¡Feliz Día Mundial del Orgasmo Femenino!, una cuestión de salud y un derecho que debe ser ajeno a los tabúes machistas

Juan Riera Roca /
Hoy, 8 de agosto, es el Día Mundial del Orgasmo Femenino, algo que de no ser por las redes sociales que lo cuentan todo, muy pocos sabrían, dado que, además, muy pocos saben lo que es realmente un orgasmo femenino. Un apuente: los que menos lo saben son esos que presumen o anhelan lo de «llegar juntos».

El orgasmo femenino no es como el masculino, ni dura lo mismo, puede (¡debería!) repetirse más de una vez por cada orgasmo masculino y no necesita descansitos y periodos refractarios entre uno y otro para que la cosa se anime de nuevo. Si usted no sabía esto, reconozcamos que hacía falta un Día Mundial del Orgasmo Femenino.

Hace años un marido (y amante) novato oía a dos parejas conversar en un bar sobre su sexualidad: «Con mi marido, tres sin sacarla», decía una de ellas. «¡Eso es imposible!» pensó el oyente, hasta que un médico amigo se lo explicó: «¿Tres, sin sacarla? Sí que es posible, ¡pero tres orgasmos ella, sin sacarla él!»

Creencias que el ritmo sexual de la pareja debe calibrarse por el ritmo sexual del varón, que el orgasmo de la mujer es mucho más sistémico que casi estrictamente genital como en el caso de los varones o, y más en estos tiempos, que las mujeres que sienten orgasmos no deben ser castradas (ablación genital) justifican también este Día Mundial.

Durante milenios muchos han creído y creen aún que el orgasmo es cosa de hombres, que las mujeres se lo pasan bien de otra manera. Las mujeres poseen las sexualidad más compleja y placentera ―si se les deja culminarla― de la especie humana. Pero las mujeres, durante milenios, han sido las víctimas de la prisa y el egoísmo del varón.

Una forma de maltrato

Este maltrato ―en ocasiones inconsciente, costumbrista, pero no por ello excusable― ha llevado a muchas mujeres a creerse que a ellas no les corresponde tener orgasmos. Y ha convertido el sexo, que no se atrevían a negar a sus parejas, en una verdadera tortura o, como mínimo, en una frustración y en una mutilación de su autoestima.

En la película American Gigolo, el personaje que encarna Richard Gere es colocado en una escena en la que tarda dos horas en lograr que una clienta tenga un orgasmo. No se trata de irse de putos ―no todos están tan concienciados ni son tan empáticos como el de esa película― pero hay que saber que la mayoría de las mujeres pueden tener orgasmos. Pueden.

Entre un 20% y un 50% de las mujeres han sufrido o sufren anorgasmia. Expertos de la Clínica Mayo citan algunas causas de la anorgasmia femenina. Entre las causas físicas destaca que cualquier enfermedad puede afectar esta parte del ciclo de respuesta sexual humana, entre ellas la diabetes y las enfermedades neurológicas, como la esclerosis múltiple. Conviene pues tener contacto fluido con el médico.

El orgasmo puede verse afectado por cirugías ginecológicas, como histerectomía o cirugías oncológicas. Además, la falta de orgasmos va de la mano con otras preocupaciones sexuales, como relaciones sexuales incómodas y dolorosas. Tras el parto, si la cosa no vuelve a ir bien, no se resigne y consulte al ginecólogo.

Muchos medicamentos pueden interferir en los orgasmos, entre ellos aquellos para la presión arterial, los antihistamínicos y antidepresivos, especialmente los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Demasiado alcohol puede afectar la capacidad de alcanzar el clímax; el tabaquismo limita el flujo sanguíneo.

El famoso estrógeno

La reducción progresiva de los niveles de estrógeno durante la transición hacia la menopausia puede disminuir el flujo sanguíneo hacia la vagina y el clítoris, lo cual puede retrasar o detener un orgasmo por completo. Sin embargo, ello no significa que no haya tratamientos para revertir el problema; consulte, no se desespere.

Factores psicológicos o psiquiátricos inciden negativamente en la capacidad de tener orgasmos, según los expertos de la Clínica Mayo: depresión o ansiedad, baja autoestima de la imagen corporal, estrés y presiones financieras, creencias culturales y religiosas, temor al embarazo o infecciones de transmisión sexual.

También, la vergüenza, la culpa sobre disfrutar las experiencias sexuales, el abuso sexual o maltrato emocional en el pasado, los problemas de pareja. Muchas parejas con problemas fuera de la cama también experimentan problemas en la cama. Los problemas más importantes pueden incluir los siguientes ítems:

Falta de conexión con tu pareja; conflictos o peleas sin resolver; comunicación deficiente de las necesidades y preferencias sexuales; infidelidad o violación de la confianza; violencia íntima de pareja, aunque en ese caso lo más probable es que él, como abusador, no se preocupe por la anorgasmia de ella.

De todo ello se concluye que la anorgasmia femenina no es una condena bíblica. Es un problema médico y/o psicológico que se puede solucionar con tratamientos cuya complejidad derivará de la gravedad del problema y del tiempo transcurrido sin plantearse solucionarlo. Pero poquísimos casos no se arreglan, si se acude al especialista.

El 8 de agosto y cada día

El 8 de agosto fue declarado Día del Orgasmo Femenino, después de que un concejal de la localidad brasileña de Esperantina impulsara en 2001 un día oficial para hablar «sin tapujos» de las cuestiones relacionadas con la sexualidad, al tratarse a su juicio de un asunto de «salud pública». Y es que el orgasmo es, sin duda, cuestión de salud.

