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Josep Pomar: Todos coinciden en que no debe existir partidismo en la sanidad, pero luego no se cumple

Josep Pomar, director
general del Servei
Balear de Salut, se
enfrenta estos días a
cambios importantes:
mantener las listas de
espera dentro de
indicadores
aceptables, conseguir
que Son Espases abra
en las fechas previstas,
la contención del gasto
sanitario, y la polémica
derivación de
pacientes desde la part
forana a Palma.
Médico y máster en
Economia de la Salud,
Pomar ha ocupado,
entre otros cargos, los
de gerente de Atención
Primaria, director
general de Salut
Pública y gerente del
hospital Son Llàtzer.

P.-Menuda tempestad se ha
desatado con los cambios en
la población de referencia del
Hospital de Inca.

R.-Lo primero que debo decir
es que hemos percibido la difusión
de una serie de opiniones y
posiciones que nos llevan a pensar
que había interés en hablar
mal del hospital, en generar desconfianza
sobre el servicio, al
margen de la reestructuración.
Creo que deberíamos alcanzar un
consenso para evitar entrar en posicionamientos
que defrauden la
confianza de los usuarios. Se ha
dañado la imagen del hospital.

P.-¿En qué consiste esta reestructuración,
al margen de polémicas?

R.-Primero, hay que recordar
que este hospital tuvo un proceso
de apertura complicado y que esa
apertura se ha desarrollado en
una zona en la que la presión asistencial
ha crecido más rápido.
Ahora, dos años después de cerrar
el mapa hospitalario, es un
buen momento para analizar los
desequilibrios entre carga asistencial
y capacidad de respuesta.
Tras ese análisis hemos planificado
un cambio en los sectores de
referencia, disminuyendo la presión
sobre los hospitales de Inca,
Manacor y Son Llàtzer, ante la
perspectiva de la apertura del
nuevo Hospital de Son Dureta, en
Son Espases, en 2010, que podrá
ver aumentada su actividad respecto
al actual Son Dureta.

P.-¿Y qué valoración hace de
cómo se ha entendido todo
esto respecto a Inca?

R.-Pues debo reconocer que tal
vez hayamos cometido algún
error de comunicación en relación
a este proceso, aunque también
creemos que se ha producido un
exceso de alarma en la zona de Binissalem
y su comarca. Muchos
de los ciudadanos de esa zona ya
estaban asignados a Son Llàtzer
antes de la apertura del Hospital
de Inca, y entendemos que con
la reestructuración van a estar
mejor atendidos que si continuaran
asignados a Inca.

P.-¿Cuál es el cómputo final de
afectados por los cambios?

R.-Al final, en 2010, serán cincuenta
mil personas. Ahora, inicialmente,
serán 16.000 cartillas
de la zona de Binissalem que pasarán
a depender del Hospital de
Son Llàtzer, así como veinte mil
de la barriada de Pere Garau, en
Palma, que a partir de marzo pasarán
a depender del Hospital de
Son Dureta. ¿Que si es un proceso
complicado? Bueno, es algo
que llevamos haciendo durante
los últimos veinte años. Es lo que
se hace cuando se abre un centro
de salud nuevo y hay que informar
a los usuarios que tienen que
dejar de ir al de siempre, con el
consiguiente cambio de médico
de cabecera. Creo que este caso es,
quizás, más complejo. La apertura
de los hospitales de Manacor,
Son Llàtzer e Inca supuso cambiar
a muchas personas de hospital.
Además hay que tener en cuenta
que la gran mayoría de la población,
más del setenta por ciento,
no va a los hospitales, sino que
acude a los centros de salud.

P.-En procesos como éste
siempre se produce un gran revuelo
con los agentes sociales…

R.-Insisto en que tenemos un
déficit en el establecimiento de
consensos para temas sanitarios.
No debería haber planteamientos
partidistas y habría que dar más
confianza a los gestores. Aquí todo el mundo está de acuerdo en
no politizar la sanidad, pero al
final siempre hay un debate político
de ‘brocha fina’, cuando ese
debate debería ser sobre los grandes
trazos. Respecto a los agentes
sociales, como es el Sindicato Médico
Libre, que se ha quejado de
que no se les había avisado, debo
decir que hace meses se les puso
sobre la mesa un documento con
diferentes medidas que preparábamos
para garantizar la sostenibilidad
del servicio, y una de éstas
era la reordenación de la actividad
y de las zonas. Entonces no
se le dio tanta importancia como
ahora.

