Pere Riutord: “La Real Academia cuenta con una salud excelente que le permite asumir nuevos retos”

pere riutord sbertEl doctor Pere Riutord Sbert (Felanitx, 1960) desempeña, a lo largo de la presente legislatura, el cargo de secretario de la Real Academia de Medicina de les Illes Balears. Desde su responsabilidad se ocupa de levantar acta de las sesiones y actividades que lleva a cabo la institución, así como de redactar la memoria anual de la entidad. Precisamente, en la sesión inaugural del curso de 2013 que tuvo lugar el pasado 24 de febrero, el doctor Riutord se encargó de entregar este documento al presidente académico, el doctor Bartomeu Anguera.

Ángeles Fournier

P.- ¿Qué valoración realiza de la sesión inaugural del curso 2013?
R.- Quizás, el aspecto más destacable es que la calidad de los premios, a pesar de la crisis económica, se ha mantenido e incluso se ha incrementado, ya que todos los galardonados atesoran un extraordinario prestigio. Entre ellos, destacaría a la Conselleria de Presidència, a la que la Real Academia le ha entregado el documento de su cédula fundacional. Estamos muy agradecidos al departamento presidido por el conseller Antonio Gómez, porque, por primera vez desde que hace 18 años el Govern asumiera las competencias en materia de Reales Academias, se nos ha concedido la protección económica e institucional de la que antes carecíamos.

P.- La segunda cédula fundacional fue concedida a Salut i Força…
R.- En efecto, ya que desde la Real Academia pensamos que es la mejor manera de reconocer y valorar la extraordinaria labor desarrollada por este medio de comunicación en el ámbito de la divulgación de la información sanitaria. Además, la Real Academia siempre ha encontrado en Salut i Força un aliado dispuesto a apoyar nuestros proyectos y objetivos. De hecho, hay que recordar que estamos hablando de uno de los miembros benefactores de nuestra institución, y esa es una condición a la que pueden aspirar muy pocas entidades.

P.- También es importante, en la sesión inaugural, la distinción a los académicos correspondientes. ¿A qué responde la creación de esta figura?
R.- La Real Academia cuenta con 25 académicos numerarios y, en aplicación rigurosa del régimen estatutario, esta cifra no puede ampliarse en ningún caso. Por esta razón, la figura del académico correspondiente permite reconocer los méritos de médicos y profesionales a los que deseamos ver ligados a la Real Academia. En esta edición, las dos acreditaciones como académicos correspondientes han recaído en el doctor Joan Llobera y el profesor Antoni Gelabert, catedrático de Urologia en la Universitat Autònoma de Barcelona y jefe de servicio de Urología del Hopsital del Mar, también en la Ciudad Condal. El profesor Gelabert nació en Maria de la Salut y es mallorquín por los cuatro costados, pero reside y trabaja desde hace tiempo en Barcelona y esta circunstancia impide su nominación como académico numerario, ya que una de las condiciones es la residencia en las islas.

P.- Paralelamente, la Real Academia ha convocado un año más los premios a los mejores trabajos científicos. De todos ellos, ¿cuál le parece el más relevante?
R.- Todos tienen su importancia, por supuesto, pero, tal vez, resaltaría el galardón patrocinado por el Govern autonómico a través de la Fundación Mateu Orfila, ya que se concede no por una aportación concreta y puntual, sino a la trayectoria profesional de toda una vida. En esta ocasión, el premio ha recaído en el odontólogo Alejo Castañer Llull, que desde su discreción innata se ha ganado un merecido prestigio por la excelente calidad de su trabajo. En su momento, asumió la presidencia del Colegio de Odontólogos y Estamatólogos de Baleares.

P.- Estas distinciones son una realidad gracias al apoyo que la Real Academia recibe de entidades y colaboradores…
R.- Por supuesto, así es, y me encanta poder agradecer esta cooperación desde estas páginas. Estamos hablando de entidades y empresas tan prestigiosas como USP Palmaplanas, la Fundación Mapfre, Tirme, los médicos Rosselló y, por supuesto, el Colegio de Médicos de Baleares, que se ocupa del patrocinio del Premio Jean Daussset, que este año ha sido concedido a Miquel Bennàssar por su tesis doctoral sobre los estilos de vida y salud.

P.- Estamos en los albores del nuevo curso. ¿Cuáles son las expectativas que se han trazado?
R.- Podemos decir que este año marca un punto de inflexión en la Real Academia de Medicina, ya que coincide con el final de la legislatura y, ahora mismo, desconocemos si el actual presidente, el doctor Bartomeu Anguera, seguirá o no al frente de la institución. Más allá de esa consideración, entiendo que se optará por un ejercicio continuista que seguirá la misma línea que los tres años precedentes.

P.- Usted ha participado activamente como secretario de la junta presidida por el doctor Anguera. ¿Qué valoración realiza de la labor que se ha llevado a cabo en estos años?
R.- Creo que el doctor Anguera ha completado un excelente trabajo, y, además, en un escenario enormemente complicado, resolviendo las dudas que existían en torno a la continuidad de la Real Academia cuando empezó la actual legislatura. No me cuesta reconocer, de hecho, que al iniciarse la labor de la actual junta, la institución se hallaba en la cuerda floja, atenazada por las oscuras perspectivas surgidas a partir de la crisis económica que se nos venía encima y que comprometía la llegada de ayudas y subvenciones. En cambio, la Real Academia ha sabido moverse en estas aguas turbias y mantener el volumen de su actividad científica y divulgativa, que se concreta en la publicación de libros, la digitalización de la revista y la organización de conferencias. Nada de esto se ha visto reducido, y esto es un síntoma de buena salud.

P.- ¿Cuál es el papel que ha de desarrollar la Real Academia en unos momentos como los presentes?
R.- Estamos en crisis, y esta situación afecta a todos los niveles, tanto la gestión de recursos sanitarios o las inversiones de los laboratorios farmacéuticos, que constituyen el motor de la investigación, sin olvidar los nuevos criterios de organización profesional en un marco en el que no se están sustituyendo a los profesionales que se jubilan o se retiran. Frente a todo ello, la Real Academia juega dos papeles de gran transcendencia. Por una parte, valorar las innovaciones que se van produciendo en el campo de la salud, que muchas veces surgen con fuerza pero no logran consolidarse, de ahí que sea preciso analizar su idoneidad. Y, por otro lado, examinar las prácticas técnicas y las medicaciones dudosas que hace tiempo que se hallan en el mercado y que siembran algunos recelos.

P.- Para terminar, ¿qué novedad ha acogido con mayor satisfacción la Real Academia de todas las que se han producido en este último año?
R.- Hemos vivido con mucha alegría, por ejemplo, el hecho de que la UIB haya contactado con nuestra institución para participar en la docencia del nuevo Master en ciencias médicas básicas. En este sentido, la Real Academia de Medicina tendrá a su cargo la impartición de una serie de módulos.

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