Hoy, nuestra herramienta para prevenir la obesidad es recomendar la lactancia materna”

andreu-palouEl profesor Andreu Palou es catedrático de Bioquímica de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y director del Programa de Investigación sobre Biomarcadores en el Centro de investigación Biomédica en Red sobre Obesidad y Nutrición. El principal descubrimiento del profesor Palou fue, a mediados de los años 90, la identificación de la leptina como nutriente esencial durante la lactancia: el efecto a largo plazo de la ingesta de leptina por vía oral, protegiendo frente al desarrollo en la edad adulta de la obesidad y complicaciones asociadas. Esta es la versión ‘en papel’ de la entrevista ofrecida recientemente por el doctor Palou a Salut i Força Radio.

P.- Si le parece, empezamos por el principio, por el elemento central de la conferencia que impartirá la en la Real Academia de Medicina de Baleares: ¿Qué es la leptina?

R.- La leptina es una proteína que se encuentra de manera natural en la leche materna. Hace 20 años se descubrió que si por causas genéticas faltaba esa proteína se producía obesidad. Entonces se pensó que si se daba esta proteína a los niños que no podían producirla se corregirían los desequilibrios endocrinos y el exceso de peso. Pero eso solo pasaba entre tres o cuatro familias entre centenares de miles estudiadas, por lo que en principio parecía una solución a la obesidad fue un poco frustrante. Nosotros hemos encontrado una nueva función de la leptina, no tanto para curar la obesidad de la persona adulta, sino para prevenirla. La leptina se hace en la leche materna. Desde hace tiempo se sabía que la lactancia materna protegía contra enfermedades como la obesidad o la diabetes, aunque no se sabía cuál era el componente concreto que desarrollaba ese beneficio. Yeso fue lo que descubrimos.

P.-La leptina es un descubrimiento de mediados de los años 90 ¿Cómo llegan a seguirle la pista a esta importante proteína?

R.- El descubrimiento de 1994 permitió conocer un elemento concreto que controla el peso corporal. Es una proteína concreta, codificada por un gen concreto, que la produce el tejido adiposo (la grasa de nuestro cuerpo). Y la produce en proporción a la cantidad de grasa que haya. La leptina llega al hipotálamo, en el cerebro, e indica la cantidad de grasa que tenemos. Si tenemos demasiada se ponen en marcha mecanismos que controlan la gana de comer y la eficiencia energética ya que aprovechamos menos la energía de los alimentos. Eso es si el sistema funciona bien; porque se vio que los obesos no es que tuvieran falta de leptina, sino que ésta no hacía el efecto que tocaría y consecuentemente tienden a producir más, pero no les sirve. Creemos que los obesos tienen como característica común una resistencia a la leptina.

P.- ¿Entonces la obesidad se genera en esos primeros periodos de la vida?

R.- Se calcula que un 25% de las obesidades se producen durante el periodo de lactancia o bien, incluso, durante el periodo de gestación, cuando el organismo organiza su sistema metabólico, regula la cantidad de grasa que hemos de tener, sus sistemas de eficiencia energética, es decir, todo lo que regula el control del peso corporal. Por todo ello, la lactancia es un periodo crítico con unas consecuencias que nos pueden durar toda la vida. Hoy, la epigenética estudia que más allá de la herencia genética, nuestros cromosomas son capaces de integrar señales como consecuencia de la experiencia de nuestra vida: lo que comemos, lo que sentimos, el estrés, las emociones, todo lo cual deja su huella en nuestros cromosomas. Ese explica que dos hermanos gemelos a lo largo de su vida desarrollen reacciones distintas a la alimentación, los medicamentos, etcétera. Pues bien, nuestro trabajo ha consistido en ver que la leptina es responsable de instaurar los mecanismos de control del peso corporal y luego, cuando una persona es mayor y tiene más tendencia a engordar, esa tendencia se atenúe si ha tomado leptina.

P.- ¿Qué productos o nuevos descubrimientos se podrán desarrollar en base a estos descubrimientos?

