Fent Mes Fems

Dr. Fco. Javier Alarcón de Alcaraz
Médico-Forense Especialista en Medicina Legal.
@Alarconforense

Me pregunta Julia, mi madre, por qué escribo de política en una revista sanitaria. Le explico que la temperatura de nuestra sociedad se toma en la arteria de la miseria, a la altura de la mediocridad de los que nos gobiernan y asido por la misma mano degenerada de lo que somos.

Tenía que llegarle la fiebre a los ecolo-soberanistas de MES, y es que de tanto calentarse hablando durante la campaña electoral de contratos basura han llegado a inscribirse en uno de ellos. Aquella campaña de macetita y pistachito mintiendo adecuadamente con voz de contrato menor se le muere desmayada Rubén Darío en un vaso olvidada, como aquella flor de que es el viejo cátalo-independentismo convertido en negocio de ciento cincuenta mil. Ahora ya sabemos que los detritos se contagian, en que planta fenece MES.

Que saliera la basura axilar de los contratos digitados de Biel Barceló y de los suyos era cuestión de tiempo, demasiado mercurio para tanto metal bajo las alas. Demasiado paseo con acompañante besucón. Demasiado contratado al que le gusta demasiado el negoci. Los mismos síntomas que la nauseabunda adjudicación de contratos al bigotes por el PP (por el que está en la cárcel), o aquel del Uemita Bartomeu Vicens a 3 años de cárcel “por encomendar un estudio de nulo valor para la administración”.

De ahí que llamemos a la fiscalía anticorrupción cuando la dimitida Ruth Mateu, consellera transparente donde no las haya, adjudicó un contrato a dedo para saber qué tipo de público acude a escuchar la orquesta sinfónica de Baleares. Con lo terapéutico que es el voy-y-vengo a la filarmónica, con lo bien que viene para el control calórico de todo aquel que es “incapaz de controlar los contratos menores de su consellería”.

Hoy nos levantamos con el contagio del calor a los suyos menorquines, que dejan el gobierno sin dejarlo, como el despotismo ilustrado que dejaba al pueblo sin dejarlo. Ya son un gobierno de veinte, y a esos grados nadie revive al muerto que se vista de negro.

Los síntomas previenen los signos, la fiebre a las heces, mami, y de ahí que hayamos asistido al espectáculo en que muchas veces las respuestas ante la mierda resultan peores que la propia mierda. Del mítico “nadie puede poner en duda la manera de actuar de Barceló ni de la empresa” del niño David Abril, sí, un diputado defendiendo a una empresa (ya le explicará al fiscal anticorrupción por qué); pasando por el “estéticamente no queda bien” del mismísimo Biel Barceló, o el “dimito para dar ejemplo” de Ruth Mateu, que ya tiene cojones.

Tres síntomas de que la mierda que nos inunda deja inexorablemente paso al mismo y triste basureo.

Tres formas de decir lo mismo de los que vienen permanentemente a salvarnos mientras paguemos nosotros, tres formas de ser renovación y nueva ética.

“Indignarse no basta” gritaban febriles durante la campaña electoral. Ahora ya sabemos que no les bastaba.

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