Entrevista a Patricia Gómez, consellera de Salut: “Recuperar los derechos del personal sanitario beneficia a los pacientes”

Con la legislatura autonómica entrando en su recta final, la consellera de Salut, Patricia Gómez, hace balance, para Salut i Força, de la tarea que ha llevado a cabo al frente del departamento con mayor peso competencial y presupuestario de todos los que conforman la estructura política del Govern de les Illes Balears

Joan F. Sastre /

P.- A falta de diez meses para el final de la legislatura, ¿se siente satisfecha por el trabajo realizado?

R.- El balance es positivo. El programa que definimos en 2015 está cumplido en un 75%, e incluye aspectos tan importantes como la recuperación de derechos tanto de pacientes como de profesionales, la mejora de la listas de espera, la renovación de las infraestructuras, tanto las hospitalarias como las de atención primaria, la incorporación de más personal asistencial… En todos estos ámbitos se ha apreciado, en mi opinión, una mejora sustancial.

P.- En esta última recta del actual período de gobierno, ¿cuáles serán las prioridades?

R.- Precisamente en estos momentos nos hallamos en plena fase de elaboración de los próximos presupuestos, que servirán para seguir trabajando en los proyectos que tenemos en marcha. Somos conscientes de que los cuatro años de una legislatura no son suficientes para dar respuesta a todas las necesidades, dado que las políticas se definen a medio y a largo plazo. Ahora bien, la pretensión es seguir consolidando las líneas que han caracterizado estos años, y que implican desde la instauración de un modelo asistencial que proporcione un nuevo marco de atención a la cronicidad, hasta la potenciación de la estrategia de salud mental, sin olvidar la renovación de la atención primaria para que de cada día su radio de actuación resulte más próximo al paciente.

P.- El verano es siempre una época complicada, desde el punto de vista asistencial. ¿Cómo se están dirimiendo estos meses estivales de 2018?

R.- Básicamente, hemos optado por reforzar los recursos asistenciales en las zonas costeras e igualmente las urgencias hospitalarias, porque en verano se producen menos ingresos de pacientes, pero, en cambio, aumenta el número de urgencias médicas. Esta situación se está notando especialmente, este verano, en el Hospital de Inca, y tratamos de ofrecer la mejor respuesta posible. Para nuestro departamento, constituye una prioridad reorientar a la población para que acuda, siempre que resulte factible, a la atención primaria, que es donde se resuelven el noventa por ciento de los problemas de salud. ç

P:- ¿Está satisfecha con la evolución de las listas de espera?

R.- Hemos reducido la demora media a la mitad. Así, en las consultas de especialistas, empezamos la legislatura con una media de setenta días de espera, y ahora mismo ese ratio se sitúa en unos treinta días, aunque, lógicamente, es un promedio y depende de cuál sea la situación en cada una de las especialidades. En cuanto a las intervenciones quirúrgicas, la media está en setenta días y antes se llegaba a los 120. Al mismo tiempo, hemos concedido una gran relevancia a la transparencia, y por eso llevamos a cabo la publicación de las listas de espera, que se actualizan diariamente y pueden ser consultadas libremente por los ciudadanos. Por otra parte, pronto recuperaremos el decreto de garantía de demora, que permitirá a los usuarios que superen un determinado plazo de espera acudir a la sanidad privada, sin que eso repercuta en su bolsillo.

P.- Hablemos de los proyectos que se están ejecutando. En Manacor, las previsiones parecen funcionar a la perfección…

R.- Estamos muy contentos con la marcha de las obras en este hospital, ya que incluso se están acortando los plazos estimados inicialmente, y eso es algo casi insólito. En esta primera fase del plan director del Hospital de Manacor se aumentará la superficie de atención a urgencias, y también se acometerá la creación del área destinada a la resonancia para evitar que los residentes de la comarca tengan que desplazarse a otras zonas. Otra actuación que nos ilusiona especialmente es Son Dureta. Esperamos que pronto se pueda adjudicar el derribo de una parte del antiguo hospital para que las obras empiecen a principios del año que viene.

P.- ¿Qué ha ocurrido exactamente en Can Misses? ¿Habrá que depurar responsabilidades?

