La China

Dr. Fco. Javier
Alarcón de
Alcaraz.
Médico-Forense.
Especialista en
Medicina Legal.
@Alarconforense

Ahora que nuestros conta-virus y demás especialistas no especializados tipo Arranz dejarán de contar los muertos covid de nuestras Islas, llega el momento de contar las verdades, las bárbaras, terribles, amorosas crueldades de las que hablaba el poema.

Ahora que la consellerademisamores, la Patricia Gómez deja de contar los muertos de la Comunidad, que aburre como un mono de feria pensando que dar las gracias a todas horas la va a eximir de sus responsabilidades, nos merecemos no ya contar los que ellos no han contado, sino lo que ellos no han querido contar.

Esta conselleria nuestra, amasada sobre la fortuna de los conseguidores, ha descubierto sin quererlo ni beberlo que la Gómez mintió en su comparecencia delirante sobre la actuación en la compra de material sanitario. Según ella, y según lo publicado en el diario de sesiones del Parlamento del día veinte de mayo, pudo comprarse material sanitario a China gracias a que ella lo vale, gracias a lo lista, a lo guapa y a lo azules que tiene los ojos.

El argumento que reproduce literalmente a preguntas de la oposición es que habría contactado con la comunidad China local después de una donación que hicieran, y que a su través le habían sugerido contratar a una abogada china muy diligente. O sea, lo típico. Los chinos te regalan mil pares de guantes, y al final terminamos los ciudadanos palmando dinero público mientras alguien hace un negocio milmillonario, unos contratos con su fiscalización adecuadamente suspendida por el estado de alarma y -sobre todo- en un momento (en el que según el propio ministro Illa) el Ib-Salut carecía de competencias como para poder hacerlo.

Hubiera podido tener la cosa su gracia sino fuera porque el factótum Lafuente, el lacio abogado socialista, el canoso socialista abogado, en entrevista en Diario de Mallorca cinco días después no solo desmintiera a la consellera Gómez, sino que la humillara en el fango de los acontecimientos y quién sabe si en el de las responsabilidades. Según dice el ínclito, la china en cuestión era su china, una asalariada de su despacho, y la explicación de este talent-movie de chinos es que un actual alto cargo de la casa, sí, del IB-salut de Julielcompraguantes, habría trabajado en su despacho anteriormente.

Quizá estuviera queriendo decir sin decirlo Mr. Lafuente que Pedro Jiménez, actual subdirector general RRLL del Ib-Salut en puestecito creado ad-hoc por el socialismo que ya no cuenta, el que casualmente fuera ex director general de función pública en el mismo socialismo que no cuenta, trabajó anteriormente (entre 2004 y 2007) en el despacho Lafuente. La familia, siempre la familia.

La comunidad china no es mejor ni peor que la socialista, pero parece más pobre que la familia Lafuente en estos momentos, y mucho más aburrida.

Gómez parece haber dejado la porcelana de los difuntos, el todo a cien de los infectados y el rollito primavera de los asintomáticos para centrarse en estos ricos herederos, cachondos cachorros que dicen la verdad porque les importa poco hacerlo estando por encima de los acontecimientos, sobrevolando el bien y el mal del dinero público.

Si todos sabemos lo que un chino tiene entre las piernas, ya sabemos lo que definitivamente tiene un balear entre las manos. Lo de siempre.

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