De cómo ‘algo estalla’ dentro del cerebro

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El Ictus se produce cuando un vaso sanguíneo se tapona o revienta

Juan Riera Roca 7
Profundicemos un poco más al respecto de esta patología. Explican los especialistas que el Ictus es una enfermedad cerebrovascular; afecta a los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro. También se la denomina Accidente Cerebro Vascular (ACV), embolia o trombosis.

El Ictus se produce cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre al cerebro se rompe o es taponado por un coágulo. A consecuencia de la ruptura o bloqueo del paso de la sangre, una parte del cerebro no consigue el flujo de sangre que necesita y las células nerviosas no reciben oxígeno. La consecuencia de ello es que las células nerviosas no pueden funcionar y mueren transcurridos unos minutos. Las consecuencias van desde la pérdida de la función de las zonas del cuerpo regidas por esa parte del cerebro (brazos, habla, visión) a la grave posibilidad de muerte. Pasados los 55 años, cada década vivida duplica el riesgo de Ictus, aunque como ya se ha dicho, las personas jóvenes también los padecen y cada vez en mayor proporción.

El género es un factor, aunque se producen, más o menos la misma cantidad de Ictus en los dos sexos. Sin embargo, más de la mitad de las muertes se producen entre las mujeres. El riesgo un Ictus es mayor si algún ascendiente familiar lo ha padecido. Los negros tienen más riesgo de muerte y de padecer discapacidades, dado que en esta raza la presión sanguínea elevada tiene más incidencia. Una vez sufrido un ACV aumentan las posibilidades de padecer otro. Tener la presión sanguínea elevada es el factor de riesgo que mejor predice el Ictus y otros factores de riesgo dependen de la hipertensión arterial (HTA). La mejora en el tratamiento de la HTA ha reducido las muertes por Ictus. Fumar cigarrillos es un factor importante de riesgo. La nicotina y el monóxido de carbono dañan el sistema cardiovascular.

El uso de anticonceptivos orales sumado al tabaquismo incrementa en gran medida el riesgo. La diabetes es un factor de riesgo independiente y esta relacionada con la HTA. Los diabéticos suelen tener colesterol alto y sobrepeso, lo que aumenta más los riesgos. Una carótida (arteria que pasa por el cuello) dañada por la aterosclerosis puede bloquear el vaso y provocar un coágulo de sangre, que puede causar un Ictus al no regarse bien de sangre el cerebro. Tener el corazón enfermo aumenta el riesgo. Los cardiópatas tienen el doble de posibilidades de un ACV. El latido rápido y descoordinado de las cámaras cardiacas superiores aumenta el riesgo de Ictus. El ataque al corazón es una de las causa de muerte frecuentes en un superviviente de un Ictus. Un aumento de los glóbulos rojos es un indicador de Ictus ya que los glóbulos rojos hacen que la sangre se espese, lo que puede provocar coágulos más fácilmente. Se ha comprobado que las muertes por Ictus ocurren con más frecuencia con temperaturas extremas, frías o calurosas. El exceso de consumo de alcohol puede aumentar la presión sanguínea, aumentar la obesidad, los triglicéridos, el cáncer y otras enfermedad, causar fallos cardíacos y, en consecuencia, provocar un Ictus. También aumenta el riesgo tomar drogas por vía intravenosa al posibilitar un émbolo cerebral. La cocaína también se ha relacionado con los Ictus, los ataques de corazón y varias complicaciones cardiovasculares.

Estos problemas se han dado, incluso, cuando se ha consumido por primera vez cocaína y podría ser una de las causas del aumento de la incidencia en algunas personas jóvenes. Un Ictus será isquémico cuando los vasos están obstruidos por dentro. Los coágulos que obstruyen se denominan trombos cerebrales o embolismo cerebral. También puede venir causado por una obstrucción del vaso sanguíneo por depósitos de grasa en los muros del vaso o ateroesclerosis. Los depósitos de grasa provocan una trombosis cuando la obstrucción deriva de un coágulo que se ha generado en el mismo vaso sanguíneo cerebral; embolismo, cuando el coágulo se desarrolla en otra parte del cuerpo: grandes arterias de la parte superior del pecho, cuello o corazón.

Si un pedazo del coágulo viaja por la sangre hasta que se atasca en un vaso puede suceder que el vaso se rompa, provocando un Ictus hemorrágico, que lleva a que la sangre irrumpa en el cerebro, lo que comprime el tejido cerebral. La hemorragia puede ser intercerebral o subaracnoidea.

Do tipos de vasos débiles provocan Ictus hemorrágicos: los aneurismas y las malformaciones arteriovenosas. Un aneurisma es una región inflada (“hinchada”) o debilitada de un vaso sanguíneo. Si no se trata el problema crece (en ocasiones parece una pelota) hasta que el vaso se rompe.

La malformación arteriovenosa: es un grupo de vasos sanguíneos con estructura anormal, de moco que cualquiera se puede romper. El médico puede diagnosticar un Ictus por medio de la historia de los hechos y de la exploración física del paciente que se le presenta.

Una tomografía computadorizada (TAC) o una resonancia magnética (RM) pueden visualizar y confirmar el diagnóstico, aunque dichas pruebas sólo detectan el Ictus cuando han transcurridos unos días. Son eficaces para determinar si ha sido causado por una hemorragia o un tumor cerebral.

Mediante una angiografía se puede explorar la zona en el caso (poco probable) de que se plantee una intervención quirúrgica. Hay que establecer la causa exacta del Ictus, si éste se ha producido por un coágulo (embolia) o por la obstrucción de un vaso sanguíneo debido a una aterosclerosis.

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