Salud Pública ha puesto ya en marcha dieciocho rutas saludables en las Baleares

rutas-saludablesLas rutas tienen su punto de partida junto a los centros de salud y están diseñadas para facilitar al máximo a los usuarios realizar un recorrido que dure entre 30 y 40 minutos a pie, que es el tiempo que los profesionales sanitarios consideran que una persona debe caminar de media a diario.

La Dirección General de Salud Pública y Consumo de la Conselleria de Salud ha puesto ya en marcha dieciocho rutas saludables en Baleares, concretamente en Mallorca: Pollença, Coll d’en Rabassa, Platja de Palma, Son Ferriol, s’Escorxador, Santa Catalina, Son Serra- la Vileta, Pere Garau, Tramuntana (Esporles), Emili Darder, Son Rutlan, Son Gotleu, Escola Graduada y Valldargent; en Menorca, los centros de salud Verge del Toro, Dalt Sant Joan i Canal Salat, y en Ibiza, el Centro de Salud Vila.

Las rutas que se encuentran en proyecto son: Felanitx, Sant Agustí, Arquitecte Bennàssar, sa Cabaneta, Montuïri, Manacor, Son Pisà i Camp Redó. Se han adherido a este proyecto 26 centros de salud de los 57 existentes en las Illes Balears.

Las rutas saludables tienen su punto de partida junto a los centros de salud y están diseñadas para facilitar al máximo a los usuarios realizar un recorrido que dure entre 30 y 40 minutos a pie, que es el tiempo que los profesionales sanitarios consideran que una persona debe caminar de media a diario.

Además, estas rutas cumplen unos requisitos mínimos de buena iluminación, buena pavimentación, ausencia de peldaños, seguridad en el tráfico y aceras anchas y sombreadas.

La iniciativa de rutas saludables se enmarca en la estrategia de alimentación saludable y vida activa, cuyos objetivos son: Mejorar la salud de la población de las Illes Balears mediante la promoción de la práctica de actividad física diaria; hacer accesible y segura la práctica de actividad física regular. Favorecer la realización de actividad física regular por parte de los usuarios de los centros de salud y de la población en general de las zonas básicas de salud participantes, de modo que les permita integrarla en su vida cotidiana y en su entorno.

También, fomentar la socialización de los vecinos en su propio entorno mediante la práctica de actividad física en grupo, contribuyendo de esta manera al fortalecimiento del tejido social. Buscan además, implicar a los profesionales sanitarios en la promoción de la actividad física. Incorporar el consejo breve y la prescripción de actividad física como herramienta terapéutica para los profesionales de la salud de los centros participantes. Conseguir los 30 minutos de actividad física diaria.

También, mejorar el entorno urbano mediante el diseño de caminos más seguros, accesibles y saludables; implicar y sensibilizar a sectores ajenos al sector sanitario en la generación de salud; identificar y utilizar con eficiencia los recursos existentes para poner en marcha acciones a favor de la promoción y la educación en hábitos saludables; estimular la participación de la comunidad y de los profesionales sanitarios de los centros de salud en las estrategias de promoción y educación para la salud.

Con este proyecto, la Dirección General de Salud Pública y Consumo pretende fomentar que la gente camine, que los usuarios de los centros de salud y la población en general puedan integrar la actividad física en su vida cotidiana y en su entorno, con el fin de cumplir las recomendaciones diarias que los profesionales de la salud aconsejan para mejorar la salud y el bienestar de los ciudadanos.

Para la realización de cada una de las rutas, la Dirección General de Salud Pública y Consumo ha contado con la colaboración de las asociaciones de vecinos, asociaciones de personas mayores, pacientes, entidades cívicas y servicios sociales, que son los verdaderos conocedores de la zona.

La Dirección General de Salud Pública y Consumo destaca que el exceso de peso y la obesidad empiezan a ser un grave problema de salud de las sociedades modernas. Ser obeso – en la mayoría de los casos debido a una dieta inadecuada y a la falta de actividad física- aumenta el riesgo de sufrir diabetes, enfermedades cardiovasculares, derrames cerebrales, artritis y determinados tipos de cáncer o diferentes problemas de salud mental como la depresión, la ansiedad o la demencia. Según la última encuesta de salud, el 45 % de la población adulta residente en las Illes Balears lleva una vida sedentaria.

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