La doctora Francisca Aina Sastre expone las principales técnicas existentes hoy en día para conservar un buen aspecto físico.
La doctora Francisca Aina Sastre es Máster en Medicina Biológica y Antienvejecimiento, diplomada en Nutrición Dietética y Terapéutica, diplomada en Medicina Ps icosomática y Ps icología de la Salud, experta en Medicina Estética y Doctorada en Neurociencias. Desarrol la su actividad profesional en Policlínica Miramar y Red Asistencial Juaneda, donde atiende a cientos de pacientes p reocupados por detener el proceso de envejecimiento y beneficiarse de las últimas y más sofisticadas técnicas surgidas al respecto.
P.- Doctora, ¿existe el secreto de la eterna juventud?
R.- Envejecer es inevitable, pero podemos controlar las deficiencias que acompañan a este proceso estableciendo nuevas pautas de comportamiento y tratamientos adecuados que nos favorezcan envejecer en un buen estado de salud. El objetivo de los tratamientos es retardar los síntomas del envejecimiento, prolongando la etapa adulta en plenas facultades y aumentando al máximo la expectativa de vida. Para lograrlo, evaluamos los procesos clave del envejecimiento y aplicamos las técnicas necesarias para prevenir enfermedades y regenerar el organismo, mejorando así la calidad de vida.
P.- ¿Qué es, por tanto, la medicina antienvejecimiento?
R.- Es una medicina que recibe diversos nombres, como PROAGING, ANTI-AGING o BIOAGING. Podemos afirmar que es una medicina preventiva y predictiva, ya que trata de prevenir las enfermedades asociadas a la edad y se sirve de los TESTS GENETICOS, de fácil disposición en consulta médica actualmente, para conocer la predisposición personal a padecer determinadas patologías y actuar para evitarlas.
P.- El objetivo primordial, ¿consistiría en hacer posible un envejecimiento saludable?
R.- Así es, conservando, además, una buena apariencia física. Esta es la finalidad de esta nueva especialidad médica, de la que también forma parte la medicina estética.
P.- Doctora, ¿qué es exactamente el envejecimiento y por qué se produce?
R.- Hablamos de un proceso fisiológico natural en el que la influencia del medio y de los hábitos de vida constituye el 75% sobre la predisposición genética. Es decir, que la predisposición genética se podrá manipular con el estilo de vida, la nutrición, la suplementación hormonal, la dietética y el ejercicio físico regular. Este último tiene un papel mucho mayor del que se le ha conferido hasta ahora, muy decisivo en el antienvejecimiento cerebral y en la prevención de las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
P.- Nuestra edad, ¿se corresponde siempre con la edad cronológica?
R.- No, porque, de hecho, hay que distinguir dos conceptos de edad: la edad cronológica, determinada por los años que han transcurrido desde el nacimiento, y la edad biológica, que depende de la mayor o menor optimización de las funciones vitales de nuestro organismo. Mientras la edad cronológica solo puede aumentar, la biológica puede disminuir. De este modo, personas de edades cronológicas similares podrán tener una distinta edad biológica que les conferirá una mayor o menor calidad de vida.
P.- La menopausia y la andropausia, ¿son procesos que forman parte del envejecimiento?
R.- Así es, en efecto, aunque su vivencia puede ser más o menos satisfactoria en función de una buena higiene de vida y de una suplementación hormonal adecuada, en la mayoría de los casos. La suplementación con estrógenos y progesterona en las mujeres no solo mejora las molestias como sofocos y sequedad de mucosas, sino que también favorece la salud de su sistema cardiovascular, su agilidad mental, su memoria, su salud ósea, la flacidez cutánea, evita el acúmulo de grasa abdominal y propicia una mejora general. En el caso de los hombres con andropausia, el aporte de testosterona también contribuye a mejorar determinadas funciones, además de la sexual.
P.- Algunas personas son reacias a la suplementación hormonal…
R.- Esto se debe a un estudio que se hizo tiempo atrás, cuyos resultados son muy discutibles. Además, hoy disponemos de unos simples test genéticos, con los que podemos determinar si un paciente tiene algún gen que le predisponga a un tumor hormonodependiente o no, con una simple muestra de saliva tomada en la consulta, además de valorar los antecedentes familiares y personales.
P.- ¿En qué consisten los test genéticos?
R.- El personal sanitario recoge una muestra de saliva, siguiendo un determinado protocolo. Posteriormente, la muestra es remitida a un laboratorio especializado, y, a los quince días, se obtienen los resultados informados por un especialista en genética, que nos orientan sobre las pautas que debemos seguir para mantenernos sanos. Por ejemplo, alimentos que nos convienen y cuáles debemos evitar, qué fármacos deberíamos descartar, qué estilo de vida hay que seguir, qué ejercicio físico resulta más adecuado para potenciar la salud y alejar la enfermedad en función de nuestra propia genética. Otro tipo de test está encaminado a la obesidad, para conocer mejor nuestro metabolismo y qué alimentos debemos evitar o favorecer.
P.- ¿Qué beneficios se pueden obtener a partir de la aplicación de un Programa Antienvejecimiento?
R.- Muchos y diversos, siempre con el objetivo de optimizar el nivel de salud y de bienestar. Citemos algunos de estos beneficios: incremento en el nivel de energía; mayor fuerza y resistencia en la actividad física y mental; mejoría de la capacidad mental con mayor productividad, memoria, concentración y comprensión; mejoría de la apariencia física, obteniendo una piel firme y bella, disminuyendo la grasa corporal y obteniendo músculos más fuertes y definidos; incremento del sistema inmune; disminución del riesgo cardiovascular a través del control de la presión arterial y la disminución del nivel de colesterol y triglicéridos; y, por supuesto, la optimización de la función sexual.