La gripe y los constipados son las grandes afecciones de estos días de frío

La gripe y los constipados son las grandes afecciones de estos días de frío, pero no hay que perder de vista otros problemas que habrá que prevenir y en su caso tratar, como los dolores de garganta, de huesos y músculos y, muy especialmente, los agravamientos de los casos de EPOC

Algunos periódicos titulan estos días con la frase “ha llegado el frío” o algo parecido. Nosotros, desde Salut i Força, estamos seguros que el lector se ha dado perfecta cuenta de que hace frío –o ha hecho, que en las Islas el tiempo cambia velozmente –de modo que nos centraremos en informar sobre las principales enfermedades que se pueden sufrir estos días, cómo se previenen y cómo pueden tratarse.

El 75% de los españoles padece gripe o resfriado al menos una vez al año, según el “III Estudio CinfaSalud” sobre “Percepción y hábitos de la población española en torno al resfriado y la gripe”, elaborado por Cinfa el pasado año con el aval de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). En estos momentos Baleares se encuentra entre las CCAA con más gripe del conjunto de España.

La investigación se basó en un cuestionario online sobre una muestra representativa de más de 3.000 mujeres y hombres de nuestro país, de entre 18 y 64 años. Este análisis confirma que el resfriado y la gripe constituyen dos de las enfermedades infecciosas más comunes en los hogares españoles. De hecho, uno de cada cinco españoles (20,6%) asegura padecerlas tres o más veces al año.

En estas fechas invernales y en los cambios estacionales es cuando la población afirma resfriarse con mayor frecuencia (40,6% y 26,8% respectivamente).

Concretamente, las principales causas por las que los españoles creen contraer resfriado o gripe son: los cambios bruscos de temperatura (57,5%), por contagio en el entorno familiar (32,9%) o laboral (20,7%) y por tener las defensas del organismo bajas (23,1%).

“En los meses de frío se produce un claro aumento de estas patologías, principalmente por tres razones: la capacidad defensiva de la mucosa de las vías respiratorias desciende, se dan condiciones de humedad y baja temperatura propicias para la supervivencia de los virus y porque se pasa más tiempo en espacios cerrados, lo que favorece su propagación”, explica Eduardo González Zorzano, médico de Cinfa.

SINTOMAS MÁS FRECUENTES

Los síntomas más frecuentes son mucosidad nasal (93,8%), nariz tapada (92,2%), estornudos (85,2%), cansancio (81,1%) y dolor de garganta (78,7%) y de cabeza (71,5%). Sin embargo, los más molestos e invalidantes son, principalmente, las náuseas y los vómitos, la nariz tapada y la sinusitis. Según los expertos, la mejor opción para evitar o reducir las probabilidades de contraer resfriado o gripe es la prevención.

Entre las precauciones que más adoptan los españoles para prevenir estas patologías destacan: combatir el frío (60,8%), aumentar la ingesta de frutas y verduras para mejorar defensas (53,7%) y evitar cambios de temperatura (53,5%). “Los ciudadanos son cada día más conscientes de la importancia de cuidar su salud de manera integral: no sólo tratando la enfermedad, también desde la prevención”, afirma González.

Más de la mitad de los encuestados sólo toma algún tipo de medicamento cuando se encuentra mal (54,1%), si bien uno de cada cuatro (24,5%) los toma por sistema siempre que se contagia. Los medicamentos más utilizados en el caso de la gripe son el ibuprofeno (45,4%) y los antigripales (43,4%), mientras que en el caso de los resfriados, la mayoría recurre al paracetamol (52,9%) y un 32,5% opta por el ibuprofeno.

El 18,5% del total de los encuestados confiesa utilizar antibióticos sin la indicación de un profesional sanitario, porque les han funcionado en otras ocasiones o porque los tienen en casa. “Se trata de una práctica completamente errónea, ya que los antibióticos no sirven para tratar estas infecciones, de carácter vírico y no bacteriano”, señala González Zorzano.

“Además, el hecho de utilizarlos sin indicación médica, de manera incorrecta y con cierta frecuencia hace que nuestro organismo se haga resistente a ellos. Como consecuencia, cuando realmente los necesitemos para tratar alguna enfermedad, podrían no tener ningún efecto”, añade, en relación a lo que sucede cuando no se toma el antibiótico indicado, por el tiempo indicado o contra virus, a los que no afectan.

