ROSA MARÍA HERNÁNDEZ / PRESIDENTA DEL COLEGIO OFICIAL DE ENFERMERÍA DE LAS ISLAS BALEARES «Los grandes beneficiados de que las enfermeras prescriban son los pacientes y sus cuidadores»

JUAN RIERA ROCA
P.― Las enfermeras han logrado que se regule su capacidad prescriptora tras varios años de vicisitudes legales y políticas. Para poder prescribir deberán acreditarse o realizar un curso, en algunos casos. Sin embargo, ustedes ya estudian prescripción en su carrera universitaria. ¿No es este trato a la profesión y esa acreditación que se les exige ahora un poco discriminatoria?
R.―
La enfermería es una profesión mayoritariamente femenina y de tradición femenina. En el año 2006 se modificó la Ley del Medicamento y se definió como profesionales a los médicos y odontólogos. En el 2009 se añadió a podólogos y quedaron excluidas las enfermeras que, teniendo la misma formación, superior en algunos casos, como es el de las enfermeras especialistas. Y la forma de resolver esa exclusión fue hacernos cursar una formación complementaria que era idéntica a la que ya se había seguido en la universidad. Esto es del todo incomprensible.

P.― ¿Pero eso, por qué?
R.―
Pues aparte de algunos factores que tienen que ver con quienes nos presentan y posibles intereses de tener que formar a 300.000 profesionales y obtener con ello beneficios, a mi modo de ver también pesa la consideración de una profesión ―con la misma formación, o más, que otros prescriptores, como los odontólogos o podólogos― que es mayoritariamente femenina no se le reconoce como le corresponde, tiene que demostrar un valor añadido, como tantas otras cuestiones que afectan en todos los ámbitos a las mujeres.

P.― Una discriminación…
R.―
Una discriminación a las mujeres como tantas que se tienen interiorizadas en nuestra sociedad, aún en estos tiempos. Una discriminación que además afecta no solo a las enfermeras, sino también a los ciudadanos, a la sociedad, que es la destinataria de nuestros servicios y que tiene derecho a recibir esos servicios y esas competencias.

P.― Unas competencias muy centradas en los cuidados.
R.―
La enfermería es una profesión que se centra en los cuidados, algo que en esto momento es especialmente necesario poner en valor en una sociedad que sufre cada vez más los problemas del envejecimiento, de las enfermedades crónicas, de sufrir varias enfermedades a la vez. Y quienes ofrecen cuidados de una manera profesionalizada son esencialmente las enfermeras. Y que por ello es importante que se les reconozcan todas esas competencias, que no son solamente competencias técnicas, sino también todas aquellas que tienen que ver con la dimensión humana en pro de la humanización de la asistencia. Y es por ello que a quien hay que poner a liderar estas estrategias, como es la de cronicidad que en Baleares lidera una enfermera, es a este colectivo profesional.

P.― ¿Cómo prescriben las enfermeras?
R.―
Se asocia la prescripción a la receta, y eso es lo que delimitó la ley. Pero la prescripción puede ser también de cuidados. Las enfermeras valoran a la persona y a partir de ahí identifican problemas y mejoras para la salud y los cuidados que deben de proporcionársele. Y también las enfermeras prescriben material sanitario, fármacos que le puedan ayudar. Ese material y esos fármacos, como una bolsa colectora en personas con una ostomía, apósitos, material de curas, pomadas, fármacos de libre dispensación, que eso también nos estaba prohibido recetarlo. A partir de ahora las enfermeras podrán además de indicar todos esos productos, hacer la receta u orden de dispensación.

P.― Permitir esa función que antes hacían otros estamentos debe aligerar mucho la asistencia.
R.―
Beneficia mucho a los pacientes y a sus cuidadores. Si uno está en casa, y no está muy bien, y recibe la visita de la enfermera que le hace una serie de indicaciones, pero en lugar de tener la orden de dispensación, la receta, directamente de la enfermera, resulta que tiene que ir a pedir hora con el médico, el médico tiene que hacerle esa receta, de un material que a veces no conoce (porque no le corresponde) y eso puede generar errores… todo eso supone un gasto de tiempo, una incomodidad y económicamente no es eficiente. Que la enfermera pueda hacer la receta facilita mucho las cosas.

P.―Tras la regulación que ha hecho la CAIB de la prescripción enfermera, la segunda de las CCAA de España, tras Andalucía, ¿está el colegio profesional de enfermería satisfecho?
R.―
Con la Conselleria actual y con la que terminó en el año 2010 estamos muy satisfechas porque nos dieron mucho apoyo. Se redactó un primer decreto que fue impugnado por parte del Consejo General de Colegios de Enfermería, y que finalmente fue anulado. Hoy Baleares es la segunda de las CCAA que regula la acreditación, pero la CAIB lo ha hecho con muchísima celeridad, con un sentido muy práctico y entendiendo muy bien cuáles son las necesidades de la sociedad y de los pacientes. A nivel estatal es otra cosa. La corrección de esta situación no pasaba por hacer una normativa especial para enfermeras, sino por incluirnos en la Ley del Medicamento dada nuestra igualdad de competencias.

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