La salud comienza por la boca

Creer que la salud de la boca se limita a la blancura y correcta alineación de los dientes, es un gran error. Una caries sin tratamiento puede comportar la pérdida del diente.

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Hay quien cree que si la contra- publicidad que el Ministerio de Sanidad obliga a colocar en las cajetillas de tabaco hiciera más hincapié en el hecho de que “el tabaco ennegrece los dientes” que en el de “el tabaco puede matar” habría menos fumadores, ya que a más personas preocupa la estética de sus dientes –que al fin y al cabo es algo que puede mejorar –que el morirse o no, que al fin y al cabo es algo inevitable (aunque no fumando la cita se posponga y el tránsito no sea tan duro).

Pero creer que la salud de la boca se limita a la blancura y correcta alineación de los dientes solo por cuestiones estéticas, es un gran error. De la salud de la boca –en sí misma o como síntoma de que algo pasa en otro punto del cuerpo –depende en gran medida la salud del cuerpo. Como ejemplo, recordar que Carlos V tuvo una vida con problemas gástricos porque tenía mal alineadas las mandíbulas y no podía masticar bien los alimentos, lo que le produjo, se dice, una muerte prematura.

La halitosis –el mal aliento –cuando es grave, es más un problema de las tripas que de la boca, por lo que tratarlo solo elixires y cepillo de dientes suele servir para ocultar –mal –un problema que tiene su origen ‘más abajo’, y que aunque no suele enmascarar una enfermedad grave, mejor es tener controlado. En resumen: las revisiones odontológicas periódicas no solo cuidan la estética de la boca sino que ayudan a garantizar una mejor salud general y a detectar otros problemas incipientes.

Pero como para comenzar lo mejor es hacerlo por el principio y el principio es siempre lo básico, tal vez el primer consejo que le dé el especialista sea que empiece por mantener los dientes sanos. Y para ello está claro que el principal objetivo es higiénico, eliminar la placa bacteriana y hacerlo diariamente con un cepillo de dientes y el auxilio de la seda dental. Junto con estas medidas higiénicas, el consejo siguiente es dietético: limitar la ingestión de azúcares para reducir el riesgo de caries.

Como siempre, dos tóxicos externos, del todo prescindibles y nada necesarios para la vida, son enemigos de la salud bucodental. El tabaco y el alcohol no hacen ningún bien a los dientes y sí muchos males. El tabaco, fumado o mascado, contribuye a empeorar la enfermedad de las encías. El tabaco y el alcohol pueden causar el cáncer de boca, especialmente, advierten los especialistas, si se consumen simultáneamente, lo cual es muy frecuente en las personas habituadas a las salidas nocturnas.

La más conocida de las enfermedades odontológicas, la caries, hace alusión en su etimología a las cavidades dentales, consecuencia de las pérdidas de sustancia, consecuencia a su vez de una disolución gradual que comienza por la parte externas del diente, con el deterioro del esmalte y que sigue avanzando hacia su interior. Ese deterioro continuará desarrollándose si no se tratada de forma adecuada por un odontólogo. Una caries sin tratamiento puede comportar la pérdida del diente.

El origen de esta degradación es la presencia y proliferación anómalas de una bacteria productora de ácido. Un diente que podrá ser víctima más propicia de la carias será aquel que tenga poco flúor y orificios o fisuras que faciliten la retención de la placa bacteriana. La boca contiene gran cantidad de bacterias, necesarias para su equilibrio bioquímico. El Streptococcus mutans es la bacteria más común causante de la caries. Eliminar toda la flora bacteriana de la boca sería nocivo.

La detección de un punto blanco en el diente puede suponer una caries en estadío inicial, aún en la superficie lisa. En ese momento se encuentra en un proceso de más lento desarrollo y más fácilmente reversible. En ese punto blanco las bacterias disuelven el calcio del esmalte. Comienza a manifestarse entre los 20 y 30 años de edad, aunque es hacia los 10 años de edad cuando se inicia la caries de orificios y fisuras en los dientes permanentes, según explican los especialistas odontológicos.

La caries de la raíz comienza en la capa de tejido óseo que cubre la raíz, al quedar expuesto por el retroceso de las encías. Afecta a personas de mediana edad o mayores, y viene causada por la dificultad en limpiar las áreas de la raíz y por el alto contenido de azúcares en la dieta. Este tipo de afección, cuando se centra en la raíz puede ser la más difícil de prevenir. Y si normalmente es lento el avance de la caries en el esmalte (para eso está el esmalte) en la segunda capa del diente o dentina, va más deprisa.

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