“Las políticas de salud del Govern me merecen tan solo un aprobado justito”

ANTÒNIA MARTÍN, REGIDORA DE SANIDAD EN CORT Y SECRETARIA GENERAL DE PODEMOS EN PALMA

Antònia Martín es regidora de Sanitat i Consum en Cort y secretaria general de Podemos Illes Balears en Palma. Profunda conocedora del ámbito de la salud, ya que es enfermera de profesión, está especializada en enfermería pediátrica. Entre 2007 y 2010, estuvo al frente del Colegio de Enfermería de Balears.

P.- ¿Dentro del organigrama municipal, el área de Sanitat ocupa un papel hasta cierto punto secundario?

R.- Tal vez es una concejalía con menos protagonismo mediático que otras, eso es verdad, pero no significa que su aportación al bienestar y la calidad de vida de una ciudad como Palma sea menos relevante. En nuestra mano, se hallan, por ejemplo, competencias tan importantes como la promoción de políticas preventivas de salud pública, o las campañas para la adopción de hábitos saludables en colectivos tan sensibles como los jóvenes o los ancianos, por no hacer referencia la labor que acometemos para asegurar los mejores niveles de salubridad posible. Dicho esto, compartiré con sus lectores una reflexión que a menudo hago a mi equipo: en un departamento como el nuestro, hasta cierto punto se puede afirmar que si no hay noticia, eso ya es una buena noticia.


P.- Su regidoría gestiona igualmente las políticas relacionadas con el consumo. ¿Qué se está haciendo en este ámbito?

R.- Muchas cosas, desde luego. Desde el primer momento nos hemos trazado un objetivo ineludible, que es el de facilitar y acercar a la población la posibilidad de que se ejerzan plenamente los derechos que nos asisten a todos como consumidores. En estos dos años que restan, insistiremos notablemente en este punto, potenciando las oficinas al consumidor, haciéndolas más accesibles y más próximas, e informando a los ciudadanos de la necesidad de que planteen cualquier duda o reclamación que consideren procedente.

P.- Hablando de política sanitaria a nivel de Comunidad Autónoma, ¿qué nota le pondría a la gestión que está llevando a cabo la Conselleria de Salut?

R.- Un cinco, tal vez.

P.- ¿Solo un aprobado justito?

R.- Bueno, yo me guío por lo que veo. Si en mi opinión el Govern mereciera más puntuación por sus políticas de salud, no dude de que no tendría ningún inconveniente en concedérsela. Vamos a ver: por una parte, se están haciendo cosas bien. Soy la primera en admitirlo. Entre los aspectos positivos, remarcaría la recuperación de los derechos de colectivos que se vieron literalmente excluidos del sistema de salud a causa de las nocivas políticas de austeridad del PP. Esa es una herencia envenenada que el Govern actual ha debido afrontar, y en general lo ha hecho con valentía y determinación, y los resultados están ahí. ¿Funciona la sanidad pública balear mejor que en la anterior legislatura? Por supuesto que sí, sin ninguna duda.

P.- Entonces, ¿por qué solo le concede un aprobado?

R.- Porque en otros aspectos no se están cumpliendo las expectativas. Un ejemplo paradigmático son los casos de saturación de demanda asistencial que los profesionales están denunciando sistemáticamente. No estamos hablando tan solo de hechos aislados. La circunstancia de que en pleno siglo XXI y en el año 2017 todavía debamos asistir al denigrante espectáculo de las áreas de Urgencias completamente desbordadas, o de las camas hospitalarias instaladas en pasillos, deja claro que la previsión y la asignación de recursos no están siendo las más adecuadas. El Govern ha de corregir estas disfunciones sin pérdida de tiempo, de la misma manera que ha de aclarar cómo y con qué recursos se financiará la reconversión del antiguo Hospital Son Dureta en un centro para enfermos dependientes y de larga estancia. Por supuesto, también es imprescindible que se ponga punto y final al desafortunado capítulo del parking de Son Espases. Su gratuidad es un compromiso del Govern, y ahora no puede rehuirlo por muchas dificultades administrativas que existan. Las comprendo, pero es su responsabilidad resolverlas.

P.- Balears ocupa el tercer lugar por la cola en cuanto a gasto sanitario por habitante. ¿Qué le dice este dato?

R.- Que es una situación vergonzosa. Balears siempre ha sido víctima de una solidaridad mal entendida. Por supuesto, hay que ayudar a las comunidades con menos recursos, pero no a costa de privar de estos mismos recursos a los ciudadanos de las islas. Y eso es lo que está sucediendo, tanto en sanidad como en otros muchos ámbitos. Los partidos tradicionales que se han estado turnando en el poder han demostrado su incapacidad para despejar esta coyuntura. Independientemente de cuál es el partido que gobierna en Madrid, Balears permanece en la cola de la financiación. Es absolutamente comprensible que los ciudadanos estén hartos y que exijan soluciones. Porque aquello que no se puede consentir de ninguna manera es que a causa de una distribución injusta de los recursos por motivos políticos o partidistas, los hombres y mujeres de Balears dejen de recibir la sanidad o la educación de calidad que merecen y necesitan.

P.- Su partido, Podemos, ¿es contrario a la sanidad privada, como a veces se afirma?

R.- La sanidad privada cumple su papel, y desde este punto de vista su contribución me merece el máximo respeto y consideración. Ahora bien, tanto mi formación política como yo misma creemos en una sanidad pública que se halle dotada con los mejores medios y los profesionales más capacitados, y que constituya uno de los ejes neurálgicos de la acción de cualquier gobierno. Sin una apuesta clara por el derecho al acceso gratuito y universal de la sanidad pública, no puede existir una sociedad libre, democrática y basada en la igualdad de todos sus integrantes.

P.- ¿Es ese compromiso por la igualdad la razón que la motivó a participar en un proyecto político de las características de Podemos?

R.- Básicamente, sí. Cuando estalló, o hicieron estallar, la crisis económica en 2009, las consecuencias fueron brutales y dramáticas para un gran contingente de ciudadanos. Y esos mismos ciudadanos entendieron que la solución a sus problemas no la hallarían en las políticas de siempre, sino en una nueva forma de encarar los retos sociales y económicos desde la administración. Eso es lo que significó Podemos en su momento, y lo que sigue significando ahora: una alianza con los sectores más vulnerables de la población, que han sido literalmente desvalijados por la crisis y que han asistido con rabia e impotencia a la conculcación de algunos de sus derechos fundamentales. Podemos representa la oportunidad de dar la vuelta a la tortilla a esta situación. Ese es nuestro reto, y nuestra responsabilidad, desde las labores institucionales que ejercemos.

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