Alí-Babarceló

Dr. Fco. Javier Alarcón de Alcaraz
Médico-Forense Especialista en Medicina Legal.
@Alarconforense

Hemos hablado días, semanas, incluso años atrás, de los desvelos y los desvelamientos misteriosos que llevan tiempo produciéndose en la consellería de Turismo del Sr. Barceló, Biel Barceló.

El nen en cuestión es el líder de una banda ideológica llamada Més, un grupo armado de ideología independentista de esos de vaivén, de esos de Guadiana y guadaña, que vienen y van según la época electoral en la que se bañan. Un grupo que viene armado de crítica hacia su caído gurú estos días, del que sólo Alá sabe cómo puede terminar. A la previsible violencia del enemigo no le deseamos la imprevisible del amigo. Cuídate de los tuyos, Gabriel.

El tal Biel para los amigos, lleva tiempo disculpando las actividades extrañas que vienen sucediéndose en sus dominios políticos, lleva tiempo levantando la pata y encontrándose de repente en las esquinas de sus direcciones generales todo tipo de imputados e imputaciones varias, unas 40 aproximadamente si le damos ficción al asunto para que cuadre con nuestro titular de hoy.

Dice Biel, ha venido a decir Biel, que las imputaciones del empresario Pere Muñoz y de la empresaria Pilar Carbonell -directores por él nombrados- son cosas que sin haberlas asumido en su persona han resultado a su ejecución de la “máxima responsabilidad política”.

Veamos Biel. No lo has entendido. La máxima responsabilidad política eres tú. El máximo responsable de la que tienes liada eres tú, por acción, por sostenimiento y/o por omisión. Tu circo es el único que agiganta a los enanos.

Tuvo que largarse toda la circense consellería de transparencia para que supiéramos que estabas afecto del mal del contrato menor, indispuesto del fraccionamiento contractual, una patología común en tu clase, degenerativa donde las haya. No es fácil hacer del turismo una atracción hacia la imputación, no es sencillo haber tomado el ejemplo Urdangarín como camino hacia la desestacionalización. Hay que premiar a Biel.

Y es que hay que alabarle a Barceló ese olfato singular para la designación de imputables. No es fácil que así en caliente, mientras gobiernas, sin que nadie te denuncie, sin que lleguen los fascistas del PP, entre la poli en tus dependencias mientras te declaras inocente-inocente, mientras te buscan las vueltas de más y Més imputaciones.

De Ali babarceló siempre supimos que era turista en su consellería, guiri trasnochado del perfil más británico, consentidor y además llorón de comisión parlamentaria. No es fácil elegir a tantos imputados mientras veraneas y orilleas la vicepresidencia de un gobierno.

Si la protección de Armengol es directamente proporcional a la suya con Muñoz que una vez que lo cese como conseller lo nombre como director de la oficina anticorrupción que siempre propuso, asegurar la posibilidad de que nos ayude a buscar al resto de imputables de la comunidad. Un olfato así merece premiarse desde estas páginas sanitarias.

Aquel lema pasado de “corrupción cero” se ha hecho epílogo de sí mismo, calificación de su presente.

Esperemos que no cave la cueva de su futuro.

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