El calor y las actividades al aire libre en verano nos invitan a disfrutar de la naturaleza, pero también aumentan la probabilidad de sufrir picaduras de insectos y animales. Las abejas, orugas, garrapatas, erizos de mar y medusas son solo algunos de los culpables de estas molestas picaduras, y aunque muchas de ellas suelen ser reacciones leves que podemos tratar en casa, hay que saber cómo actuar para evitar que se agraven.
Picaduras de abeja: retirar el aguijón sin hacer presión
Las abejas son probablemente uno de los insectos más comunes a los que nos enfrentamos en esta temporada. En muchos casos, su picadura deja el aguijón incrustado en la piel. Es fundamental retirarlo con cuidado, sin hacer presión, ya que de lo contrario podríamos liberar más veneno, lo que intensificaría la reacción. “Al retirar el aguijón, es importante hacerlo de manera rápida y sin presionar, ya que el veneno podría expandirse y empeorar la reacción», comenta Ana Otero, enfermera comunitaria. Si tras la retirada del aguijón la inflamación persiste o la picadura no mejora, lo mejor es acudir a un centro de salud.
Orugas: cómo retirar sus pelos urticantes
Las orugas, en especial las de algunas especies, pueden dejarnos pelos urticantes que provocan una reacción de picazón o inflamación. En este caso, una forma sencilla de eliminarlos es utilizar un trozo de esparadrapo para pegarlos y retirarlos sin mayor dificultad. «Es importante actuar con precaución al retirar estos pelos para evitar que entren más profundamente en la piel», añade Ana Otero. Si la reacción se vuelve más grave, es recomendable no dudar y consultar con un profesional.
Erizos de mar: ¿qué hacer si pisamos uno?
Quienes disfrutan de las playas saben que, a veces, pisar un erizo de mar puede dejarnos con espinas clavadas en los pies. Aunque en muchos casos estas espinas se pueden retirar con pinzas, es importante tener en cuenta que suelen romperse con facilidad, lo que complica su extracción. Si no conseguimos quitar todas las espinas de manera segura, acudir al centro de salud es la mejor opción. Mientras tanto, podemos aliviar el dolor aplicando una compresa empapada de vinagre, que ayuda a mitigar la inflamación.
Garrapatas: cuidado con dejar partes de la cabeza bajo la piel
Las garrapatas son otro peligro frecuente, especialmente en zonas rurales o de campo. A menudo, tras la picadura, su cabeza puede quedar debajo de la piel, lo que dificulta su extracción completa. Si la retirada se realiza correctamente con pinzas, no debería haber problema, pero si no se extrae bien o se rompe la garrapata, puede quedar parte de ella en la piel, lo que puede causar infecciones. “En estos casos, si no estamos seguros de la extracción, es recomendable buscar ayuda médica para evitar que la garrapata quede parcialmente alojada bajo la piel», explica Otero.
Medusas: cómo tratar la picadura de forma efectiva
Las medusas son otro de los peligros más comunes para los bañistas. Si te pica una medusa, es importante no frotarse con la toalla, ni aplicarse arena ni agua dulce, ya que esto solo empeorará la picadura. Lo mejor es retirar los tentáculos de la medusa con una tarjeta o pinzas y lavar la zona con agua salada. Evita el uso de agua dulce, ya que puede intensificar la reacción. Si tienes clorhexidina a mano, úsala para desinfectar la herida. Si después de la picadura la reacción es grave o se presentan síntomas como dificultad para respirar o mareos, acude inmediatamente a un centro de salud.
Aunque muchas de estas picaduras pueden ser tratadas de manera efectiva en casa con simples medidas, es importante estar alerta a las reacciones más graves. Si la picadura afecta a una gran zona de la piel o si la persona experimenta síntomas graves como dificultad para respirar, hinchazón excesiva o mareos, es imprescindible acudir al centro sanitario para una valoración de un profesional de la salud.