Por cada hospitalización por gripe, se produjeron 3.8 adicionales por causa cardiovascular y respiratoria

La gripe es una enfermedad común, pero a menudo subestimada, que puede desencadenar complicaciones graves, especialmente en los grupos de riesgo como los ancianos y personas con enfermedades crónicas y/o sistemas inmunológicos debilitados. Estas complicaciones pueden derivar en hospitalizaciones y, en algunos casos, incluso provocar la muerte.

A pesar de la gravedad de estas posibles consecuencias, la falta de pruebas diagnósticas hace que los casos de gripe se infradiagnostiquen en gran medida. Los síntomas gripales pueden confundirse con otros trastornos respiratorios o simplemente se consideran leves y autolimitados, lo que resulta en una baja codificación de los casos de gripe en los registros médicos. Como resultado, la magnitud real de la carga de enfermedad relacionada con la gripe puede pasar desapercibida en las estadísticas oficiales.

Un reciente estudio realizado en España ha arrojado luz sobre el impacto estimado de la gripe estacional en nuestro país durante una década, entre los años 2008 y 2018. El estudio, cuyo objetivo ha sido estimar la carga clínica y económica de la gripe grave en España, se ha basado en modelos estadísticos que han logrado dimensionar la significativa carga que supone en términos de hospitalizaciones y muertes asociadas.

Una de las principales conclusiones es el exceso significativo de hospitalizaciones tanto por causas cardiovasculares como respiratorias en relación con los casos de gripe documentados. Por cada hospitalización codificada con un diagnóstico específico de gripe, se estimaron 3.8 hospitalizaciones adicionales debido a problemas cardiovasculares y respiratorios relacionados con la gripe. Este exceso de hospitalizaciones no solo tiene un impacto en la salud, sino también en la economía, con un costo anual directo estimado de 142.9M de euros para todas las edades, y 115.9M de euros específicamente en pacientes mayores de 65 años.

Además, el estudio proporcionó una perspectiva más detallada sobre la mortalidad asociada a la gripe. Durante el período analizado, se estimaron un promedio de 27.7 defunciones por cada 100,000 habitantes relacionadas con la gripe en todas las franjas de edad.

Los datos aportados por este estudio ponen de manifiesto la importancia de una mejor prevención y concienciación pública sobre la gripe, y evidencian la necesidad de mejorar las tasas de vacunación, especialmente en grupos de riesgo como los adultos mayores y las personas con comorbilidades.

Aumento significativo en los riesgos para el sistema respiratorio y cardiovascular en mayores de 65 años

Como se ha observado, la infección por gripe desencadena complicaciones tanto respiratorias como no respiratorias, entre las cuales destacan las de naturaleza cardiovascular. Del total de 37M de hospitalizaciones estimadas en hospitales públicos españoles, los diagnósticos respiratorios y cardiovasculares representarían el 26,4% de las hospitalizaciones –conformando los pacientes mayores de 65 años el 65,6% de ellas-.

Con ello, el exceso estimado de hospitalizaciones asociadas a la gripe en todas las edades, durante el periodo de estudio de 10 años, fue de 326.890 en el caso de las afecciones respiratorias y cardiovasculares –253.816 de ellos observados en pacientes mayores de 65 años. Así pues, la media de la tasa anual de exceso de hospitalización por diagnósticos respiratorios y cardiovasculares por cada 100.000 para la población española, durante nueve temporadas, fue de 75,0 para todas las edades. Sin embargo, en el grupo de población mayor de 65 años, esta tasa alcanzó los 335,3.

En cuanto a la mortalidad asociada a estas complicaciones respiratorias y cardiovasculares, el número total de muertes excesivas en el periodo de estudio fue de 74.694 casos, 68.484 en pacientes de más de 65 años.

Si bien la carga clínica es notablemente alta, también lo es el coste directo del exceso de hospitalizaciones asociadas a complicaciones respiratorias y cardiovasculares por gripe. En la población mayor de 65 años, el coste medio de estas hospitalizaciones asciende a 115,9M€ al año, lo que representa el 76,4% de un total estimado de 142,9M€ anuales. Durante el periodo estudiado (9 temporadas), el gasto directo relacionado con estas hospitalizaciones, en todas las edades, alcanzó los 1339,1 millones de euros.

Dr. Ángel Gil

Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos y autor del estudio

Los resultados del estudio aportan información muy valiosa sobre el impacto de la gripe en la mortalidad. Cuando alguna persona fallece, difícilmente se registra como una muerte por gripe, sino que con frecuencia se registra con el código de alguna de las enfermedades de base que tenía el paciente. En el estudio se hace una búsqueda más exhaustiva de la presencia de gripe en esos pacientes, bien en el momento de la muerte, o si había tenido un antecedente cercano en el tiempo. Ello permite ver que el exceso de mortalidad que se produce en las temporadas estacionales de gripe está íntimamente relacionado con dicha enfermedad.

Por lo tanto, el estudio cuantifica de forma más acertada el impacto de la gripe, lo que obliga a ser mucho más exigente con el objetivo que la OMS establece de alcanzar coberturas de vacunación que alcancen al menos el 75% en los mayores de 65 años de edad que son los que tienen un mayor riesgo de complicaciones y de muerte.

Los hallazgos del estudio BARI, que destacan la considerable carga de hospitalizaciones y mortalidad relacionada con la gripe en España, enfatizan la necesidad de establecer enfoques preventivos, especialmente en la población de edad avanzada. Una de las estrategias clave sería el uso extendido de las vacunas de alta carga en mayores de 60 años, que protegen frente a la infección de gripe, así como los problemas cardiovasculares y respiratorios graves que puede desencadenar.

Dra. Esther Redondo, médico de familia del Grupo de Trabajo IMVAP de SEMERGEN, responsable de Vacunas: «Las vacunas de alta carga confieren ventajas sustanciales en la disminución de hospitalizaciones y mortalidad asociada a la gripe, junto con sus posibles complicaciones. Su capacidad para abarcar múltiples cepas de la gripe y su mayor efectividad contribuyen a reducir la propagación de la enfermedad en la comunidad, limitando así la carga de casos graves. Esto se traduce en una reducción del coste de atención médica y alivia la carga económica de la gripe en el sistema. Estas vacunas de alta carga están diseñadas para proteger mejor frente a la infección por gripe, con un 24,2% más de eficacia relativa demostrada respecto a las vacunas de dosis estándar; así como frente a las complicaciones asociadas, con una reducción de hospitalizaciones en caso de neumonía del 27,3% y del 17,9% en el caso de complicaciones cardiovasculares. Además, al considerar la carga económica identificada en el estudio BARI, las vacunas de alta carga podrían contribuir a una reducción significativa en los costos directos e indirectos asociados con la atención médica, lo cual tendría un impacto positivo en la salud pública y en la sostenibilidad de los sistemas de atención médica».

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