El argumento al que recurrió el concejal para defender su iniciativa fue que el orgasmo es una cuestión de salud pública. «Cuando las personas acumulan frustraciones sexuales acaban estallando en forma de violencia», dijo entonces. A ello se sumó, según recogieron los medios locales, la necesidad de abordar el tema entre la población rural.

En 2001 el 28% de las mujeres de la región donde se sitúa esta localidad tenía dificultades para alcanzar el clímax. Y nos creíamos que en Brasil no tenían problemas con estas cosas… Imaginen en la rancia España donde aún se cree que todos los penes erectos superan el palmo de longitud y que todos los coitos superan la media hora de «aguante».

Los urólogos andrólogos saben ―aunque los varones-machotes se rían cuando se les saca el dato científico― que el «coito-coito» dura unos cinco minutos en el mejor de los casos. Y que la eyaculación precoz se sufre si el tema se controla erecto menos de tres minutos. Pero ya estamos otra vez pensando desde la perspectiva de los caballeros.

En cualquier caso hay que recordar que la anorgasmia femenina suele tener en un altísimo porcentaje de casos una solución médica, fisiológica y/o psicológica, y que la mujer con pareja sexual no debe jamás resignarse a no tener orgasmos, ni por cuestiones, de edad o de costumbre. Hacerlo sin orgasmo es hacerlo sin ganas. Y eso puede ser terrible.

¿Conoce a Arnold Kegel?

Hay soluciones ―como ya se ha dicho― que pasan por muchos especialistas. Los ejercicios de Kegel, desarrollados en 1940 por el ginecólogo Arnold Kegel, consisten en contraer los músculos del suelo pélvico hacia arriba y hacia adentro durante unos segundos para fortalecer y tonificar la musculatura pélvica.

Arnold Kegel solía recomendar a sus pacientes ejercitar su suelo pélvico durante la recuperación del posparto para prevenir problemas de salud. Y descubrió un beneficioso efecto secundario del tratamiento: las mujeres que hacían estos ejercicios con regularidad alcanzaban el orgasmo con más facilidad, frecuencia e intensidad.

Cuando se produce el momento del clímax se producen espasmos musculares, sobre todo, en la pelvis. Esto se debe a que las paredes del útero, vagina, ano y suelo pélvico se ponen en contacto generando placer en el abdomen y resto del cuerpo. Fortalecer la musculatura con los ejercicios de Kegel, permite alcanzar mejores orgasmos.

¿Cómo? Los músculos que se fortalecen al hacer los ejercicios de Kegel son los pubococcígeos (PC). Mantenerlos tonificados hace que las sensaciones durante las relaciones íntimas sean mayores, pudiendo alcanzar el orgasmo con más facilidad. Para saber más sobre estos ejercicios, consulte con un especialista.

Pero de momento, sepa que tener orgasmos frecuentes tiene numerosas ventajas para la salud a largo plazo. El primero, la felicidad, gracias a la oxitocina hormona responsable de aumentar los niveles de esa sensación. Estudios demuestran que el cuerpo femenino produce más oxitocina durante los momentos de excitación u orgasmos.

Y además, menos estrés

Se reduce el estrés. La investigadora estadounidense Sue Carter estudió en profundidad sobre la relación entre la oxitocina y la relajación. Y es que los efectos de esta hormona son más evidentes en condiciones de estrés. Una mala relación sexual puede llevar a la desesperanza y con ello a aumentar el estrés. Son temas éstos a tratar con cuidado.

Mantener relaciones sexuales quema calorías, entre 100 y 200 calorías en una hora. Al igual que otra actividad física, el esfuerzo producirá cansancio y ayudará a dormir mejor durante la noche. Además, la oxitocina que se libera durante el orgasmo puede ser de gran ayuda para descansar mejor.

El sistema inmunitario se refuerza. El sexo puede ayudar a combatir enfermedades. Existen pruebas de que los orgasmos pueden generar un mayor nivel de inmunoglobulina A (IgA), un anticuerpo que combate los virus, toxinas y bacterias. Y cumplen con una función analgésica, de nuevo gracias a la oxitocina.

Al experimentar estimulación sexual, los niveles de oxitocina del cuerpo aumentan, haciendo que la glándula pituitaria bombee endorfinas que amortiguan cualquier dolor que puedas sentir por los cólicos. Mantener relaciones sexuales durante la menstruación puede aliviar en gran medida las molestias.

Los orgasmos ayudan a dormir. Los efectos ansiolíticos de las endorfinas y de la oxitocina que se segregan facilitan conciliar el sueño. A su vez, dormir bien fortalece el sistema inmunitario. La actividad sexual disminuye el riesgo de enfermedades crónicas del corazón y ataques cardíacos gracias a que se reduce la presión sanguínea.

Los orgasmos pueden aumentar la confianza e inteligencia emocional. Y mejoran la piel. Durante el orgasmo aumenta la circulación sanguínea y se bombea oxígeno hacia la piel, lo que hace que gane brillo y se eliminen toxinas. Es posible rejuvenecer hasta 10 años. Cuantas más y mejores orgasmos, mayor probabilidad de vivir más.

En resumen, no se lo tome a broma o a resignación. Y eso va para las señoras, a las que durante siglos se ha hecho creer que la culpa de la mala sexualidad, de la anorgasmia, es de ellas, cuando en realidad, en la mayoría de las ocasiones, es un problema médico o un problema de la pareja masculina que no sabe hacer bien lo que tiene que hacer.

Feliz Día Mundial del Orgasmo Femenino.

Publicaciones recientes

Publicaciones recientes

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Menú

Por favor, ayúdanos a promocionar la salud.

Al hacer clic en cualquiera de estos botones nos ayudas promocionar la salud.