R.- Por supuesto, alguien deberá asumir la responsabilidad. El Hospital Can Misses permaneció cerrado durante algo más de año, y se reabrió en marzo de 2015, justo antes de las pasadas elecciones. Posteriormente, el pasado año, se detectó la presencia de dos moscas que se colaron en los quirófanos a través de los forjados. Los defectos que propiciaron este problema se repararon y pensamos que el problema se había terminado. Incluso se llevó a cabo una auditoría externa que así lo certificó. Recientemente, sin embargo, aparecieron ocho moscas en cinco de los ocho quirófanos de Can Misses, y en esta ocasión por el techo, y al proceder a la localización de la avería se detectaron deficiencias en unos 1.500 metros de superficie, que se han tenido que reparar.

P.- ¿Y a partir de aquí…?

R.- Pues, se abrió el correspondiente expediente informativo, y en función de su contenido se establecerán las sanciones pertinentes que, a la vez, están contempladas en el contrato de adjudicación. Y no solo eso, sino que también se ha encargado un estudio a la empresa pública Tragsa para que revise toda la construcción del hospital y de esta manera determinar si se ajusta a las condiciones presentes en el contrato.

P.- ¿Para cuándo será una realidad la gratuidad de los parkings de Son Espases y Can Misses?

R.- Espero que cuando acabe la legislatura lo hayamos podido lograr. Comprendo que sea difícil de entender todo lo que está ocurriendo. Y digo que lo comprendo, porque si yo tuviera que valorar una situación parecida que afectara a otra área, pensaría lo mismo. Resulta difícil explicar la inmensa cantidad de movimientos, informes y negociaciones que este asunto exige realizar, y el interminable papeleo que requiere. Particularmente, me desespera mucho, pero creo que llegaremos a tiempo. Además, en el caso de Son Espases, urge empezar, en cuanto sea posible, las obras de ampliación de 500 plazas de estacionamiento, y no es una tarea fácil porque los contratos de concesión son muy garantistas. Ahora bien, si la gratuidad comienza a aplicarse en un momento de poca presión asistencial, podemos correr el riesgo de instaurarla sin que las obras de ampliación hayan finalizado. Recuerdo que cuando se abrió Son Espases el aparcamiento era gratuito, y existía una gran preocupación ante la previsión de que las plazas resultaran insuficientes y se produjeran atascos continuos. Sin embargo, eso no ocurrió.

P.- ¿Ve satisfechos a los profesionales sanitarios con las mejoras económicas y laborales que se han ido aprobando?

R.- La recuperación de derechos de los profesionales, que está siendo uno de los puntos neurálgicos de esta legislatura, se traduce en resultados para los pacientes. Quiero decir con ello que a los profesionales se les exige mucho a cambio de estas mejoras y debo reconocer que están respondiendo de forma excelente, con compromiso, implicación y esfuerzo. Si se beneficia al personal asistencial, a través de medidas como la carrera profesional, la equiparación salarial o el aumento de días libres, quien sale ganando también es el usuario del sistema público de salud.

P.- Para el Govern autonómico, que apostó en su momento por ello, ¿ha supuesto una satisfacción especial que la primera medida de la nueva ministra de Sanidad haya sido la recuperación de la tarjeta sanitaria para todos los colectivos?

R.- Cualquier país civilizado ha de prestar asistencia sanitaria a la totalidad de la población que vive en ese territorio, sea regular o no. Todas las organizaciones, colegios profesionales y asociaciones de pacientes van también en esta misma línea. Y, por otra parte, la restricción que impuso el Real Decreto de 2012 obedeció a un plan de sostenibilidad que, a fin de cuentas, no ha cumplido sus previsiones. Se ha abocado a personas y familias a una situación dramática, y eso tiene sus consecuencias a corto, medio y largo plazo.

P.- No obstante, desde otros partidos se insiste en que los inmigrantes irregulares no dejaron jamás de tener acceso a la sanidad pública…

R.- Pero solo a través de los servicios de Urgencias. Es decir, se les negó la atención integral de su salud, y, por tanto, se les dejó fuera de una prestación médica dotada de la necesaria continuidad asistencial. En la práctica, esto supone, por ejemplo, que a un diabético no se le puede enviar a un hospital, porque no resulta factible realizar una interconsulta con un especialista, ni tampoco se le puede prescribir la insulina, porque no tiene derecho a las recetas.

P.- ¿Cómo está evolucionando la implantación de la estrategia de la cronicidad, que supone otro de los pilares del nuevo modelo asistencial del actual Govern?