¿PERO GRIPE O RESFRIADO?

Y es que para empezar hay que distinguir entre lo que es un resfriado y una gripe. Salvo infecciones oportunistas, ninguno se trata con antibióticos, pero además son afecciones diferentes y cada vez hay mayor concienciación a la hora de diferenciarlas. Hasta 9 de cada 10 encuestados (92,2%) aseguran que saben reconocer y diferenciar ambas patologías en función de sus síntomas, aunque casi un 8% todavía las confunde.

El 69,9% de los encuestados considera acertadamente que la fiebre alta es el síntoma clave que diferencia una gripe de un resfriado. A éste, le siguen otros síntomas distintivos como el dolor muscular (38,9%), la sensación de cansancio (31,4%) y los escalofríos (17,6%), que se padecen solamente en un proceso gripal, señalan los expertos para distinguir las dos enfermedades.

Aunque “la principal diferencia que podemos detectar es que los resfriados cursan sin producir fiebre alta, mientras que en los procesos gripales es normal la aparición de episodios febriles, que llegan incluso a oscilar entre los 38ºC y 40ºC, y que pueden dar origen a situaciones de mayor gravedad”, aclara el experto del Departamento Médico de Cinfa, ofreciendo las claves para una diferenciación clara.

Para prevenir y aliviar la gripe: Uno, descansar lo máximo posible, durmiendo las horas necesarias permite que el organismo recupere fuerzas, especialmente si se hay fiebre; dos, ser precavidos con el frío y la humedad, dado que los virus que causan la gripe y el resfriado prefieren las bajas temperaturas y la humedad, hay que evitar estos ambientes, así como los cambios bruscos de temperatura y las bebidas excesivamente frías.

LAVARSE LAS MANOS

En tercer lugar, lavarse las manos con frecuencia, hacerse con agua y jabón durante al menos quince segundos, prestando especial atención a la zona entre los dedos y debajo de las uñas y es conveniente utilizar productos antibacterianos para limpiar las superficies de la casa. En cuarto lugar, incluir vitaminas y minerales en la dieta. Las frutas y verduras son fuentes de vitaminas y minerales para desarrollar defensas.

En quinto lugar se aconseja beber gran cantidad de líquidos. En ocasiones el agua no ‘entra’ fácilmente, por lo que pueden beberse zumos, siempre que no estén demasiado azucarados. Estos ayudan a eliminar la mucosidad, previenen la deshidratación y alivian el dolor de garganta. Por ejemplo, se pueden tomar en abundancia agua, zumos y sopas no demasiado calientes. Se deben evitar, en cambio, las bebidas alcohólicas.

Dejar de fumar y evitar los ambientes con humo es también aconsejable. El tabaco irrita todavía más la garganta y las mucosas. En séptimo lugar, realizar aspiraciones de agua con sal o vahos de eucalipto para aliviar la congestión. En el caso de niños pequeños, se recomienda el lavado nasal con suero fisiológico quince minutos antes de las comidas y antes de ir a dormir. De esta manera, podrán descansar mejor.

También es recomendable, explican los especialistas, hacer gárgaras con agua caliente con limón y miel. Su acción emulgente calma el dolor de garganta. A pesar de la creencia popular, es preferible emplear agua frente a la leche con miel, ya que los lácteos pueden aumentar la mucosidad, añaden, en relación a esta arraigada costumbre y consejo “de abuelita”.

El noveno consejo es consultar al profesional sanitario y evitar la automedicación. Es indispensable contar con el asesoramiento del farmacéutico o del médico a la hora de recurrir a antigripales, descongestivos o analgésicos que alivien los síntomas de estas afecciones. Esto lleva al décimo consejo que ofrecen los especialistas de Cinfa para tratar la gripe y que tiene un alcance de salud pública.

OJO CON LOS ANTIBIÓTICOS

No recurrir a los antibióticos. Además de que no son efectivos contra el catarro y la gripe, ya que estos están causados por virus y no por bacterias, utilizarlos de manera incorrecta o frecuente puede hacer que el organismo se haga resistente a ellos. Los especialistas advierten del impacto ecológico del mal uso de los antibióticos, ya que se pueden crear resistencias en bacterias que luego afectan a otras personas.