R.- Nosotros seguimos dos líneas de investigación: una muy aplicada y muy costosa, que consiste en incorporar esta proteína en las leches de fórmula, porque no tienen. Y si tienen es de otra especie y no interacciona adecuadamente con nuestros receptores. La segunda línea de investigación deriva de que hemos observado que no todas las madres lactantes tienen la misma cantidad de leptina. Creemos que hay factores nutricionales o de otro tipo que hagan que la leche materna contenga una cantidad adecuada de leptina. La variación entre unas madres y otras y la cantidad de leptina de su leche es muy grande, de diez veces más en algunos casos. Todo esto demuestra que la lactancia materna aporta muchas ventajas. Si además consiguiésemos que las madres tuviesen un estilo de vida saludable que mejorara la presencia de leptina y de otros componentes que aún no conocemos habríamos dado un gran paso en la prevención de la obesidad. Para ello la herramienta que tenemos hoy es recomendar la lactancia materna. Ysegundo lugar, cuidar mucho los periodos de gestación y de lactancia. Las madres que pasaron hambre durante la Segunda Guerra Mundial dieron a luz hijos que 20 años después presentaron obesidad. Sabemos que a ese tipo de niños si se les administra leptina se les pueden corregir pequeños desequlibrios que se vayan desarrollando durante esos periodos.

P.- ¿Cuáles son las bases moleculares de la obesidad, para que unas personas se pasan la vida luchando o resignándose a unos «kilos de más»?

R.- La leptina que se da por vía oral durante la lactancia solo es efectiva en ese periodo durante el cual se absorbe de forma completa, pero más adelante ya es digerida y se convierte en aminoácidos. Por otro lado, no haber tomado leptina durante esos periodos no es la única causa de la obesidad, que se puede deber a muchos otros factores. Como ya dije, se cree que es un 20% de las obesidades las que derivan de esa falta de leptina.

P.- ¿Es cierto que hay personas que pueden comer lo que quieran y no engordan y otras que por mucho que se cuiden y hagan dieta y ejercicio siempre tendrán cierto sobrepeso?

R.- Esto hoy en día tiene una explicación –una de varias –y es el sistema que regula la eficiencia energética. Tenemos el tejido adiposo marrón, que es de ese color porque tiene muchas mitocondrias. Las mitocondrias son las partes de la célula que sirven para aprovechar la energía. Si tenemos poco tejido adiposo mucho más eficiente aprovechamos nutrientes. Si vemos a una persona que come mucho y no engorda es porque probablemente tenga un tejido adiposo marrón más activado, porque tenga más. Se creía que cuando una persona envejecía desaparecía ese tejido. Yno es que desaparezca es que se diluye. El hecho es que si tenemos más capacidad de activar la termogénesis –transformar la grasa que sobra en calor –podemos evitar también el sobre peso.

P.- ¿Se podrá controlar un día la termogénesis?

R.- Si pudiésemos activar la termogénesis sería lo ideal. Sería decir, come lo que quieras que ya eliminaremos en forma de calor cualquier exceso. Yo no creo que eso funcione nunca así, aunque dentro de ciertos límites sí que se puede conseguir una cierta activación de la termogénesis. Esta activación se produce por ejemplo, por el frío, de modo que hay factores ambientales que obligan a producir más calor. Ytodo está relacionado con este tejido adiposo marrón. El mecanismo se conoce perfectamente en pequeños mamíferos: la llamada proteína desacoplante que hace que los elementos de los alimentos en vez de descomponerse y absorberse se pierden como calor.

P.- Hay distintos tipos de obesidad, desde el sobre peso a la obesidad mórbida. ¿Qué nos puede decir al respecto?

R.- Hay sobre pesos que no tienen ninguna complicación asociada y hay otros que sí, que tienen factores de riesgo que ya se han de comenzar a cuidar. El índice de masa corporal mide este sobre peso. Uno no se ha de preocupar si tiene un sobre peso que no exceda ciertos límites y/ complicaciones. Si pasamos de un índice de masa corporal de 30 ya hablamos de una ‘obesidad clínica’ y ya comienza a ser un problema por el riesgo de diabetes y de otras enfermedades. Ahora se está viendo que incluso tiene que ver con algún tipo de cáncer, de modo que prevenir la obesidad es la base de prevenir muchas enfermedades crónicas de nuestro tiempo que son responsables de más de la mitad de las muertes en todo el mundo. Hoy en día la obesidad casi es comparable al problema del hambre.

