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Manual para tener amor sin un mal recuerdo

sexo-seguroEl verano es la mejor época del año para amar y… para contraer una enfermedad sexual si nos dedicamos a buscar aventuras amorosas sin tomar precauciones. Este artículo debería ser muy fácil de escribir: bastaría decir: use preservativo. Pero probablemente haga falta algo más.

Según los datos del Ministerio de Sanidad los adolescentes comienzan a tener relaciones sexuales a una edad más temprana que sus iguales hace varios años, según la Encuesta de Salud y Hábitos Sexuales del Instituto Nacional de Estadística en colaboración con el Ministerio de Sanidad y Consumo (Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida), la edad media de la primera relación sexual con penetración es de 17,5 años en chicos y 18,2 años en las chicas.

Se ha encontrado que entre jóvenes de 18 a 29 años, el 18,4% de los chicos y el 11’4% de las chicas tuvieron su primera relación sexual antes de cumplir los 16 años y aunque el uso de medidas preventivas en esta primera relación sexual es cada vez más frecuente, todavía existen múltiples razones por las que no se utiliza.

Según el Registro de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) aunque en la última década, las tasas de IVE se han elevado en todos los grupos de edad, solamente en las menores de 20 años la tendencia se mantiene creciente, mientras en los otros grupos se ha estabilizado en los últimos años.

En concreto, en 2004 el 14% de las mujeres que tuvieron una IVE tenía menos de 20 años.» La edad media de las personas diagnosticadas por VIH tiende a aumentar, pero en España todavía en 2004 el 47% de los casos de sida atribuidos a transmisión sexual (homo o heterosexual) tenía entre 20 y 39 años. De acuerdo con la historia natural de la infección, una parte importante de estas personas mantuvo prácticas sexuales de riesgo para la infección por el VIH en la adolescencia o en la juventud.

En otros países de nuestro entorno se ha producido un aumento de la incidencia de las notificaciones de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) en los últimos años, después de que la mayoría de ellas hubieran mostrado una tendencia descendente en las décadas de los 80 y 90. La disminución ha sido atribuida a la adopción de medidas de sexo seguro en respuesta a las campañas de prevención del VIH desarrolladas esos años, pero esta tendencia favorable se interrumpe en torno al año 2000 en España.

Las ITS son una fuente de información indirecta sobre conductas sexuales de riesgo, constituyen uno de los principales factores de riesgo para el VIH y por sí mismas generan una gran carga de morbilidad y secuelas.

La adolescencia es el periodo en el que se inicia mayoritariamente la actividad sexual, es una etapa en la que la conducta sexual está sujeta a multitud de influencias que pueden favorecer una disminución del control de la situación y una mayor desprotección frente los embarazos no deseados, el VIH/sida y otras infecciones de transmisión sexual (ITS).

Como el consumo de alcohol y de otras drogas, la falta de planificación de las relaciones sexuales, la novedad de las parejas, mantener relaciones en lugares incómodos y poco íntimos, la no disponibilidad de preservativos, etc.

Existen varias razones que influyen en los jóvenes a la hora de planificar y negociar la utilización del preservativo en sus relaciones sexuales, como la baja percepción que tienen del riesgo de un embarazo y de la transmisión del VIH/sida y de otras ITS, los ideales románticos característicos de la adolescencia, el concepto de pareja que tienen los jóvenes, la escasa erotización del uso del preservativo, las habilidades para una efectiva comunicación y negociación sexual, la influencia del grupo de iguales y los roles de género.

Los jóvenes tienen la percepción de estar protegidos de las posibles consecuencias desfavorables de las relaciones sexuales, que pueden ocurrir a otros pero no a ellos.

Apesar de la consideración de que los jóvenes están muy informados se observa que la información suele ser superficial con importantes creencias falsas.

El preservativo sigue siendo el método más utilizado, pero en ocasiones se justifica su no utilización con la confianza en la otra persona, confundiendo confianza con responsabilidad.

La píldora se suele asociar a una modalidad de pareja estable y comprometida. Los métodos anticonceptivos de emergencia parecen desarrollarse de forma creciente.

Hay un cambio de los estereotipos tradicionales que asignan al chico el mundo de la actividad sexual y a la chica un papel más pasivo y asociado a la afectividad, sin embargo hay sectores sociales en los que todavía continúan vigentes los comportamientos prescritos por los estereotipos tradicionales en los que las chicas tienen menos capacidad de decidir libremente sobre cómo y cuando mantener relaciones sexuales.

