A cada celda su sanmartín

Dr. Fco. Javier Alarcón de Alcaraz Médico- Forense Especialista en Medicina Legal. @Alarconforense

Dr. Fco. Javier Alarcón de Alcaraz. Médico-
Forense. Especialista en Medicina Legal. @Alarconforense

Me pide el cuerpo contestar a las cartas que no recibo. Responder a cartas dirigidas a fiscales, desmelenarme escribiendo a presos donde se van anticipando las próximas líneas de más fiscales y de más pres@s. Pero seremos lo pacientes que se exige en este tipo de publicaciones.

Esperaremos en nuestra hamaca carcelaria a que los acontecimientos sanitario-judiciales vayan ocupando el sillón obligado del catre, que a cada cual le llegue su celda como a cada uno de nosotros nos llega nuestro niño Sansaloni, sí , el que come y se va sin pagar.

Aunque no escribir cartas no exima de poder recibirlas, veo entre todos esos matasellos los últimos acontecimientos relacionados con la adjudicación del hospital de Son Espases. He estado esperando que pasara de largo toda la ficción de lo publicado, porque aquí nunca nos creemos lo que nos escriben los periódicos cuando no queremos creernos lo que ocurre. Pero fue anunciarse el cante jondo de Aina Castillo en la plaza patines y fue ponerse en marcha todo el run run de almas, todo un removerse de cuentas corrientes, de cuentas corridas y –sobre todo- de cuentas pendientes. Fue verlo publicado y fue no dar pábulo.

Fue ver lo que se decía, fue saber que habían cantado Sergi Bertrán y el resto de la tropa gástrica agradecida y fue un no creer, fue un no decir hasta que los acontecimientos florentinos nos han ido mostrando las caras y los culos de toda esa trama impresentable.

La cara para Horrach Fiscal. La cruz, el culo para Castillo consellera. La cara para Florentino y su cruz para Villar. La cara dura con su cruz para Bertrán, en niño de la capea, el mileurista de CAEB. Unas moneda de dos cambios, una moneda de intercambiarse la cara y la cruz, de ponerse de canto cuando te suda en la mano, de bordes romos, de esas de tu pones la cara y yo te hago la cruz o incluso de esas de yo te cruzo la cara, que es más de Castillo hacia Matas. Un reverso y anverso, un verso para Castillo y un revés para Matas al que incluso visitan en la cárcel de Segovia como deferencia para evitarle el furgón no refrigerado, todo un detalle en la tierra de los cochinos. Es lo que tiene ir de rayas, que el calor te va dejando una sombra a trozos y llega un momento en el que no distingues lo que te queda de piel; ese momento en el que no olvidas lo que te han hecho y empiezas a recordar todo lo que los demás han hecho. Ojo, que a la sombra uno no sabe por qué pero recuerda más.

Si es que tendríamos que habernos ido a Segovia con el Fiscal, así, tots juntets. Deberíamos haber viajado todos en la güagüa cantando asepsias, los que dicen y lo que acusan, todos como los niños azules y cantores de Lluc, que son metáfora de los que se dirigen a ver como se está al otro lado del mundo por lo que los demás dicen que has hecho. Si es que deberíamos habernos ido de farra con el Fiscal Horrach a Madrid a tomar todas esas curiosas declaraciones, declaraciones de intenciones en una diligencias informativas fiscales de esas que duran seis meses según la ley, sin juez instructor ni secretario judicial, sin número de previas ni número de dependencia en la calle vía Alemania. Solamente con las palmas y con el cante, con el taconeo y todo a escote carcelario de Jaime Matas.

Tendríamos que estar cantando también nosotros diciendo todo lo que sabemos en vez de estar contando toda esa historia judicial y sanitaria reciente, entonando lo raro que resulta que el perdedor del concurso sea citado como imputado; engolando que el ganador del concurso sea citado como testigo, y desafinando sobre todo eso de que los unos y los otros no saben no contestan sobre lo que allí ocurrió. Uno ya no sabe a qué atenerse, uno ya no sabe qué le espera en carretera de Valldemosa mientras vas llegando a esos accesos promovidos por el PSOE de Antich y el cemento de Francina, de esos modificados en los accesos de los que no quieren las comisiones de investigación que inventiguen las otras. De ahí que no nos quede más remedio desde aquí que hacer ingeniería argumental.

Me decía el otro día un Juez del ramo que a ver si lo que pasaba era que en la posible connivencia de Castillo con Matas desvelara ella en su confesión el amaño hacia el perdedor para beneficiar así a Matas inculpándole. ¿Cómo, no te entiendo, le dije? Sí, decir que Matas es culpable de algo indemostrable sería una forma de inculparlo sin posibilidad de que prosperara una acusación contra él, consiguiendo a la vez la posibilidad de que Horrach le sirviera cuarto y mitad de un pacto en la causa Over. Eso sí que es ingeniería suficiente como para contruír un sanatorio.

Menos mal que los bolsos, los inmuebles y los barcos no hablan, porque seguramente terminaríamos llegando a que confesaran lo inconfesable de sus dueños, y lo que es peor, que tuviéramos que viajar con Horrach a Orlando para tomarles declaración en la factoría Disney, objetos inanimados cantando sobre los cantantes d’es Pla.

Dice la prensa que empieza el desfile de los miembros de la mesa de contratación, que el fiscal Horrach empieza con la ronda del coro de ángeles que se sentaron en ese banquete inanimado al que empiezan a dar color, tan niños, tan inocentes cantarines moqueando. Empezaste siendo “tú sí que vales” y has terminado siendo la materia prima de “Master chef”, que los ricos también lloran.

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