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El calor y el ozono propios del verano pueden afectar a los pacientes respiratorios

astma-pumpica-inhalator-620x265Redacción
Aunque diversos estudios coinciden en que, durante los meses de invierno, se produce un “pico” en el número de admisiones hospitalarias en personas con enfermedades respiratorias como asma o EPOC, lo cierto es que estos pacientes tampoco deben bajar la guardia en la época estival.2,3,4 Y es que el aumento de las temperaturas y la concentración de ozono propios de esta época del año pueden elevar el riesgo de mortalidad por agudización de enfermedades respiratorias.1

¿Por qué? Por un lado, porque el clima cálido provoca que el cuerpo tenga que trabajar más para mantener una temperatura corporal normal, con lo que se requiere más oxígeno. Esto puede hacer que la respiración en pacientes con asma o EPOC sea aún más difícil de lo que ya es. Por otro lado, las altas concentraciones de ozono debido al mayor número de horas de sol y el aumento de la temperatura provocarían síntomas como dificultad para respirar, sibilancias y tos o infecciones de las vías respiratorias inferiores.5

Además, existen otros factores típicamente estivales a tener en cuenta, especialmente por los pacientes con asma. En este sentido, la generalización de la práctica deportiva y del turismo le ha posibilitado la realización de determinadas actividades que hace sólo unos años parecían impensables, como los deportes de montaña, las actividades subacuáticas y los viajes a lugares remotos, experimentando en ocasiones condiciones ambientales inusuales (calor intenso, humedad, temperaturas de alta montaña o vuelos en avión).

Ello ha sido posible en buena parte gracias a los avances en investigación, educación y tratamientos farmacológicos más efectivos, que han permitido que las personas con asma puedan lograr un mejor control de la enfermedad y, en consecuencia, llevar una vida normal.

Si bien todas ellas son cuestiones a tener en cuenta por los enfermos respiratorios crónicos, se pueden tomar medidas para combatir el calor y disfrutar del verano con seguridad.

En primer lugar, los expertos recuerdan la importancia de no interrumpir el tratamiento farmacológico durante el verano, una situación que suele darse entre los pacientes crónicos al notar una mejoría de sus síntomas en esta época del año. “Bajar la guardia bajo la falsa sensación de control de la enfermedad puede aumentar el riesgo de complicaciones de la enfermedad y hospitalización en otoño”, alerta Jordi Giner, Enfermero del Servicio de Neumología del Hospital de la Sta. Creu i Sant Pau (Barcelona).

Llevar la medicación suficiente cuando se va de viaje, tenerla en un lugar visible e integrarla dentro de la rutina diariason algunas claves para no olvidar el tratamiento durante las vacaciones. “Los dispositivos inhaladores fáciles de usar y transportar también facilitan la adherencia, así como la simplificación de los regímenes terapéuticos”, añade Jordi Giner.

En este punto, la terapia MART puede resultar beneficiosa para los pacientes con asma persistente insuficientemente controlada. Este régimen terapéutico combina el tratamiento de mantenimiento (es decir, el habitual del paciente) y el de rescate (el utilizado en situaciones de agudización del asma) en un único inhalador. “Esta opción de tratamiento resulta eficaz, segura y permite un claro beneficio extra en la reducción de las crisis de asma frente al uso de broncodilatadores aislados como alivio”, subraya el Dr. Alfons Torrego, del Servicio de Neumología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona). “Además –continua- se trata de una estrategia terapéutica cómoda para los pacientes, reflejada en las guías de manejo del asma“.

Además, es conveniente consultar con el médico ante la realización de un viaje o la práctica de cualquier actividad física rigurosa. Los expertos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR)6 aconsejan tener siempre en cuenta las condiciones del lugar de destino, los ambientes contaminados o los lugares con temperatura y humedad extremas (desierto, trópicos, etc.). Todo ello, permitirá al paciente prevenir y tratar la aparición de crisis y evitar situaciones peligrosas que puedan poner en riesgo su vida.

Evitar salir al exterior en los días más calurosos, mantener una correcta hidratación, evitar la proximidad a los lugares con contaminación ambiental y no realizar ejercicio físico en condiciones climatológicas adversas o áreas altamente polucionadas con otras recomendaciones a tener en cuenta.

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