La práctica musical produce cambios en el cerebro que empeoran la percepción del dolor, según una tesis de la UIB

Juan Riera Roca /
El entrenamiento musical empeoran la percepción del dolor. Ésta es una de las conclusiones de la tesis doctoral de Ana Zamorano Andrés, leída recientemente en la Universitat de les Illes Balears (UIB) y que ha investigado precisamente los cambios cerebrales que produce la práctica musical en la percepción sensorial.

Los especialistas consideran que los músicos son considerados buenos modelos biológicos para estudiar los cambios en el cerebro debido a un entrenamiento sensoriomotor prolongado. Estos cambios se consideran adaptativos y están relacionados con el incremento de la percepción sensorial y de la ejecución motora necesarios para la práctica musical.

Sin embargo, según los recientes estudios, tocar un instrumento de manera prolongada también puede estar asociado con modificaciones maladaptativas como es el dolor crónico. Alrededor del 80 por ciento de los músicos profesionales sufren algún tipo de síndrome doloroso, un porcentaje extremadamente alto.

Teniendo en cuenta esta información y conociendo que el dolor crónico está vinculado a múltiples cambios cerebrales que interrumpen el funcionamiento correcto del sistema nervioso y que conducen a cambios en la percepción sensorial (por ejemplo la hiperalgesia y la hipoestesia), el objetivo de la tesis doctoral de Ana Zamorano.

El objetivo de esta tesis fue explorar los efectos de la práctica musical en la percepción sensorial tanto al nivel del comportamiento como al nivel neural en músicos y no músicos con y sin dolor crónico. La tesis la han dirigido los doctores Inmaculada Riquelme, del Departamento de Enfermería y Fisioterapia; Ignacio Cifre, de la Universidad Ramon Llull; y Boris Kleber, de la Universidad de Aarhus (Dinamarca).

Los resultados de las investigaciones mostraron que los músicos poseen una mayor capacidad para percibir la información sensorial del propio cuerpo que los participantes que no tenían ningún tipo de entrenamiento musical. Además, los resultados de la tesis también mostraron que los músicos sanos tenían la misma sensibilidad dolorosa que una persona con dolor crónico, es decir mucho más alta que la población general, dato que evidencia una alteración de la percepción sensorial y de la actividad cerebral como función del entrenamiento musical que podría justificar la alta prevalencia de síndromes dolorosos entre los músicos profesionales.

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