P.- ¿Hasta qué punto la alimentación gestacional tiene que ver con el desarrollo o no de posteriores obesidades?

R.- Hoy en día ya se sabe que según cómo haya ido la gestación, según el tipo de alimentación, según la restricción calórica, según el tipo de proteína hay una predisposición mayor o menor a desarrollar obesidad u otras alteraciones relacionadas. Incluso hay estudios que demuestran que la segunda generación puede estar influenciada por esos desajustes.

P.- Hace años trabajaban ustedes en el desarrollo del primer alimento que adelgazará… Recordaremos que hay alimentos que no engordan o que engordan poco, pero ninguno que adelgace. ¿En qué se basaba este proyecto, lo han conseguido?

R.- Supongo que se refiere a los alimentos capaces de activar la termogénesis. En estos momentos hay unos suplementos nutricionales que son adecuados para activar la termogénesis. Uno de ellos ha sido reconocido hace poco en Europa como un nuevo alimento, lo que supone que ya se puede comercializar. Este nuevo producto es efectivo de acuerdo al tipo de variación genética de cada uno. Hay individuos que activan bien la termogénesis y hay otros que no. La activación de la termogénesis ha estado muy limitada hasta ahora, porque en el fondo no había una conciencia de que fuera un proceso importante entre los humanos. Ahora que se ha descubierto que el tejido marrón está también en personas mayores (algo que se descubrió por casualidad, investigando un tipo de cáncer) se ha reactivado un proyecto europeo de investigación en el que participamos.

P.- ¿Es posible determinar una dieta, con patrones científicos, que permita controlar y reducir el sobrepeso?

R.- Le he de dar la respuesta de siempre. Una dieta moderada, reduciendo las kilocalorías, es lo que funciona en general… o lo que no acaba de funcionar, porque en ocasiones es muy difícil adaptarse, porque una de las cosas más difíciles de cambiar son las costumbres, los hábitos alimentarios. Lo que sí hay hoy en día es una herramienta adicional: Mirar cuáles son las tendencias de cada persona a nivel individual desde el punto de vista genético. Es lo que se denomina Nutrigenética. Hay entre 40 y 50 genes que están más relacionados con la obesidad. En total, algo relacionados puede haber 500, aunque este medio centenar lo está más. Estos genes hacen que haya personas que, por ejemplo, perciban mejor la textura de los alimentos, la grasa que tienen, y que otras lo perciban menos; otros aprovechan mejor los carbohidratos que las grasas, etcétera. Si el profesional de la nutrición al que acude el paciente tiene esta información puede tener una herramienta más para comprender y corregir la tendencia a la obesidad. Nosotros tenemos el único máster europeo en Nutrigenómica y Nutrición Personalizada. Estamos formando profesionales en este ámbito.

P.- Háblenos de Alimentómica. ¿Cuáles son sus objetivos, pero también como nace y qué singularidades tiene a nivel de ser la primera empresa de base tecnológica de la UIB?

R.- Es una empresa que estimulamos y creamos desde nuestro grupo de investigación, de la cual somos socios, desde la que intentamos demostrar que es posible el desarrollo económico desde la actividad científica, que desde el I+D se puede crear actividad económica. La UIB transfirió –a cambio de una participación del 10% –estas patentes de la leptina, que ponerlas en el mercado cuesta mucho dinero. Ese es el proyecto de futuro. Yluego desarrollamos esas transferencias de conocimiento, como lo de la Nutrigenómica. Ytambién colaboramos con la empresa en trabajos de consultoría. Sobre todo, poniendo en el marcado europeo nuevos alimentos, lo que sigue un protocolo; y las declaraciones de salud de los alimentos. En 2007 teníamos sobre la mesa 44.000 solicitudes de alimentos saludables, por ejemplo de esos que dicen que bajan el colesterol. Las filtramos y quedaron algo más de 4.000. Y siete años después han quedado solo 255.

P. ¿Funciona realmente alguna de las ‘dietas milagro’?

R.- No. Y cuanto más rápido se pierde el peso, más rápido se recupera. La pérdida de peso supone una adaptación del funcionamiento del cuerpo y cuanto más lentamente lo hagamos más posibilidades hay que ese nuevo funcionamiento se instaure.

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