Fernando García Romanos, presidente de la SEMERGEN de Baleres: «Lo que se ha comido en Navidades puede llegar a aumentar un 10% el nivel de colesterol en sangre»

JUAN RIERA ROCA / El doctor Fernando García Romanos, médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria (licenciado por la Facultad de Medicina de Zaragoza y MIR en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona) es el presidente de la Sociedad Española de Medicina General SEMERGEN. Gran experto en la problemática vinculada a los problemas de la hipertensión y cardiovasculares, visitó recientemente Salut i Força en Canal 4 Televisió, para hablar de los riesgos cardiovasculares vinculados a los excesos navideños. Éste es un extracto de aquella entrevista.

P.― ¿Qué es eso del «infarto navideño»?
R.―
No me atrevería a decir que la Navidad sea un factor de riesgo cardiovascular en sí, pero sí predisponente o favorecedor de eventos cardiovasculares. Hay estudios que muestran que en invierno se producen un 30% más de eventos cardiovasculares que en verano. Esto lo podemos atribuir, por un lado a la vasoconstricción que produce el frío y a que es protrombótico. El estudio de la Universidad de Duke (California, EEUU) que es el que señalaba ese aumento de los eventos cardiovasculares en invierno, mostraba un incremento del 5%, además, durante las Navidades, lo que no se puede achacar exclusivamente al frío, porque además ese aumento de los eventos se producía en ciudades de EEUU con buen tiempo, como Los Ángeles. Se determinó, además, que en España se producía un incremento de eventos cardiovasculares los días 25 y 26 de diciembre y 1 de enero. Eso es lo que se llama el «infarto navideño». También en los cuatro días siguientes a Navidad y a Año Nuevo se incrementaban de forma significativa los ingresos por insuficiencia cardíaca descompensada.

P.― ¿Cómo afectan los cambios de la alimentación y la ingesta de alcohol al riesgo cardiovascular?
R.―
La dieta no saludable conlleva un riesgo. Hay estudios que demuestran que lo que se come en Navidades puede llegar a aumentar en un 10% los niveles de colesterol en la sangre. La hipercolesterolemia es un factor de riesgo cardiovascular de primer orden porque favorece la aparición de la placa de ateroma que puede acabar en un infarto. Por otra parte el alcohol es nocivo, y no solo a nivel cardiovascular, sino por la peligrosidad vial, laboral, de incremento de violencia. A nivel cardiovascular el alcohol incrementa la presión arterial y favorece la aparición de un evento cardiovascular.

P.― ¿Qué patología es la que más se ve después de Navidad por estos excesos?
R.―
Básicamente, cardiopatía isquémica, infarto agudo de miocardio, y por otro lado la descompensación de pacientes con insuficiencia cardíaca. También se incrementan durante estas semanas las enfermedades cerebrovasculares, como son los ictus isquémicos y los ictus hemorrágicos.

P.―A todos nos preocupan el colesterol alto y los triglicéridos. ¿Si comemos, si hemos comido, un poco de porsella… nos subirán mucho?
R.―
El problema son los excesos. Si se ha comido un poco no va a pasar nada. Pasa lo mismo con el alcohol: el consumo mínimo no daña, el excesivo sí que puede dañar. El problema es que en estas fiestas no se producen consumos moderados. El peligro está en los grandes atracones, en las ingestas muy importantes, en las sobrecargas tanto de alimentos como de alcohol, porque el cuerpo no está preparado.

P.― Y seguro que muchos habrán ganado algo de sobrepeso. ¿Son el sobrepeso y la obesidad factores de riesgo cardiovascular?
R.¬―
Sin duda. Por término medio en Navidades se pueden ganar dos o tres kilos de promedio. Y la obesidad y el sobrepeso se relacionan con otros factores de riesgo cardiovascular, hay una asociación muy importante en cuanto a la diabetes tipo 2. La obesidad abdominal favorece la resistencia a la insulina.

P.― ¿Qué otros problemas nos pueden haber acarreado las Navidades?
R.―
Pues también hay que tener en cuenta que en este periodo nos podemos haber vuelto más sedentarios y que además no hay que desdeñar el papel del estrés. Estas fiestas son muy entrañables pero hay factores de estrés: desde el que genera el pago de las facturas extraordinarias a las discusiones que son frecuentes en el ámbito de determinados encuentros familiares. Y el estrés no es buen compañero para las enfermedades cardiovasculares.

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