“El exceso de sudoración puede generar estrés y ansiedad”

Antoni Nadal, dermatólogo de Hospital de Llevant

Antoni Nadal, dermatólogo de Hospital de Llevant

Botox para combatir el exceso de sudoración

Las altas temperaturas combinadas con una humedad también elevada hacen que, en mayor o menor medida sea normal sudar en verano. Sudar sirve, fundamentalmente, para mantener constante nuestra temperatura corporal sobre los 37 º C. Cuando el cuerpo necesita liberar calor se produce la transpiración y el refrescamiento de la piel por evaporación.

Por este motivo sudamos cuando tenemos calor, durante el ejercicio físico o en situaciones de tensión, en la que la descarga nerviosa aumenta nuestra temperatura corporal. Pero a veces el sudor se produce de forma excesiva y sin ser motivado por ninguna de estas causas, en esta situación estaríamos hablando de la hiperhidrosis, así lo explica Antoni Nadal, Dermatólogo de Hospital de Llevant.

¿Qué es la hiperhidrosis?

La hiperhidrosis es el exceso de sudor o transpiración excesiva que se produce de forma espontánea, sin ser causada por temperaturas altas o por situaciones de tensión física o emocional. La hiperhidrosis se presenta con más frecuencia entre los 25 y los 64 años y, en un 40% de los casos, suele haber algún familiar más que lo padece, lo que demuestra su tendencia hereditaria. Se observa, sobre todo, en manos, axilas, pies y región púbica, debido a la alta concentración de glándulas sudoríparas en estas zonas. Aunque se trata de un problema relativamente frecuente que puede generar estrés y ansiedad y a pesar de las limitaciones dentro del campo laboral, académico y social que puede causar, los pacientes lo sufren calladamente y no suelen acudir al dermatólogo cuando se manifiestan los síntomas por primera vez, añade Nadal.

¿Cuáles son las causas?

Las causas dependen del tipo de hiperhidrosis del que estamos hablando. En la hiperhidrosis primaria, la causa no es del todo conocida. Se relaciona claramente con una hiperactividad simpática y un exceso de respuesta sudomotora. Como muy bien saben los pacientes que la sufren, las situaciones de tensión, como la excitación o el estado de nervios, suele exacerbar el cuadro.

Una queja muy común entre los pacientes con hiperhidrosis es que se ponen nerviosos cuando detectan que han roto a sudar, entonces el cuadro se dispara y sudan mucho más. Ciertos hábitos, tales como el consumo de bebidas alcohólicas, la nicotina, la cafeína y ciertas comidas u olores también pueden disparar el grado de sudoración de estos pacientes. En cambio la hiperhidrosis secundaria suele ser generalizada y se presenta en otros cuadros clínicos, con otros síntomas. Así pues, la hiperhidrosis puede ser síntoma de otras enfermedades como la acromegalia, síndrome carcinoide, cierto abuso de medicamentos y sustancias, hipertiroidismo, menopausia, feocromocitoma, lesión de la médula espinal o ataque cerebro vascular. Por lo tanto es importante acudir al dermatólogo cuando se detecta este síntoma, aconseja el Dermatólogo de Hospital de Llevant.

La toxina botulímica, uno de los tratamientos más eficaces

Según explica el Dr. Nadal el tratamiento de la hiperhidrosis depende del tipo de la misma y del cuadro clínico del paciente. Entre los tratamientos de la hiperhidrosis destaca el que se realiza con toxina botulínica ya que es una solución cómoda y eficaz que puede aplicarse tanto en axilas como en las palmas de las manos. La infiltración de toxina botulínica se realiza a través de agujas muy finas. La toxina botulínica genera un bloqueo de transmisión nerviosa, por lo que reduce la producción de sudor en las áreas donde se administra esta sustancia. El tratamiento tiene una duración de entre 40 y 60 minutos y los resultados tienen una duración de unos 6 meses. Además el paciente puede reanudar su actividad normal poco después del tratamiento.

Hay otros tratamientos como el hidróxido de aluminio o el realizado con substancias anticolinérgicas: Oxibutina, Glicopirrolato y otras, aunque no están exentos de efectos secundarios. Finalmente existen los tratamientos quirúrgicos, algunos consisten básicamente en eliminar las glándulas sudoríparas mediante diferentes procedimientos de distinto grado de invasividad. También la Simpatectomía Endoscópica Torácica que inutiliza los ganglios torácicos responsables de la inervación de la región a tratar. Están descritos ratios no desdeñables de hipersudoraciones de compensación, que aparecen en zonas que no sudaban antes de la cirugía.

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