R.- Hace pocas fechas mantuvimos una reunión de gerentes del Ib Salut para valorar este tema, y el balance es verdaderamente positivo. Hoy en día, todos los hospitales de agudos cuentan con una unidad de crónicos, y, por tanto, el paciente puede ingresar directamente en esta unidad derivado desde atención primaria, contactando con el médico internista y sin tener que pasar por urgencias. Al mismo tiempo, los profesionales de los centros de salud han aumentado las visitas domiciliarias. Este incremento se hizo muy patente el pasado año en el caso de las enfermeras, y en este ejercicio se ha seguido esta misma dinámica con los médicos. Esto está siendo posible gracias a las mejoras que se han introducido en atención primaria, con un incremento presupuestario del 20%.

P.- ¿Cuáles serán los principales efectos positivos de las oposiciones para cubrir plazas públicas en el Ib Salut?

R.- Desde el anterior pacto de izquierdas, no se habían convocado oposiciones en el sistema público de salud de Balears, y eso explica el alto número de personal interino y eventual. Esta convocatoria está demostrando que los profesionales sienten un gran interés por trabajar en estas islas. Por ejemplo, en la especialidad de pediatría, se han presentado más de cien aspirantes para cubrir unas ochenta plazas. En cambio, en las últimas oposiciones de 2010, hubo más plazas que pediatras que optasen a las mismas, y como, además, no todos los que se presentaron consiguieron superar las pruebas, inevitablemente quedaron plazas vacantes.

P.- Aún así, ¿la financiación sigue siendo el gran caballo de batalla de la sanidad balear?

R.- En los presupuestos actuales, el Govern destina el 40% de su presupuesto a las políticas de salud. Mientras que en 2015 estábamos en la cola de gasto per cápita, ahora Balears ya se halla prácticamente equiparada a la media estatal. Resulta notorio que durante estos últimos años se han incrementado recursos para contratar más profesionales y mejorar las infraestructuras, y en estos momentos estamos trabajando para que esta tendencia continúe estando presente en los presupuestos de 2019. Por cierto, que me llevado un susto cuando me han comunicado las previsiones de recursos que necesitará el Servei de Salut para el próximo año. Y si yo me he asustado, mucho más lo hará la consellera de Hisenda…

P.- Lleva usted tres años al frente de la Conselleria de Salut. Desde un punto de vista personal, ¿está notando el peso de esa responsabilidad?

R.- Salen más canas y más arrugas, pero trato de llevarlo lo mejor que puedo. Además, tengo la suerte de contar con los mejores equipos de profesionales de todo el país. Siempre lo digo, y es cierto. Poco a poco vamos consolidando nuestro modelo asistencial, trabajando con más efectividad y en mayor provecho del ciudadano, porque ese ha de ser el faro que guíe nuestra gestión. Ciertamente, el trabajo político está denostado hoy en día, y es una lástima que así sea, porque los políticos somos, simplemente, personas que, durante un tiempo determinado, hacemos un paréntesis en nuestras actividades habituales, que en mi caso es la enfermería, para servir a la población. Eso supone un gran nivel de intensidad y de implicación, y así es como procuramos hacerlo en el departamento del que soy consellera.

P.- Ya para finalizar, ¿cuál será la fotografía de la sanidad balear en 2019, en comparación a la que sacaron ustedes en 2015 cuando se hicieron cargo de la Conselleria de Salut?

R.- Cuando empezamos la legislatura compartimos una jornada de análisis y valoración con los directores generales para trazar los objetivos que nos propusimos tener concretados cuatro años después. El balance no está mal, si lo pensamos: hablamos de una facultad de medicina, y ya es una realidad; priorizamos la mejora de las listas de espera, y los avances son notables; planteamos la necesidad de recuperar derechos de los profesionales que habían sido atacados durante la legislatura anterior, y así lo hemos hecho; y nos propusimos actualizar las infraestructuras y equipamientos, y ahí están los proyectos de Son Dureta, Verge del Toro y Can Misses para corroborarlo. Ese día, reunidos con los directores generales, perfilamos el programa que queríamos aplicar entre 2015 y 2019, y aunque hace poco alguien me dijo que los programas están para incumplirlos, yo pienso todo lo contrario, que aquello a lo que te comprometes debes cumplirlo. Y si no lo logras, al menos has de explicar los motivos.

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