Para el doctor Nicolás Mendoza, profesor del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada, que ha participado en SAMEM 15, la vitamina D es esencial para garantizar y regular el correcto funcionamiento de multitud de funciones en el ser humano, sobre todo las relacionadas con el adecuado desarrollo y mantenimiento de la masa ósea.
“Está íntimamente relacionada con los mecanismos de mejora de la biodisponibilidad del calcio, y conjuntamente con otros nutrientes, como la vitamina K, contribuye de manera decisiva a lograr su absorción y fijación en el hueso”.
Según un estudio publicado recientemente, “la insuficiencia de vitamina D ha mostrado ser un factor de riesgo para las fracturas vertebrales por fragilidad tanto en hombres como en mujeres”. A pesar de ello, advierte el doctor Mendoza, “la ingesta de vitamina D es inadecuada en España y se conoce que, a consecuencia de ello, hay una mayor frecuencia de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y osteoporosis en mayores de 50 años como también, y de manera más concreta, en mujeres adultas”. Las enfermedades óseas afectan sobre todo al género femenino: un 66% por ciento de los pacientes tratados por este tipo de afecciones son mujeres.
El doctor Mendoza incide en la necesidad de sensibilizar a la población en la importancia de las vitaminas D y K como complementos indispensables a una adecuada ingesta de calcio, y que, conjuntamente con la práctica habitual de ejercicio y una alimentación equilibrada, sean los principales instrumentos para lograr una adecuada densidad ósea.
Un estudio publicado el pasado mes de enero en la revista revela que la leche enriquecida en calcio reduce la pérdida ósea en la espina dorsal de mujeres sanas posmenopáusicas.
Sin embargo, no todo el calcio que contienen los alimentos es asimilado por el cuerpo del mismo modo. “La evidencia científica indica que la gran mayoría de minerales muestran ciertas interacciones con otros nutrientes, situación que puede favorecer su absorción o, por el contrario, provocar que sean eliminados por el organismo”, añade el especialista. Es lo que ocurre en el caso del calcio, destaca el doctor Mendoza, ya que “el 60% del que se consume se elimina de forma natural”.
Así, mientras que nuestro organismo absorbe el 32% del calcio que contiene la leche, en las almendras es el 21%, en las legumbres es el 17% y en las espinacas un 5%. Por ello, el Estudio EFICALCIO, en curso, tiene como objeto estudiar el papel de una leche con alto contenido de vitamina D en mujeres posmenopáusicas y su contribución en la mejora de los niveles de nutrientes esenciales para una óptima salud ósea.