Pero no son la gripe y los constipados las únicas afecciones aumentadas o generadas por el frío que se deben tener en cuenta en estas épocas. No son pocas las personas que estos días han tenido, tienen o tendrán dolor de garganta. La faringitis, o dolor de garganta, es la molestia, el dolor o la carraspera en la garganta que a menudo hace que se presente dolor al tragar y se presenta con o sin tos.

La faringitis es consecuencia de la hinchazón de la parte posterior de la garganta (faringe), entre las amígdalas y la laringe.

La mayoría de los dolores de garganta son causados por resfriados, gripe, virus coxsackie o mononucleosis.

De modo que tampoco se solucionan la mayoría de los problemas tomando antibióticos, y su mal uso puede acarrear más consecuencias negativas que positivas.

Sí que es cierto –señalan los expertos –que las bacterias pueden causar faringitis en algunos casos, como es la amigdalitis estreptocócica (estreptococos del grupo A) y en muy pocos casos, bacterias como gonorrea y clamidia pueden causar dolor de garganta. La mayoría de los casos de faringitis ocurre durante los meses más fríos. La enfermedad con frecuencia se contagia entre los miembros de la familia y contactos cercanos.

El síntoma principal de la laringitis es el dolor de garganta, aunque puede presentar otros síntomas como la fiebre, el dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, erupción cutánea e incluso ganglios linfáticos inflamados en el cuello. Dado que estos síntomas pueden ser de otras enfermedades, algunas de ellas graves, el paciente deberá siempre consultar al médico para que efectúe un diagnóstico e instaure un tratamiento.

EN BUSCA DE LA LARINGITIS

Para ello el médico llevará a cabo un examen visual de la garganta. Es posible efectuar una prueba rápida o un cultivo de garganta para buscar amigdalitis estreptocócica. Igualmente, se pueden realizar otros exámenes de laboratorio dependiendo de la presunta causa, aunque en la mayoría de los casos el examen visual y la historia médica del paciente serán suficientes para que el facultativo tome las decisiones adecuadas.

Dado que los dolores de garganta son causados normalmente por virus, los antibióticos no sirven para calmarlos, a no ser que se detecten bacterias en su origen. Un dolor de garganta causado por la gripe (influenza) se puede aliviar por medio de antivirales.

Además puede aliviar el dolor beber líquidos suaves, siempre evitando las bebidas alcohólicas y excesivamente azucaradas.

También alivia hacer gárgaras varias veces al día con agua tibia con sal (1/2 cucharadita o 3 g de sal en 1 taza o 240 ml de agua), chupar dulces duros o pastillas para la garganta. Estos productos no deben administrarse a los niños pequeños porque se pueden ahogar. Usar un vaporizador de aire fresco o un humidificador puede humectar el aire y aliviar una garganta seca y dolorosa.

Los analgésicos de venta libre, como el paracetamol, pueden dar buenos resultados, aunque siempre es aconsejable una consulta con el médico de cabecera o por lo menos con el farmacéutico. Cualquier tratamiento prolongado no deber ser nunca autoimpuesto, máxime si es con medicamentos fuertes. Esa prolongación puede ocultar síntomas de otras enfermedades y pueden darse posibles complicaciones.

Entre las posibles complicaciones de un dolor de garganta pueden darse infecciones en el oído, sinusitis, absceso periamigdalino.

Es muy aconsejable visitar al médico si el dolor de garganta no desaparece después de varios días, hay fiebre elevada, ganglios linfáticos inflamados en el cuello o una erupción cutánea, dolor de garganta y dificultad para respirar. Ante alguno de estos síntomas hay que llamar al médico.

DOLOR DE HUESOS

Otros problemas derivados del frío son los dolores óseos y musculares. Cuando hace frío los músculos aumentan su contracción haciendo que las articulaciones se tensen y produciéndose rigidez. De este modo aparecen y aumentan la gravedad de lesiones (muchas de las cuales ya estaban antes de la bajada de las temperatura) y se intensifican las molestias impidiendo que el movimiento habitual sea normal y sin dolor.

En noviembre, diciembre, enero y febrero los músculos permanecen más contraídos que el resto del año, algo que hace que las articulaciones también se muestren más rígidas, ya que tanto los tendones como las fibras musculares están más contraídas que de costumbre, lo que genera una presión enorme en las articulaciones que en muchos casos acaba por provocar dolor, sobre todo si ya hay fracturas articulares u óseas.