P.-Otro objeto de polémica ha
sido la necesidad de reordenar
las líneas de transporte público
para facilitar los nuevos
flujos de pacientes…

R.-Aquí también se ha producido
un malentendido. Cuando
preparábamos la reordenación
nos aseguramos de saber si había
o no líneas de transporte público
adecuadas y comprobamos
que sí. Fue luego, cuando comenzamos
a reunirnos con los alcaldes
para hablar del plan, cuando
éstos nos pidieron que mejoráramos
esas líneas de transporte público.
Y entonces
nos pusimos
en contacto
con la
Conselleria de
Mobilitat, con
la que ahora estamos colaborando.
Pero si fuimos después de dar
a conocer el plan fue por esa razón,
no porque no nos hubiéramos
preocupado antes.

P.- ¿Cómo analiza la evolución
de la actividad en el Hospital
de Inca?

R.-En algunas de las áreas vemos
que ha sido superior a lo esperado.
Estamos atendiendo casi
150 urgencias diarias frente a las
143 del año anterior. También se
está atendiendo un número de
partos superior al que esperábamos,
y es mayor la demanda de
consultas externas. Hay que tener
en cuenta que ha habido cambios
demográficos importantes y es
por eso que el hospital necesita
oxigenarse un poco.

P.-¿Y qué otras medidas se tomarán
con ese objetivo?


R.-Pues, como ya se ha dicho, le
quitaremos al Hospital de Inca
presión asistencial retirándole un
doce por ciento de población y,
dentro de otras medidas, sacaremos
más partido del antiguo Centro
de Especialidades de Inca,
donde actualmente hay un servicio
de salud mental y que pasará
a funcionar como parte del
hospital, acogiendo consultas externas,
gabinetes y rehabilitación.
Eso nos permitirá tener más capacidad
de resolución en el hospital
y aumentar la superficie y la capacidad
de Urgencias para varios
años.

P.-Otro tema de actualidad es
el de las listas de espera, que a
nivel quirúrgico han aumentado…

R.-Debo decir que las listas de
espera han evolucionado tal como
esperábamos y de un modo normal.
Es cierto que hay más gente
que espera para ser operada y que
hay más gente que va a entrar en
listas de espera quirúrgicas. Lo
que sería funesto es que el flujo de
salidas estuviera parado. Hay
más gente para operar, pero es
que en 2008 se operaron a cuatro
mil personas
más que en
2007, 56.000
p a c i e n t e s
frente a
52.000. Con
todo, la demora media se mantendrá
durante este año e irá oscilando
dependiendo del momento,
como sucede siempre. Se mantendrá
en torno a los sesenta días,
tres más o tres menos. Si superáramos
esa franja, entonces sí que
nos veríamos obligados a establecer
medidas.

P.- En este punto tenemos que
hablar del cierre de los quirófanos
del Hospital General de
Palma…

R.-Hay que tener en cuenta que
el Hospital General es un centro
sociosanitario y que más tarde o
más temprano había que tomar
esa decisión. Que un centro sociosanitario
tuviera actividad quirúrgica
era una anormalidad, aunque
haya sido una anormalidad
útil en su momento. Ahora había
que volver a la normalidad, que
es que la actividad quirúrgica se
concentre en los hospitales de
agudos, y más teniendo en cuenta
que en el Hospital de Son Espases
habrá más quirófanos de los
inicialmente previstos. Es cierto
que cuando cierras algo pisas algún
callo, porque había gente que
se había amoldado a esa situación.
Ypodemos discutir si cerrar
durante 2008 ha sido hacerlo durante
el momento oportuno o se
podría haber esperado unos meses.
Pero de ahí a hacer de ello una
bandera política…

P.-Hablemos de las listas de
espera en consultas externas.
¿Cuál es la evolución?

R.-Depende. No en todos los sitios
la situación es óptima. Nuestro
objetivo es cumplir con una
demora media de sesenta días,
pero no es fácil de conseguir en todas
las especialidades. En algunas,
como Dermatología, Traumatología
u Oftalmología, hay mucha
demanda. Apostamos por
circuitos de rápida resolución, en
los que la espera podría ser fatal.
Es el caso de la patología oncológica,
en la que la espera tiene
que ser menor.

P.-¿Qué planes tienen para
mejorar las listas de espera?

R.-Hay todo un plan para mejorar
la eficiencia. Hemos de reordenar
la actividad extraordinaria,
las ‘peonadas’. El gasto se va a mantener, pero hemos de gestionarlo
mejor y sacar más rendimiento
de esa actividad.

P.- De momento, están preparando
n Plan Estratégico…

R.- Llevamos un año trabajando
en ello. Hemos definido ya 24
líneas estratégicas que presentaremos
en unas semanas. Una de
las principales estrategias será la
creación de unidades de gestión
clínica. Se trata de recuperar ideas
que, con el paso del tiempo, se
han ido abandonando, como la de
la descentralización de la Atención
Primaria, o el espíritu, que no
la letra, de las fundaciones. Se trata
de ir creando un modelo que
depare oportunidades para organizarse,
que ofrezca más resultados.

P.-¿Por ejemplo?