Las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) en su mayoría se transmiten de una persona a otra durante las relaciones sexuales. Están causadas por bacterias, virus, hongos o parásitos.

Entre las ITS más frecuentes se encuentran el VIH, la Sífilis, la Gonorrea, la Chlamydia, el Herpes Genital, el Virus del Papiloma Humano y la Hepatitis B.

Muchas de estas infecciones pasan desapercibidas, sobre todo al principio. La mayoría se tratan y previenen de forma sencilla, pero si no se tratan adecuadamente pueden tener importantes consecuencias.

Hay algunos síntomas que pueden indicar que has contraído una ITS. Si los tienes, acude a tu centro de salud o centro de enfermedades de transmisión sexual para realizarte una revisión y seguir las prescripciones médicas.

Mujeres: Flujo anormal en la vagina con o sin olor desagradable; úlceras, ronchas, verrugas o ampollas cerca de los genitales, ano o boca; inflamación de uno o más ganglios cercanos a la úlcera; dolor en la zona de la pelvis; escozor o picor alrededor de los genitales; ardor al orinar o defecar; sangrado por la vagina sin tratarse de la menstruación o tras la relación sexual; dolor en la vagina durante las relaciones sexuales, de aparición repentina; Hombres: secreción por la uretra; úlceras, ronchas, verrugas o ampollas cerca de los genitales, ano o boca; inflamación de uno o más ganglios cercanos a la úlcera; dolor e inflamación en los testículos; escozor o picor alrededor de los genitales; ardor y dolor al orinar o defecar.

Sólo el preservativo (masculino y femenino) protege frente a la transmisión del VIH y otras ITS. Úsalo en todas tus relaciones sexuales. Si tiene una ITS es conveniente que avise a las personas con quienes haya mantenido relaciones sexuales recientes para informarles sobre la posibilidad de transmisión aunque no tengan síntomas.

El preservativo masculino es una funda para cubrir el pene y evitar embarazos no deseados, la transmisión del VIH y otras infecciones de transmisión sexual. Puede ser de látex (goma), que es el de uso más común, o sintético de poliuretano (plástico), para los casos de alergia al látex.

Los preservativos son una forma eficaz de protección frente al VIH y otras ITS siempre que se usen de forma correcta y sistemática en todas las relaciones sexuales con penetración (vaginal, anal u oral).

Estudios de laboratorio indican que los preservativos de látex constituyen una barrera física efectiva que impide el paso de microorganismos u otras partículas del tamaño del virus. Protegen frente a la transmisión del VIH, otras infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados.

Las posibles roturas y deslizamientos del preservativo se deben más a fallos del usuario que al producto en sí.

Es importante respetar la fecha de caducidad, que esté homologado, no guardarlos en sitios que tengan temperaturas elevadas y vigilar no romperlo al abrir el envoltorio. También existen preservativos de poliuretano para personas alérgicas al látex. En el caso de usar lubricantes, deben ser siempre lubricantes de base acuosa. No se deben utilizar aceites grasos como lubricación (vaselina, cremas o lociones corporales).

El preservativo femenino es un método de prevención alternativo al preservativo masculino, que protege frente a los embarazos no deseados, la infección por el VIH y otras infecciones de transmisión sexual. Se vende en las farmacias sin necesidad de receta. Consiste en una funda transparente de nitrilo, con dos anillos flexibles en ambos extremos, uno en el interior, que permite la colocación dentro de la vagina, y otro de un diámetro más grande que permanecerá en el exterior de la vagina cubriendo los genitales externos de la mujer.

No causa alergias ni irritación como puede producir en algunas personas el láte_, y se puede emplear tanto con lubricantes con base de aceite o agua.

Es más resistente que el preservativo masculino, es inodoro, y viene ya lubricado. Puede insertarse hasta 8 horas antes de la relación sexual, sin necesidad de retirarlo inmediatamente después de la eyaculación.

El preservativo femenino ofrece a las mujeres la posibilidad de protegerse a sí mismas, ya que al ser un método que puede ser usado por ellas mismas facilita la decisión y el control para mantener relaciones sexuales con penetración seguras.

Esta información y detalles al respecto del uso de los preservativos puede encontrarse en la página web del Ministerio de Salun pública y Políticas Sociales: www.msps.es/campannas/ca mpanas06/saludsexual1.htm Las enfermedades de transmisión sexual (también denominadas venéreas o ITS, se transmiten a menudo, si no en todos los casos, de persona a persona a través del contacto sexual, según recuerda el Manual Merk, de Información Médica para el Hogar, publicado por la farmacéutica MSD.