En algunos pacientes el frio es tal que las articulaciones afectadas dejan de responder: Los dedos, una de las partes más afectadas, pierden movilidad y se quedan casi rígidos.

Es conocido el dolor y rigidez óseo muscular al levantarse por la mañana, máxime si se ha dormido con poco calor, sensaciones que se acentúan con el paso del tiempo, especialmente pasados los 50 años y si se ha hecho poco deporte.

Para evitar los problemas ósteo musculares derivados del frío se aconseja una serie de medidas que comienzan por la alimentación evitando dentro de lo posible las retenciones de líquidos producidas por dolencias como la artritis, el reuma, el exceso de ácido úrico, dejando de consumir alimentos ricos en purinas y tomando productos que faciliten la eliminación de líquidos y toxinas como por ejemplo los tés.

La gelatina es un alimento aliado de las articulaciones, por su alto contenido en glicina y prolina, dos aminoácidos que intervienen activamente en la construcción de las estructuras conjuntivas del cuerpo humano, como por ejemplo los tendones. La gelatina contiene altas dosis de colágeno, uno de los principales componentes de los tendones. Este aporte hará que tengamos unas articulaciones más fuertes y resistentes.

EJERCICIO PREVENTIVO

El ejercicio físico para mantener unas articulaciones activas, es primordial, incluso enfocado a la prevención de problemas invernales. Por ello no hay que descuidar la práctica deportiva, adecuada a cada persona, de modo que el movimiento articular generado por el ejercicio ayude a fortalecer los músculos y mejore la circulación en esas zonas. De esta manera aumenta el aporte nutricional fortalecedor.

Los profesionales aconsejan aislar las articulaciones del frío, especialmente en el caso de practicar deporte en la calle y preocuparse por un correcto mantenimiento del calor corporal.

No es necesario usar prendas de comprensión, el objeto de las prendas ha de ser mantener el calor que se emana del cuerpo. Existen en el mercado diferentes variedades de calentadores. Los de neopreno aguantan mejor la temperatura.

Estas medidas ayudarán a mantener unas articulaciones en plena forma, capaces de afrontar el día a día. Se aconseja vigilar la fragilidad de las articulaciones, sobre todo cuando bajan las temperaturas, ya que la presión que soportan es muy alta.

Todas estas medidas son más adecuadas para la evitación de dolor. Si éste se ha instaurado es aconsejable ir al médico, tanto para reducirlo como para evitar malformaciones.

Y si hemos hablado ya de que los meses de frío y la bajada de las temperaturas son los dos grandes enemigos de las enfermedades respiratorias, hay que hacer una mención especial a dos de las más importantes enfermedades en este ámbito que se pueden ver condicionadas por el clima, como es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o la fibrosis pulmonar idiopática.

CUANDO LA EPOC EMPEORA

Estas enfermedades –la EPOC la principal –disparan las exacerbaciones en los meses de frío y hay pacientes que pueden requerir una hospitalización inmediata. Es en invierno cuando debido las infecciones virales, de entre las cuales la más importantes es la gripe, los pacientes con EPOC pueden ver empeorada su función pulmonar, según destaca el neumólogo José Luis López Campos.

Según recuerda el experto estos cuadros de empeoramiento son el principal indicador de mal pronóstico de los pacientes respiratorios.

Hay datos que apuntan a que un ingreso por exacerbación podría condicionar una mortalidad del 40% al año de ingreso. El pico principal de ingresos por agudizaciones se da en invierno, mientras que el resto del año esta frecuencia se reduce mucho y está más asociada al incumplimiento de la terapia.

Por ello el especialista señala que es fundamental que los pacientes con EPOC se vacunan contra la gripe ya que pueden servir como detonante para la infección del paciente por otros virus o bacterias que empeoran su evolución. En ello con otro experto de gran talla, el doctor José Antonio Rodríguez portal neumólogo, que se refiere a la fibrosis pulmonar en la que se relaciona el periodo invernal y la exacerbación.

Los motivos son muy diferentes, aunque en muchos casos existe una relación causal entre el empeoramiento de la patología y las infecciones víricas, así como el efecto de la contaminación, que aumenta en invierno, ya que se utilizan mucho más combustibles durante estos meses y con ello son más las emanaciones de los restos volátiles de la combustión de esos productos para la generación de calor en los hogares.

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