R.-Agrupando los servicios con
una lógica más clínica, creando
equipos multidisciplinares y otorgando
márgenes de libertad en
la organización. Si las iniciativas
parten de los profesionales, las soluciones
son más sólidas y efectivas.
Por eso, apostaremos por la
actuación multidisciplinar, más
autónoma y con más responsabilidad,
poniendo menos el acento
en el cómo y más en que se consigan
los objetivos. Creemos que
puede ser un revulsivo, aunque
no suponga aplicar la máxima del
‘café para todos’.

P.- ¿El futuro está en las Tecnologías
de la Información y
la Comunicación?

R.- Sí, y somos la mejor Comunidad
Autónoma en la aplicación
sanitaria de las TIC. El propio Ministerio
de Sanidad reconoce que
solo Andalucía y Baleares han
sido capaces de poner en marcha
la receta electrónica. Ahora tenemos
en proyecto la Historia de Salud,
la ‘historia de historias’, que
constituye un resumen de todos
los aspectos reseñables en la trayectoria
del paciente y que podrá
ser compartida por Atención
Primaria, Atención Especializada
e incluso la medicina privada. El
objetivo es que el profesional sanitario
pueda acceder a las pruebas,
a la radiología, a las prescripciones
farmacéuticas y a cualquier
información sustancial en torno a
su paciente. Y, por supuesto, que
también el enfermo pueda conocer
estos datos y tomar iniciativas,
como la de solicitar una segunda
opinión. Serviría, además,
como una plataforma para gestionar
procesos integrados entre
Atención Primaria y Atención Especializada.

P.-Recursos humanos: estamos
en crisis económica y los
primeros afectados son los
trabajadores. ¿Qué pasará en
el ámbito sanitario?

R.-Obviamente, la crisis también
nos afecta. Hemos crecido
mucho y el desequilibrio entre
gastos e ingresos hará que el crecimiento
en 2009 sea muy limitado.
Atoro pasado le diré que parece
que pusimos todos los huevos
en el mismo cesto: en 2007 y
en 2008 hubo muchas mejoras salariales,
algo que ahora podría ser
un lastre condicionante.

P.-¿En qué sentido?

R.-En el de que habrá repercusiones
de los acuerdos sobre mejoras
salariales durante 2009 y
2010. Yeso nos limitará las contrataciones
eventuales e interinas.
Eso no pasaría si hubiésemos sido
más moderados. De cualquier
modo, supone una oportunidad
para evaluar no solo los servicios
y las unidades, sino también para
valorar a quienes hacen un mayor
esfuerzo y asumen mayores responsabilidades.

P.-Este año, además, hay prevista
una Oferta Pública de
Empleo…

R.-Sí. Será un año de mucho
movimiento, con concursos de
traslados y las oposiciones. Esto
genera un chup chup que para
unos será bueno y para otros no
tanto. Y una vez terminada la
OPE, será el momento de comenzar
la estatutarización de los trabajadores
de los hospitales de Manacor,
Inca y Son Llàtzer. Hay que
recordar que el trabajador ‘estatutario’
constituye, en la sanidad
pública, el análogo al funcionario
de la administración general.

P.-Y abordemos, al fin, el tema
de Son Espases. ¿Qué tal van
las obras?

R.-Cualquiera que pase junto al
nuevo hospital podrá comprobar
que el ritmo de las obras es
bueno. El objetivo de abrir el hospital
en el cuarto trimestre de 2010
sigue siendo viable. Y le puedo
decir que el complejo tendrá una
zona dedicada a los hallazgos arqueológicos
con un centro de interpretación.
Ahora estamos trabajando
en la adquisición de tecnología
aplicando el modelo del
diálogo competitivo.

P.-¿Diálogo competitivo?

R.-Es un modelo previsto en los
últimos cambios legislativos. Consiste
en que, en lugar de pedir nosotros
lo que necesitamos, se invita
al diálogo a las empresas, a que
nos ofrezcan sus propias soluciones,
modelos de mantenimiento,
dimensionamientos, producción…
De este diálogo, el Ib-Salut
sacará luego una licitación restringida
a las empresas que hayan
superado la primera fase por haber
demostrado un mejor entendimiento
con las previsiones que la
administración había perfilado.

P.-Y a nivel de infraestructuras,
¿qué pasos se están dando?

R.-Estamos trabajando con el
Ayuntamiento de Palma y el Consell
de Mallorca en este ámbito. En
la generación del flujo eléctrico, por
ejemplo, vamos a la creación de una
subcentral. Con la UTE que construye
el hospital, trabajamos en la definición
de los servicios posteriores
que nos han de proporcionar. Ycon
el Hospital Son Dureta, estamos
preparando un plan estratégico
para que allí se introduzcan los cambios
necesarios para que empiecen
a funcionar como lo harán en Son
Espases, pero antes de que se produzca
el cambio. Apartir de mayo
o junio comenzaremos con la informatización
de Son Dureta.

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