Los expertos de esta compañía recuerdan que dado que la actividad sexual posibilita que los microorganismos encuentren nuevos huéspedes, una gran variedad de microorganismos infecciosos pueden transmitirse de este modo. Éstos abarcan desde virus microscópicos (por ejemplo, el virus de la inmunodeficiencia humana) a insectos visibles (por ejemplo, la ladilla o el piojo púbico).

El contagio de algunas enfermedades –siguen estos expertos- no requiere penetración genital. Apesar de que dichas enfermedades suelen ser el resultado de las relaciones sexuales vaginales, orales o anales con una persona infectada, ocasionalmente pueden ser transmitidas al besar o mantener un contacto corporal estrecho. Ciertos agentes de enfermedades de transmisión sexual pueden ser contagiados a través de los alimentos y el agua o bien de las transfusiones de sangre, los instrumentos médicos contaminados o las agujas utilizadas por los adictos a las drogas. Sin embargo, las grandes precauciones hay que tomarlas a la hora de mantener las relaciones sexuales.

Las enfermedades venéreas figuran entre las infecciones más frecuentes del mundo. En los países occidentales, el número de personas con estas afecciones ha aumentado de forma estable desde la década de 1950 hasta la década de 1970, pero por lo general se ha estabilizado en la década de 1980. Al final de la década de 1980, sin embargo, el número comenzó a aumentar de nuevo en muchos países, particularmente los casos de sífilis y gonorrea. Son datos de la farmacéutica MSD.

Más de 250 millones de personas en todo el mundo se infectan cada año con gonorrea. En cuanto a la sífilis, las cifras indican 50 millones de personas en todo el mundo. Otras enfermedades de transmisión sexual, como la tricomoniasis y el herpes genital, probablemente son más frecuentes, pero como los médicos no tienen la obligación de comunicarlas a los microorganismos públicos, las cifras son menos fiables.

En la actualidad, los tratamientos curan rápidamente la mayoría de las enfermedades de transmisión sexual y evitan que se propaguen. Sin embargo, ciertos microorganismos más antiguos, resistentes a los medicamentos, se han diseminado ampliamente, en parte debido al transporte aéreo. Esta movilidad fue responsable parcialmente de la rápida propagación del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

El control de las enfermedades venéreas depende de fomentar las prácticas sexuales seguras y brindar buenas instalaciones médicas para su diagnóstico y tratamiento. Es fundamental educar a las personas y explicarles cómo evitar la propagación de estas enfermedades, especialmente fomentando el uso del preservativo.

Otro aspecto del control es la localización del contagio. Los médicos intentan localizar y tratar a todos los contactos sexuales de la persona infectada. Las personas que han sido tratadas son examinadas nuevamente para tener la certeza de que están curadas.

Tradicionalmente, cinco enfermedades han sido clasificadas como de transmisión sexual: la sífilis, la gonorrea, el chancroide, el linfogranuloma venéreo y el granuloma inguinal.

Sin embargo, muchas otras se transmiten sexualmente, incluyendo el herpes genital, la hepatitis, el molluscum contagiosum, el piojo púbico, la sarna, y la infección por el VIH, que produce el SIDA.

Otras, como la salmonelosis y la amebiasis, en ocasiones se transmiten durante la actividad sexual, pero en general no se las considera enfermedades de transmisión sexual, según los expertos de MSD.

Las enfermedades venéreas generalmente se agrupan según los síntomas y signos que producen. Tanto la sífilis, el herpes genital como el chancroide producen úlceras (llagas) sobre la piel o las membranas que cubren la vagina o la boca. Tanto la gonorrea como las infecciones clamidiales causan uretritis (inflamación y secreción de la uretra) en los hombres; cervicitis (inflamación y secreción del cérvix) e infecciones pélvicas en las mujeres; e infecciones oculares en los recién nacidos.

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  • Dr . mi inquietud es por que desde hace un tiempo me dio un dolor en los testiculos despues de una eyaculacion si me puedes responder te lo agradesco

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  • jesús gutiérrez
    15 diciembre, 2015 19:56

    he dado un beso con la boca cerrada en la base de los testículos, no ha habido contacto con saliva, ni besos con lengua. Puedo contraer sida?

    Responder

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