Grandes rebajas de salud en la primavera de Quirón Palma

quironComo si de un centro comercial se tratara Quirón ofrece “precios en promoción” con fecha de caducidad

«Precios en promoción: TACs a 150€; mamografías a 120€… Promoción válida del 1 de abril al 30 de julio”. Cirugía de aumento de mamas ‘low cost’, 2.000 euros más baratas que en otras clínicas… La Quirón de Palma (antigua USP Palma Planas) tira los precios.

Y si en un reciente encuentro de la le élite sanitaria el doctor Ramón Rotger –cuya clínica ganó el Premio Sanitaria 2000 a la mejor clínica privada balear- apostaba por “huir del low cost” alguna otra clínica opta por el “SPB” de Mercadona: Siempre Precios Bajos.

Desde que Quirón asumiera la gestión que hasta hace menos de un año explotaba con grandes beneficios la corporación USP, las cosas han cambiado mucho en la otrora clínica de élite del complejo Can Granada, inmersa en grandes planes de ahorro… y propaganda.

La contraportada del diario Última Hora del pasado Lunes de Gloria incluía un faldón (anuncio por la parte baja de la página) en la que Quirón mostraba a las claras cuál es su nueva política comercial, algo que ha consternado a muchos profesionales serios del sector: Junto a una lista de servicios y con la leyenda ‘precios en promoción válida del 1 de abril al 30 de junio de 2014’ se detallan servicios radiológicos a precios rebajados. ¿Alternativa a las listas de espera? Puede ser, pero lo que llama la atención es el ‘estilo baratillo’ de Quirón.

Un estilo que, según testimonios de pacientes y profesionales, cunde en toda la clínica desde el desembarco de la nueva gestora. Ejemplos: en material sanitario se ha pasado de marcas como Braun, de alta calidad, a marcas hacendadas.

Estos profesionales han visto como, por poner otro ejemplo, tienen menos guantes que antes, como los pacientes han pasado de recibir pijamas de tela a tener que contentarse con pijamas de papel. O como se obliga a los enfermos, casi descaradamente, a ‘hacer gasto’.

Antes había una reserva de zumos, vasos, servilletas, etc, para los pacientes. Un paciente que estaba con fiebre, o tenía sed por otras razones, podía pedir una botella de agua o un zumo. Eso se acabó. Ahora si quieren algo fuera de los menús tienen que ir a la cafetería.

Otra manera de forzar a los pacientes o a sus familiares a gastarse el dinero en el bar ha sido la clausura de unas neveras que había en las habitaciones de descanso de algunas plantas, donde los pacientes de larga estancia podían dejar comida, zumos, tappers… Esas neveras están ahora cerradas con llave, de modo que se les fuerza a acudir a la cafetería, lo que en el caso de personas que tienen que estar acompañando o ingresadas muchos días es un coste en ocasiones inasumible, siempre excesivo e innecesario.

Los sueldos menguan casi constantemente y comienzan a producirse agravios comparativos hacia los nuevos empleados. Se hacen nuevos contratos, es cierto, pero muchos por ‘obra y servicio’, de 11 meses al año, renegociables.

Los nuevos contratados (casi siempre eventuales por esa fórmula de ‘obra y servicio’) con el modelo-Quirón, no tiene complementos que sí disfrutan los viejos contratos, los de los empleados fijos que tuvieron la suerte llegar y ser empleados con el modelo de USP.

Las guardias nocturnas, las horas extras en las que se apoyan muchos profesionales para llegar a fin de mes, se han reducido de precio. De modo que, como el viejo dicho, hay que ‘trabajar más, por menos’.

Y no solo eso, también suplir los desaires de la empresa: ¿Cómo decirle a una paciente anciana hospitalizada de urgencia por la noche, cuando pide un vaso de agua, que se vaya a la cafetería o a una máquina de bebidas? Los profesionales les dan de su propia reserva de agua, sin decir nada, sonriendo.

Desde que Quirón se ha hecho cargo del hospital privado de Can Granada las cosas han cambiado mucho. Acostumbrados a gestionar complejos en los que todos trabajan para la casa se han encontrado que la Palma Planas es un ‘parque de empresas’.

Los nuevos gestores no pueden entrar en los gabinetes médicos que conforman ese ‘parque de empresas’ –para alivio de los médicos, que ven todo lo que está pasando con el corazón en un puño –y deben conformarse con gestionar temas ‘domésticos’.

Los profesionales se indignan porque los ‘palos’ para sujetar los sueros son viejos y están oxidados, porque se rompen ventanas y nadie las arregla, porque cirujanos plásticos expertos en nariz se dedican ahora a acrecentar pechos a bajo precio… Son ejemplos de una gestión que en menos de un año ha puesto en entredicho a la que fuera una de las más prestigiosas clínicas de Mallorca, con una selecta clientela entre los pacientes privados de la Part Forana y los asegurados de compañías importantes.

Frente a este cambio de política empresarial, el empuje del refundado RedAsistencial Juaneda (con la adquisición de la Miramar) o los años de experiencia y éxito de la Clínica Rotger están poniendo el experimento de Quirón en la cuerda floja.

Salut i Força quiso ponerse en contacto con la responsable de comunicación de Quirón Palma, Aina Serra, informándola a través de un largo correo electrónico del contenido de este artículo, para que ofreciera sus opiniones y puntualizaciones. Al cierre de esta edición no se ha recibido aún respuesta.

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