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Francesc Bujosa: “En la UIB hemos de trabajar más para hacer viable la Facultad de Medicina”

El doctor Francesc
Bujosa es catedrático
de Historia de la
Ciencia (antes de
Historia de la
Medicina, hasta que se
unificaron los
conceptos) en la
Universitat de les Illes
Baleares (UIB) y
académico de la Real
Academia de Medicina
y Ciencia de Baleares.
Su posición, su
experiencia, su
carácter de erudito y
científico le convierten
en la persona ideal
para emitir un juicio
diferente sobre todo lo
que está aconteciendo
en la sanidad balear.

P.- Si le parece, comencemos
no por lo más importante,
sino por lo más reciente. Acaba
de tener lugar una manifestación
contra el decreto del
Govern que obliga a los médicos
a sacarse el nivel B de catalán
para trabajar en la sanidad
pública. ¿Qué opina?

R.- Hace mucho tiempo decidí
que mi apuesta personal era por
las ideas basadas en la lógica y
en la razón. Y que los pacientes
tengan el derecho a elegir la lengua
en la que son atendidos me
parece lógico y razonable. La sociedad
ha de poner los medios suficientes
para que los derechos de
las personas sean respetados.

P.- Pero hay quien cree que se
va a suscitar un problema.

R.- Me parece un problema ficticio.
Lo primero que la ley dice es
que vivimos en una comunidad
bilingüe. Para poderlo ser es absolutamente
necesario que quienes
cobran de la administración
pública tengan esta condición.
Todo esto es necesario para que
en un país bilingüe como éste podamos
garantizar una asistencia
de excelencia a nuestros pacientes.

P.-El problema –dicen –vendrá
cuando falten médicos que sepan
hablar en catalán. Medicina
no es una carrera que estudien
muchas personas, porque
es especialmente compleja.
Dado que cada año salen pocos
médicos hay quien cree que
no habrá nunca suficientes médicos
que sepan hablar catalán.

R.- Éste es un problema menor.
En Valencia y en Cataluña las facultades
licencian cada año suficientes
médicos, muchos de los
cuales podrían venir aquí. Pero,
sobre todo, hay que tener en cuenta
que una persona que ha hecho
una carrera como la de Medicina,
precisamente porque es difícil
y requiere un esfuerzo especial,
aprender unos rudimentos de catalán
es algo que no debería darle
problemas.

P.-¿El catalán es su lengua
materna?

R.-Mi lengua materna es el catalán,
pero cuando en mis clases
he explicado en castellano no he
tenido problemas, como ha sucedido
cuando he enseñado en
Zaragoza o luego en la Universitat
de les Illes Balears. ¿Por qué
con el catalán debería tenerlos?
Alo largo de mi carrera profesional
y en seminarios a los que he
asistido, he tenido que entenderme
con mis colegas en inglés y
francés. ¿Aprendemos esas lenguas,
pero no podemos aprender
el catalán? Eso es falta de buena
voluntad y de darse cuenta de
que este país es bilingüe y que se
necesitan las dos lenguas. ¡Qué
tiempos en los que hay que luchar
por lo que es evidente! Es evidente
que somos bilingües, hay que
evitar los monolingüismos.

P.- Otro tema de actualidad.
Estamos en vísperas de la
apertura de la Facultad de
Medicina. Un sueño que si se
hace mal se puede convertir en
pesadilla.

R.- Yo soy parte interesada. Tanto
el que fue rector de la UIB Nadal
Batle, como el que fue conseller
de Sanitat del Govern Gabriel
Oliver, ambos tristemente ya desaparecidos,
querían, cuando llegué
a Palma, que diera clases en
la facultad de Medicina de la Universitat.
Una nueva facultad tiene
enormes ventajas. Potencia el esfuerzo
que todos los médicos deben
hacer de estar al día, de actualizarse,
algo que es más fácil hacer
a través del contacto con la Universidad.
Y además, cada año saldrán
licenciados 50 o 60 médicos
de la Universitat de les Illes Balears,
que ayudarán a paliar la carencia
de profesionales que hay en estos momentos. La facultad
de Medicina en la UIB será además
la base para fomentar la investigación
médica en lo que atañe
a las Islas Baleares, como enfermedades
raras, las de tipo
endémico o las que son más comunes
aquí por nuestra idiosincrasia
particular.

P.-Hay que tener en cuenta que
una facultad de Medicina va a
ser cara.

R.- Sí, y no podemos comprar
duros a cuatro pesetas. Creo que
quienes formamos parte de la UIB
debemos hacer un esfuerzo y trabajar
más para que este proyecto
sea viable. Muchos colegas estamos
de acuerdo en trabajar más y
no por más dinero. Hay que tener
en cuenta que esta facultad nace
en tiempos de crisis, en tiempos
difíciles, y posiciones como ésta
son las únicas válidas.

