Ideas para una nueva legislatura saludable en Baleares y sus ayuntamientos

Joan Carles March Profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública

Joan Carles March
Profesor de la Escuela
Andaluza de Salud
Pública

Hace ya casi un mes que se realizaron las elecciones municipales y autonómicas. Mi satisfacción personal es grande. Tengo un hermano, Miquel Àngel March Cerdà que ha sido elegido alcalde de Pollença y mi hermano mayor Martí Xavier, diputado al Parlament de les Illes Balears. Estoy convencido que su capacidad personal y profesional, su rigor en el trabajo que van a hacer y sus valores que emanan de mis padres Martí y Antonia, les ayudarán a conseguir excelentes proyectos.

Pero este hecho ilusionante me permite poner encima de la mesa, algunas ideas que creo son necesarias para avanzar en que sea una legislatura saludable. Por eso me voy a ir a un documento de referencia de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria que preside el menorquín Ildefonso Hernández, “Posicionamiento de SESPAS en el año electoral de 2015: Protege tu salud con tu voto”. Algunas ideas del documentos son utilizables para el Ayuntamiento de Pollença y para la Comunidad autónoma de les Illes Balears.

Para la comunidad autónoma, en proceso de pacto en estos momentos, creo importante destacar un conjunto de medidas:

1.Volver a la senda de la universalización de la salud: El sistema nacional de salud universal, gratuito, y financiado por impuestos, es una de las principales señas de identidad de nuestro periodo democrático y de nuestro estado de bienestar. Sin embargo, en los últimos años, se han desarrollado políticas que en lugar de cuidar este sistema lo han erosionado gravemente.

2.Desarrollar la Ley General de Salud Pública, garantizar salud pública en todos los territorios: La Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública no ha sido desarrollada por el gobierno de España y sería importante recoger aspectos importantes de la misma en nuestra CC.AA..

3.Sólo financiar con dinero público actuaciones basadas en suficiente evidencia científica. Sería un momento ideal para limitar la cartera de servicios a aquellas que se basan en suficiente evidencia científica. Esto aumentaría notablemente la eficiencia económica y sanitaria del sistema.

4.Salud en todas las políticas, la importancia de la educación (en la que mi hermano Martín es un gran experto). Todas las políticas de los gobiernos deben armonizarse para que tengan sinergias entre sí y maximicen los beneficios sociales y en salud y reduzcan los efectos negativos en las personas y en el medio ambiente. Entre todas las políticas, una educación que asegure la capacidad crítica, la posibilidad de madurez democrática y participativa es consustancial a la democracia y asegura las oportunidades para que las personas y las sociedades tengan bienestar y salud.

5.Más medidas frente al tabaquismo

6.Las grasas trans, la sal y los azucares añadidos a la alimentación procesada e industrial también matan. Es necesario implantar medidas de reducción del consumo de alimentos relacionado con una dieta desequilibrada, mediante advertencias obligatorias en la publicidad, un etiquetado más comprensible y una profundización en la legislación y las políticas que faciliten el acceso a la dieta mediterránea, especialmente a los estratos más desaventajados de la población

7.Reducir el tráfico en las ciudades y activar a las personas

8.La prevención de la violencia de género es una prioridad de salud pública

9.Priorizar la lucha contra el desempleo y reducir su impacto es priorizar la salud, renta mínima saludable: Se ha documentado científicamente el efecto negativo que el desempleo tiene sobre la salud.

10.Equidad, desarrollar una estrategia nacional de reducción de desigualdades en salud.

11.Cambio climático y medio ambiente

12.Salud Urbana

13.Mejorar el gobierno de la salud y de los sistemas de salud

Algunas de estas medidas deben ser aplicadas al ámbito local, como podría ser Pollença: La presencia de la salud pública en el ámbito municipal supone una oportunidad especial para desarrollar algunas de las estrategias anteriormente mencionadas, como son el trabajo intersectorial, la salud en todas las políticas públicas (en este caso, municipales), la evaluación de su impacto en la salud, además de promover la participación comunitaria, un urbanismo favorecedor de la salud y el abordaje de las desigualdades sociales en salud. La nueva Ley 27/2013, de 27 de diciembre, de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local (RASAL), que reformó la ley de régimen local, ha supuesto la práctica amputación de estas oportunidades para la salud. Desde SESPAS, abogamos por la derogación de esa ley, por el fortalecimiento de los recursos de salud pública existentes en las ciudades, a la vez que se establezca su coordinación estable e inserción funcional en las redes de salud pública regionales y en los planes y programas de salud pública correspondientes.

Asimismo, son fundamentales asegurar que las políticas públicas tengan en cuenta sus efectos en la salud (movilidad, medio ambiente, educación, etc.) y trabajar para que la educación que busque formar ciudadanos conscientes, autónomos cooperantes, capaces de entenderse, de reflexionar, de cambiar, como garantía contra la pobreza y la garantía del bienestar y la salud. También se pueden desarrollar medidas que favorezcan una alimentación saludable para que la población vuelva a tener control sobre su propia dieta y el desarrollo de la agricultura y ganadería locales.

Es necesario tomarse en serio la limitación del uso de vehículos motorizados en las ciudades: la reducción de la velocidad máxima a 30 km por hora; las rutas para caminar, el uso de bicicletas, serían medidas adecuadas que tendrían no solo un efecto positivo sobre la salud sino también sobre el medio ambiente.

También hay que incidir en lo local, en el empoderamiento de las mujeres contra la violencia de género.

Políticas activas de empleo desde los ayuntamientos como manera de dar amparo a la población que vive con niveles muy bajos de renta; estrategias contra la desigualdad y la exclusión social (ser mujer, de clase trabajadora manual y perteneciente a etnias no predominantes supone una gran limitación para desarrollar el pleno potencial de salud y es una situación injusta que debe evitarse) o abordar el cambio climático que supone una amenaza a la que se debe prestar una gran atención deben ser aspectos a tener en cuenta en los ayuntamientos.

Tres medidas más para terminar: política de protección de la infancia, que las ciudades y las comunidades autónomas sean amigas de las personas mayores y crear escuelas de pacientes que empoderen a la ciudadanía en su salud.

La ciudadanía necesita políticas activas para una mejor calidad de vida.

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