Casi un tercio de las españolas tiene problemas para controlar los esfínteres anal y urinario

JUAN RIERA ROCA / Casi un tercio de las españolas tiene problemas para controlar los esfínteres anal y urinario. Los músculos del suelo pélvico son vitales para ayudar a controlar los esfínteres y muchas mujeres lo desconocen. Durante el embarazo, el suelo pélvico es clave para soportar el peso extra del bebé y ayudar a empujar durante el parto.

Con ejercicio, igual que cualquier músculo, el suelo pélvico puede fortalecerse y evitar disfunciones básicas en la mujer. Y es que una parte fundamental de la anatomía interna de las mujeres que en muchas ocasiones se pasa por alto a la hora de hablar de practicar ejercicio. Se trata de la musculatura pélvica. Esta musculatura es la encargada de ejecutar tareas imprescindibles como sujetar los órganos internos, controlar la vejiga y el intestino, a la vez que es clave en la frecuencia e intensidad de los orgasmos femeninos. Expertos de INTIMINA presentan los 3 aspectos más importantes del suelo pélvico:

1. Cómo es el suelo pélvico
Extendiéndose desde el coxis hasta el hueso púbico, de adelante hacia atrás y de lado a lado, los músculos del suelo pélvico actúan como una hamaca sobre la que reposan la vejiga, intestino y útero. Estos músculos que lo componen pueden ser fuertes, débiles, largos o cortos, y se contraen y relajan dependiendo de la acción que se realice. Se pueden sentir los músculos en acción introduciendo un dedo por la vagina y apretar (levantando el suelo pélvico hacia arriba), al igual que si se estuviera deteniendo la orina. Generalmente, los músculos trabajan inconscientemente, pero estas contracciones voluntarias demuestran que se puede entrenar el suelo pélvico para tenerlo más fuerte y sano. Según datos de INTIMINA, cerca de un tercio de las españolas tiene el suelo pélvico debilitado (28%), y muchas de ellas desconocen para qué sirve. De hecho, un 40% de las mujeres no saben cuál es su función1.

2. Funciones principales del suelo pélvico
Bajando firmemente alrededor de los esfínteres urinario y anal, los músculos del suelo pélvico son vitales para ayudar a controlarlos (impiden las pérdidas de orina o prolapsos). Estos músculos también rodean la vagina y son los responsables de los orgasmos. Aunque no puedan verse a simple vista, el suelo pélvico está presente en acciones cotidianas. El ejemplo más claro es el hecho de que se pueda detener la orina en un momento concreto, y es aquí donde entra en juego esta musculatura. Durante el embarazo, el suelo pélvico es clave para soportar el peso extra del bebé y ayudar a empujarlo durante el parto. Es en este momento cuando los músculos del suelo pélvico, sus nervios y los tejidos se extienden para permitir que el bebé pase por el canal vaginal. Tras esto, es probable que muchas mujeres experimenten dolor e incluso incontinencia posparto, pues los músculos se pueden quedar debilitados. Sin embargo, si se ejercitan para fortalecerlos, a las seis semanas de dar a luz, la recuperación puede ser mucho más rápida.

3. Cómo ejercitar el suelo pélvico
La musculatura pélvica puede fortalecerse mediante los ejercicios de Kegel. Fueron descritos por primera vez por un doctor que les dio su apellido en 1948 y, desde entonces, han sido recomendados por ginecólogos de todo el mundo como una manera fácil y eficaz para mejorar la salud del suelo pélvico. ¿Cómo se practican? Consisten en contraer los músculos del suelo pélvico y elevarlos hacia arriba durante unos segundos. Hay que mantener la contracción durante unos segundos, relajar y repetir. Es importante apretar y levantar, pero no empujar para evitar posibles daños. Con el tiempo se puede ajustar el ritmo y la duración de las contracciones y reposos para mejorar la rutina y sus resultados. Existen algunos dispositivos que permiten obtener los máximos beneficios. Por ejemplo, los ejercitadores con peso son pequeñas esferas que proporcionan la resistencia para que el suelo pélvico trabaje más durante la contracción. La Rutina de Kegel Laselle de INTIMINA esta compuesta de tres esferas de distintos pesos (28g, 38g y 48g).

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