteza.»

Este congreso está coorganizado por el Col•legi Oficial d’Infermeria de les Illes Balears (COIBA), la Facultat d’Infermeria i Fisioteràpia de la UIB y el Seminario Permanente para la Investigación de la Historia de la Enfermería de la Universidad Complutense, y cuenta con un amplio programa de conferencias, mesas redondas, comunicaciones y posters.

«El lema del congreso, ese ‘poder e influencia de las enfermeras en la Historia’ nos sirve para que a su través y de una forma transversal se va a tocar desde las relaciones de las enfermeras y la Enfermería con otras disciplinas ―en una mesa redonda―, y hay una conferencia sobre el poder y las competencias políticas, que la da Rosamaría Alberdi», explica la Dra Gloria Gallego.

El congreso trata también, según añade la enfermera e historiadora, «a través de otra mesa redonda que analiza la internacionalización de la redes de enfermeras y cómo se organizan. Se hablará también de la formación, desde la Edad Media hasta ahora. Una de las conferencias se centra en el patrimonio cultural, objetual, documental e iconográfico de las enfermeras.»

Tras esta conferencia se celebrará una mesa sobre patrimonio, con la participación del director del Museo de Historia de la Medicina de Barcelona. Una parte de este patrimonio se ha podrá conocer en la exposición que el congreso ha reunido y se mostrará en la exposición en las instalaciones del Museo Militar, en la calle San Miguel, en el antiguo Hospital Militar.

Otra de las mesas centrales ―recuerda la doctora Gallego― será la que analizará el papel de las enfermeras en las catástrofes, con la doctora Carmen Gallego, enfermera e historiadora, profesora de la Universitat de Lleida, experta en el papel de estas profesionales en las catástrofes y en conflictos bélicos, especialmente en la guerra civil de 1936 a 1939 en Cataluña.

«La última conferencia ―sigue explicando la doctora gallego― será de una profesora de la Universidad de Almería y nos volverá a situar en la Historia identificando a las mujeres que han dado grandes pasos por lograr que la Enfermería está donde está.» Este panel de análisis erudito se completa con la exposición «Enfermeras en la memoria. La fuerza invisible de una profesión».

Esta exposición se inaugurará el próximo viernes 26 de octubre, a las 19:00 en el Salón de actos góticos del Centro de Historia y Cultura Militar de Baleares. La exposición reúne piezas y fotografías de varios fondos familiares y del Coiba, así como de la colección Txaro Uliarte «Florence Nightingale. La dama de la lámpara» y los fondos del antiguo Hospital Militar.

La inauguración será el viernes 26 de octubre a las 19 horas, en el centro de Historia y Cultura Militar, y contará con una conferencia a cargo de la Sra. Txaro Uliarte titulada «Repensar a Florence Nightingale: la excelencia de su legado.» En Balears, en el año 1311 aparece la primera referencia conocida de una enfermera, en el Hospital del Espírit Sant de Palma (actual Sant Felip Neri).

Los documentos disponibles de esa primera referencia hablan de una «Infermera, fembra qui pensa de les malaltes del espital». Este y otros momentos destacados de la llamada «protoenfermería balear» forman parte de esta exposición que ha sido posible además gracias a materiales cedidos por múltiples personas que guardaban recuerdos de sus familiares enfermeras.

La exposición y el congreso han contado con la inapreciable colaboración de numerosas personas, entidades e instituciones, empezando por quienes han aportado fondos a la exposición y quienes han colaborado en la organización del Congreso: El Grup d’Investigació de Historia de la Salut de les Illes Balears y el Grupo FEBE para el estudio y docencia de la Historia de la Enfermería.

También han contribuido a hacer posible este congreso el Ajuntament de Palma, el Consell de Mallorca, la Conselleria de Salut y el Institut d’Estudis Baleàrics, así como la Universitat de les Illes Balears y AMA Seguros. El congreso tiene la declaración de Interés Sanitario como acto científico, por la Direcció General de Acreditació, Docència e Investigació en Salut.

DRA CARME TORRES / ENFERMERA, HISTORIADORA Y EXPERTA EN EL PAPEL DE LAS ENFERMERAS EN LAS GUERRAS
«LAS ENFERMERAS FUERON ESENCIALES EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA PARA CUIDAR TODO EL DOLOR Y EL MIEDO Y CUBRIR LAS CARENCIAS DE PROFESIONALES»


Juan Riera Roca /
Carmen Torres Penella (Vilanova de Bellpuig, Lleida, 1946) es enfermera desde 1967. Con 15 años de experiencia profesional en hospitales decidió dedicarse a la docencia. Ha sido profesora titular de la Facultad de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Lleida (UdL) en la materia de Fundamentos de Enfermería durante 32 años. Es investigadora en historia de la Enfermería. En el Congreso de Enfermería que se celebrará en Palma hablará de una de sus especialidades, el papel de las enfermeras en la Guerra Civil española, materia sobre la que desarrolló su doctorado.

P.― ¿Cuál fue el papel de las enfermeras en la Guerra Civil española de 1936 a 1939?
R.― Fue un papel esencial, como lo es en todos los enfrentamientos bélicos. En los sistemas sanitarios se adapta el número de enfermeras a los momentos de paz. Cuando hay una guerra las necesidades de atención sanitaria se disparan y las enfermeras existentes no son suficientes para afrontar las necesidades extraordinarias de cuidados. En nuestra Guerra Civil la necesidad de enfermeras fue aún más acuciante porque tradicionalmente estos cuidados estaban en manos de religiosas y el nuevo orden anticlerical de la República quería sustituirlas por enfermas laicas. En julio de 1936, cuando estalló la guerra, a las necesidades de enfermeras laicas se sumaron las necesidades derivadas del conflicto.

P.― Imagino que hubo que llamar a voluntarias que no sabrían mucho…
R.― Así es. Y estas enfermeras voluntarias se formaron rápidamente para poder dar solución a las necesidades de la guerra. Las enfermeras lo primero que hacían era valorar las necesidades de los pacientes, fisiológicas, sociales y espirituales. Dentro de las fisiológicas estaban los traumas físicos, las heridas de bala, las secuelas de los bombardeos. También las enfermedades infecciosas, que fueron muchas ―y aún lo son― en las guerras. También valoraban y cuidaban los traumas psíquicos, el miedo, la angustia, el desamparo, la soledad, la depresión, alteraciones cognitivas que se daban en los jóvenes soldados, en situaciones estresantes a las que no estaban acostumbrados.

P.― Momentos muy especiales, de solidaridad.
R.― Es que todos esos cuidados, unidos al hecho de la limitación de recursos propios de esas épocas, hace necesaria la presencia de voluntarios, profesionales o no, para poder hacer frentes a los efectos de las catástrofes, como fue aquella guerra o la torrentada que sufrió Mallorca recientemente y a la que desde aquí queremos lamentar y solidarizarnos con todos. En la Guerra Civil, como en estas catástrofes, fueron necesarias muchas enfermeras voluntarias, que se formaron rápidamente, que afrontaron los problemas de ese conflicto, dando cuidados extraordinarios.

P.― ¿Siguieron muchas, después de la guerra?
R.― Después de acabar la guerra muchas de ellas se pudieron acabar de formar y se pudieron profesionalizar. La guerra fue un ámbito de promoción femenina, de crecimiento profesional y personal de estas mujeres. Lo mismo pasó con otras mujeres en otros ámbitos. Los hombres se iban a la guerra y muchas mujeres tuvieron la oportunidad de acceder a aprendizajes que luego pudieron profesionalizar.

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