P.- Uno de los riesgos de una
facultad nueva es que tarde
demasiado tiempo en ganarse
un prestigio. ¿Cómo debe
hacerse para que esta facultad
nazca con excelencia?

R.- Las facultades jóvenes tienen
desventajas, pero también
ventajas. El hecho de que no tengamos
a nivel universitario un enlace
directo con nuestra tradición
en esta materia, que no existan
aquí “viejos maestros” puede ser
un handicap. Habrá que fichar
gente capaz a través de un Comité
de Selección. En todas las facultades
españolas hay un pool
de médicos de gran valía. Y en
nuestros hospitales hay personas
con una gran capacidad intelectual
que con un poco de ayuda serían
excelentes profesores. Por
eso, aunque ahora nos podamos
sentir como enanos, seremos enanos
a hombros de gigantes y podremos
hacer grandes cosas.

P.-¿La UIB cuenta con medios
adecuados?

R.-Sí que se cuenta con grandes
medios. Juega a nuestro favor el
excelente sistema de comunicación
científica que tenemos en la
Universitat y el muy buen centro
de documentación, que son actualmente
dos herramientas indispensables
para el desarrollo de
la ciencia, para esta agotadora labor
de asimilar ese caudal ingente
de información que ha venido
en llamarse ‘océano de información’.
En los cursos que doy a los
médicos que están preparando
el doctorado intento que sean
conscientes de la importancia de
estas herramientas de la información.

P.- Hay un debate sobre cómo
empezar. Si por el tejado, habilitando
los últimos cursos
para atraer alumnos de cursos
avanzados e investigadores, o
por los cimientos, desde el primer
curso de la carrera.

R.- No tengo un criterio muy
claro en este aspecto. Yen caso de
duda lo que hago es procurar conocer
otras realidades, lo que hacen
en otros lugares. Yahí veo que
en otros lugares se ha comenzado
por los cimientos. Aunque estoy
dispuesto a debatir y rectificar.

P.- Como profesor, ¿cree que
hay una crisis educativa?

R.- Desde hace bastantes años
solo enseño a médicos que ya
han acabado la carrera y preparan
el doctorado, y a estudiantes
de Filosofía, Pedagogía, etcétera.
Yme doy cuenta de que lo
que formaba parte de nuestra
educación general, ha desaparecido.
Muchos alumnos ignoran
qué es el Espíritu Santo o la Divina
Providencia o, en el otro lado,
no saben quién es Bertrand Russell
o Carlos Marx. A los estudiantes
de Medicina les digo que
en la Ciencia no vale llegar el segundo,
y les pongo el ejemplo
del ciclista Poulidor, que siempre
llegaba segundo, pero no saben
quién era Poulidor. El otro día
oí que se había hecho una selección
de canciones que marcaron
una época entre cantantes e intelectuales
y salió una canción de
Jacques Brel y me sentí aliviado,
pero esa es una excepción. Mi
cultura está siendo sustituida por
otra cosa, pero no sé por qué.
¿Usted lo sabe?

P.- Esto parece grave.

R.- Le pondré otro ejemplo.
Una amiga mía, profesora de
Arte, estaba enseñando un día la
composición renacentista de los
cuadros sobre la crucifixión. Vio a
un alumno distraído y le preguntó
quienes eran los personajes del
cuadro. Él le respondió que no lo
sabía, porque no creía en eso y
no le interesaba.

P.- Y hablando de cultura, hablemos
de la Academia de Medicina.
¿Qué papel cree que
está jugando?

R.- La actual directiva ha dado
un giro copernicano. Se ha hecho
una labor de fomento de la investigación
gracias a los premios, se
ha adquirido un patrimonio bibliográfico
importantísimo y se
ha dado voz a investigadores de
Baleares y de otros lugares. La actual
junta directiva ha comprendido
algo importante, que la Medicina
forma parte de la cultura
de una sociedad. La Medicina
ayuda a enfrentarse con algo
como es la naturaleza, que puede
ser terrible. Y ayuda a crear valores.

P.- Además, los académicos
pueden ser un punto de referencia
social.

R.-Los académicos somos más
flexibles al emitir juicios sobre aspectos
de la sociedad, porque no
estamos politizados: hemos sido
elegidos por nuestros méritos y
no por partidos políticos. Por eso
cuando se nos pide una opinión
o un análisis podemos emitirlo
sin tener que estar sometidos a
una disciplina de partido o ideológica.

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